Me han invitado a asistir al homenaje que le dan a Prim Bertran i Roigé diversas entidades ilerdenses a este emérito historiador medievalista, al cumplirse el quinto aniversario de su fallecimiento. Prim no sólo fue uno de mis mejores compañeros de la promoción Anhel de la Escuela de Magisterio de Lleida (por entonces, 1966-1968, de Lérida), por encima de todo era una buenísima persona. Estudiosos del tiempo y el espacio, seguimos viéndonos -ya de tarde en tarde- años después en la Universidad de Barcelona, él asentado en su Departamento de Historia Medieval y yo en el de Geografía. Nuestros encuentros estaban llenos de amabilidad y de confraternización. Poco podía pensar yo entonces, siendo un veinteañero voluntarioso, que iba a coincidir con él a la hora de realizar mi tesis doctoral, y, al cabo de los años, sin alcanzar la treintena todavía, pude leer ya alguna cosa suya al elaborar mi "Historia de la Beneficencia y de las Formas de Previsión Social Voluntaria en Lérida", que me dio la máxima nota en Política Social de la Universidad Complutense de Madrid en junio de 1981.
Por estos motivos siento no poder estar junto al espíritu de Prim en esas fechas. Pero su recuerdo no ha desaparecido aún. Y esta es la causa de que le haya escrito, con toda mi alma, el mejor de los sonetos que de mi mente surge:
IN MEMORIAM
A Prim Bertran i Roigé
“Hace un par de décadas una vecina mía "tenía" una pobre. Cuando la mujer tocaba el timbre mi vecina preguntaba, "¿Quién es?" y ella contestaba, "la pobre". Una vez que se había identificado mi vecina abría la puerta y le daba su limosna preceptiva. Así eran las cosas en un tiempo en que se repartieron más esperanzas y oportunidades y la pobreza se fue achicando. Hoy es distinto y ser pobre está al alcance de cualquiera.”
SONETO A LA PURA HISTORIA
Por Juan Andrés Buedo García
Enfrascados con el tiempo, indican que es historia.
Estruendo de multitud. El dispositivo
de la heredad superior. Un aperitivo
potencial. Incuestionable. Sin dedicatoria.
Otros sentencian que el tiempo es la sucesoria
complejidad de lo imperecedero. Un mecanismo
para curtido del hombre. Un psicologismo
trascendental. Las señales de la trayectoria.
No faltan quienes lo presumen el alimento
de un salvador con interminable portento
que concibió el hombre y las cosas consciente.
Al final queda todo en cábalas tortuosas.
Claro que por lo menos se entienden ceremoniosas.
El temor, como el tiempo, es un incidente.
https://twitter.com/primbertran/status/548187496404627456. “La recuperación de la caridad”
https://twitter.com/primbertran?lang=es
28/11/2019 en Actualidad, Libros, Literatura, Religión, Viajes | Enlace permanente
Al definir la nostalgia sobresale su misma esencia: viene a ser la combinación entre recuerdo y ausencia; una mezcla de emociones que produce dolor, pero también añoranza por un tiempo ya perdido, por personas que nos han dejado atrás, o que nosotros hemos dejado en el camino. Algo de todo esto vibra, cada día con más fuerza en mi persona, conforme se acerca el día del encuentro para celebrar el 50 Aniversario Promoción Anhel [1968-2018], que tuve el honor de cursar en la Escuela de Magisterio de Lérida.
Por esta causa mi hermana -nacida en esa dichosa capital catalana, donde sigue viviendo plenamente feliz, totalmente integrada- me ha remitido las imágenes que reproduzco. Lo hago con la esperanza de que generen a todos los compañeros y compañeras unos gratos recuerdos, puesto que sin nostalgia no hay hecho poético. Y solo con poesía pretendo embellecer la dulce jornada del 10 de noviembre de 2018.
Cuando tenía veintiún años (When I was One-and-Twenty, A.E. Housman)
06/11/2018 en Actualidad, Gastronomía, Libros, Literatura, Música, Viajes | Enlace permanente
Una mujer lee un libro en la Feria de Fráncfort, que se clausura hoy. / THOMAS LOHNES (GETTY IMAGES)
Don DeLillo, Rafael Chirbes, Joël Dicker, Karl Ove Knausgard, Almudena Grandes y Annie Proulx, entre los escritores conocidos; y Eugene Chirovici, Marlon James, Péter Gárdos, Rao Pingru y Canek Guevara, nieto del Che, entre los nombres a descubrir, forman el mosaico que resume lo que ha sido la 67ª Feria del Libro de Fráncfort que concluye hoy.
La escenificación del negocio del universo del libro, que empezó el miércoles con la polémica del boicot de Irán ante la presencia de Salman Rushdie, transcurrió serena. En esta edición de la feria no solo hubo menos público, sino también menos sorpresas literarias, o libros calientes, que hicieran correr a editores y agentes. Aunque la cita, donde se presentó Tierra negra (Galaxia Gutenberg), de Timothy Snyder, una mirada original sobre el Holocausto y sus posibles réplicas, sí ha servido para confirmar algunas tendencias: es el cuarto de hora del llamado domestic noir (intrigas psicológicas que transcurren en el entorno familiar, escritas a menudo en primera persona), se vislumbran en el horizonte las novelas románticas cruzadas con ciencia ficción, va en aumento la novelización de episodios importantes en la historia y crecen los ensayos que buscan comprender el presente histórico, económico y social.
Tras las oleadas del thriller de misterio religioso, seguido de la novela negra nórdica, de la que retrata la actualidad y de las narraciones históricas, es la hora de obras que siguen la estela de Perdida, de Gillian Flynn, y La chica del tren, de Paula Hawkins. Es la moda deldomestic noir. La novela The widow, de la periodista británica Fiona Barton, que ha contratado Planeta, es un thriller psicológico en el que hay una viuda, un policía que investiga el caso y una reportera de un diario sensacionalista. Se ha vendido a 25 países y los derechos audiovisuales para playground.
A 18 idiomas, entre ellos el español, ha sido vendido El libro de los espejos, del rumano Eugene Chirovici , una novela de misterio escrita en inglés, que editará Literatura Random House. En la tendencia de novela romántica con ciencia ficción el protagonismo es para All our wrong todays (Nuestros errores hasta hoy), primera obra del director de cine canadiense Elan Mastai que editará Alfaguara. Este mismo sello publicará lo nuevo de Joël Dicker, El libro de los Baltimore. En esta novela el suizo retoma al personaje que lo hizo famoso en La verdad sobre el caso Harry Quebert.
Fráncfort ha servido para anunciar la nueva novela de Don DeLillo:Zero K, que saldrá en Seix Barral. El escritor estadounidense aborda los temas de la muerte, la eternidad, el amor, la fragilidad del ser humano y las fronteras de la ética y el sentido de la vida.
China y su historia contemporánea tendrá una doble mirada. La primera la hará, en 2016, Rao Pingru, un autor chino de 94 años y una de las sorpresas de Fráncfort que ha contratado Salamandra. Es una obra entre novela gráfica e ilustrada titulada Nuestra historia. La otra China llegará en 2017 en las palabras del artista Ai Weiwei. Serán sus memorias, sin título aún, y que editará Debate.
Debuts: El comensal (Caballo de Troya), donde Gabriela Ybarra relata el asesinato de su abuelo por parte de ETA y la muerte de cáncer de su madre, se leerá en EE UU y Reino Unido. De Pan de limón con semillas de amapola(Planeta), de Cristina Campos, que saldrá en España en febrero, sobre la historia de dos hermanas que se reconcilian al heredar un viejo molino en Valldemossa, esperan ofertas de Alemania, Italia, Polonia, Suecia y Dinamarca.
Inédito: Cuando éramos ángeles, de Beatriz Rodríguez, que publicará Seix Barral en enero, ha interesado a editoriales de Francia, Alemania, Holanda, Italia, EE UU, Reino Unido, Rumanía, Japón, Eslovenia y Brasil.
Conocidos: Rafael Chirbes, cuya novela póstuma París-Austerlitz editará Anagrama en enero, se publicará también en Alemania. La misma editorial ha vendido los derechos deCicatriz, de Sara Mesa, a EE UU y Francia. Lo próximo de Almudena Grandes, Los besos en el pan (Tusquets), se negocia con Italia y Holanda. Lo último de Clara Usón, Valor (Seix Barral), tres historias sobre el valor de la revolución, la fe y el dinero, estará en Italia.
Long sellers: También esto pasará(Anagrama), de Milena Busquets, prosigue su recorrido por varios países europeos, al igual que El despertar de la señorita Prim (Planeta), de Natalia Sanmartín Fenollera.
Latinoamericanos: hay dos venezolanos. El primero, Alberto Barrera que, con Patria o muerte (Premio Tusquets de novela), sobre la crisis venezolana y últimos días de Hugo Chávez. se leerá en Francia, Holanda, Portugal, Suecia, Alemania y EE UU. El otro es Rodrigo Blanco con La noche (Alfaguara), que editará Gallimard en Francia. La misma editorial francesa publicará la novela La Oculta, del colombiano Héctor Abad Faciolince.
Realidades hechas novela son las del libanés Hisham Matar en El retorno(Salamandra), sobre la historia de su país. Sobre abusos a menores en Irlanda por parte de un cura trataráLos campos (Galaxia Gutenberg), de Kevin Maher. Fiebre al amanecer(Alfaguara), del húngaro Péter Gárdos, relata una historia de amor verídica posHolocausto. A finales de febrero se editará la historia del intento de asesinato del cantante Bob Marley novelada por el jamaicano Marlon James en Breve historia de siete asesinatos, premio Booker, en Malpaso. De Suecia llegará la última novela que Henning Mankel publicó, Botas de lluvia suecas, en Tusquets. Esa misma editorial traerá de Annie Proulx con su novela Baarkskins, dos sagas familiares del siglo XIX al presente. Anagrama publicará los volúmenes cinco y seis de Mi lucha, del noruego Karl Ove Knausgard, además de negociar con él una novela no autobiográfica.
Entre las revelaciones latinoamericanas figurarán Canek Guevara, nieto del Che Guevara. Publicará 33 revoluciones(Alfaguara), sobre la cotidianidad de Cuba con el fondo de una fuerte crítica al régimen de Fidel Castro. Entre las biografías destacará la de Diego Armando Maradonna. Tocado por Dios. Cómo ganamos la Copa del Mundo México 86, escrita por el futbolista argentino y el periodista Daniel Arcucci, contará la vida del jugador y su llegada a la cima. Lo publicará Penguin Random House en primavera.
En el apartado de ensayo destacan dos libros: Worlds Apart (Mundos aparte), sobre la Guerra fría, de Odd Arne Westad, en Galaxia Gutenberg; y The Politics of Hope (La política de la esperanza), de Owen Jones, en Seix Barral, donde este referente de la izquierda invita a pasar a la acción.
Entre las tendencias más destacadas por Blanca Rosa Roca, de Roca Editorial, que siempre acude a la Feria de Fráncfort y demás encuentros literarios, figura la de libros para colorear, “hay de todos los tamaños, y temas”. Y añade “Muchas memorias, y algunos libros importantes sobre la imaginación, la esperanza de una nueva política y muchos sobre cocina, dietas naturales para el bienestar”.
18/10/2015 en Actualidad, Ciencia, Gastronomía, Libros, Literatura, Programas políticos, Viajes, Web/Tecnología, Weblogs | Enlace permanente
El novelista Pablo D'Ors
Pablo D’Ors (Madrid, 1963) es autor de una carrera literaria prolija y, en ocasiones, de temática muy personal. Novelista, sacerdote, fundador de la asociación Amigos del Desierto, consejero cultural del papa Francisco y, en la actualidad, acusado de herejía por la negruramás negra del obispado hispano. Tiende a agrupar sus novelas en trilogías y Contra la juventud cerraría la Trilogía del Fracaso. Novela de aprendizaje, su protagonista, un veinteañero alemán, está convencido de que lo que falta a su deseo de ser escritor es viajar a Praga, tras los pasos de Frank Kafka. En su empresa se le ofrece la oportunidad de abrir una sucursal en dicha ciudad y la aprovecha. El nuevo agrimensor no hace adelantos laborales —nadie le llamó, nadie le espera ni nadie le pedirá cuentas— ni consigue escribir una página entera. Lo que sí hace es vivir novelas.
De una cárcel kafkiana pasa a una kunderiana atrapado en la necesidad de no saber vivir la vida sino en vivir para escribir, para experimentar, para jugar con las máscaras, para escapar de uno mismo o toparse con quién se es o no es. Y del mismo modo, comprobar sin poder ni querer evitar el área de deflagración que conlleva ese periodo de aprendizaje, torpe y cruel, ilusionante y confuso cuando se observa y narra sin nostalgia. La dictadura del yo cuando el tú o el nosotros se enuncia pero no es posible entenderlos.
Malcopiar a la primera K checa puede resultar sencillo. Escribir como esa K no en lo que cuenta, sino en la esencia de lo que significa el tuétano de su literatura es de autor con buenas prestaciones que piensa antes de ponerse a escribir. Y en esa categoría estaría el quizás futuro hereje. La pirueta de la K de Kafka la repite igual de bien con la segunda K, la de Kundera. A veces, leyéndole y comprobando, al mismo tiempo, los logros y las fallas de la novela tienes aquella sensación de que la operación ha sido un éxito: el paciente ha muerto.
En el haber tenemos el arrojo de la empresa, la solvencia narrativa, especialmente en el último tramo de la novela y en la resolución de las relaciones con dos de sus amantes, Karla y Hanna, así como la lucidez de la mirada, compasiva y brutal al mismo tiempo, sobre ese periodo de vida, casi siempre idealizado y estandarizado. Pero la excesiva longitud de la travesía, la ausencia de un potente motor narrativo para el lector, la sensación de libro de otro momento —perfectamente podía ser un Anagrama nacional de los ochenta como si no hubiera sucedido nada desde entonces—, las escenas monocordes y algunos personajes poco definidos o que resultan demasiado lastre para el viaje en globo, quedan en el debe.
Contra la juventud. Pablo D’Ors. Galaxia Gutenberg. Madrid, 2015. 424 páginas. 22,50 euros (digital, 13,99)
03/09/2015 en Actualidad, Ciencia, Cine, Deportes, Juegos, Libros, Literatura, Música, Religión, Televisión, Viajes, Weblog, Weblogs | Enlace permanente
Juan Goytisolo, en el patio de su casa de Marraquech. /BERNARDO PÉREZ
Juan Goytisolo camina muchas tardes hasta el viejo palacio real de Marraquech para ver a las cigüeñas. Durante un tiempo, cuenta, hubo en su casa una que no podía volar. Su foto, con el escritor en segundo plano, aparece en la cubierta de Las semanas del jardín. “Hubo quien pensó que era un truco, pero la foto es real. Se tomó ahí”, dice señalando la galería de su casa. “La alimentamos hasta que se fue. Un vecino francés me dijo que si le cortaba las plumas del pecho no volaría ya nunca y me la podría quedar. Yo le dije:‘Monsieur, no quiero presos políticos en mi casa”.
Nacido en Barcelona en 1931, también Goytisolo, recuerda él mismo, ha hecho vida de ave migratoria entre Europa y África. Salió de España camino de París en 1956 y no ha vuelto a pasar en la Península más de dos meses seguidos. El jueves próximo recibirá en Alcalá de Henares el Premio Cervantes. Allí, adelanta lacónicamente, hablará del Quijote —un libro que ha leído cuatro veces—, de “la situación social y política” y, qué remedio, de los huesos de Cervantes: “Encontrarlos no alimenta la cultura, sino la burocracia. Que los dejen en paz”.
En el comedor de su casa de Marraquech, a resguardo de una lluvia que amenaza con dejarle sin paseo y sin cigüeñas, el escritor despliega unas fotocopias con fragmentos que ha seleccionado de su obra.
∂ Hacia Cabo de Gata. Tres autobuses diarios cubren los nueve kilómetros de trayecto Almería-El Alquián. La carretera está alquitranada hasta Níjar y, a la salida de la ciudad, una bifurcación paralela a la Nacional 340 lleva a los baños de Sierra Alhamilla, en cuyo balneario, actualmente derruido, acostumbraban reposar sus fatigas los ricos ociosos de la capital. El autocar toma el camino de Níjar dejando atrás las últimas casuchas del suburbio almeriense. Mi vecino es hombre de una cuarentena de años, moreno y enjuto. Cuando le ofrezco de fumar me pregunta si soy extranjero. Le respondo que soy de Barcelona y pronuncia unas palabras en catalán.
—He trabajado allí casi diez años — dice—. En Hospitalet, Barcelona, Tarrasa… Aquello sí que es vía. Ojalá que nunca me hubiera marchao. A la mujer no le sentaba bien el clima y cometió la estupidez de volver. Ahora, con cuatro hijos y otro en camino, no puede tentar la suerte como antes.
—Aquí uno se hace viejo en seguía, y luego, la familia que le amarra…
Mientras se desahoga contra el destino contemplo el paisaje por la ventanilla. Una llanura ocre se extiende hasta el golfo de Almería, salpicada de tanto en tanto por el verde de alguna higuera. El suelo está agrietado y lleno de cantizales. El mar cabrillea a lo lejos.
Campos de Níjar (1959)
∂ Los libros de viaje son una constante en la obra de Juan Goytisolo. De Cuba a Capadocia pasando por Sarajevo, Argelia o Chechenia, el testimonio y el periodismo (de guerra) han sido una corriente paralela a su escritura narrativa. Cinco años después de publicar su primera novela—Juegos de manos— publicó Campos de Níjar, un periplo de Almería a Carboneras convertido hoy en un clásico de la literatura viajera. El libro, explica el escritor, refleja bien la orientación literaria de los jóvenes narradores de la posguerra: “Un realismo crítico y el deseo de expresar literariamente la realidad oculta por la prensa. Para nosotros la literatura cumplía el deber que en los países democráticos corresponde a los medios de comunicación”.
La elección de Almería como destino tuvo un detonante curioso: la mili. De allí era la mayoría de los reclutas con los que el novelista coincidió en, todavía recita los datos de carrerilla, el Regimiento de Infantería Badajoz número 26: “Me llamaba la atención el desamparo educativo y social en el que vivían. La mayor parte eran analfabetos. Me interesaron mucho los giros idiomáticos que empleaban. Anotaba frases que me llamaban la atención. Me serví de ellas al redactar Campos de Níjar”.
Ese libro y el posterior, La Chanca (1962), dedicado al barrio del mismo nombre en la capital almeriense, le valieron a Goytisolo el título de hijo adoptivo de Almería. Años después, en 2000, sus protestas por la persecución de inmigrantes subsaharianos y magrebíes en El Ejido le valdrían el de persona non grata: “Un país de emigración como España se transformó en país de inmigración. El cambio fue demasiado rápido: de la extrema pobreza a la extrema riqueza sin recibir una educación política y cultural. Esto dio lugar a episodios tan lamentables como los de El Ejido”.
Pese al extremo realismo de sus páginas, Campos de Níjar pasó la censura franquista “sin recorte alguno”. Juan Goytisolo tiene una explicación para esa, añade irónicamente, “hazaña”: “El lector sacaba una impresión desoladora de la pobreza, pero no había nada concreto a lo que referirse. Estaba todo tan minuciosamente calculado que el censor no podía aferrarse a una frase concreta. Esto lo consideré entonces una gran victoria, pero luego me entró cierta melancolía: me di cuenta de que si no lo habían censurado era porque me había censurado yo mismo. A partir de entonces decidí dejar al censor su papel y yo cumplir con el mío. Lo que se publicó después fue prohibido”.
∂ La matanza de Yeste. Compuesta de la doble y contradictoria versión de los protagonistas del suceso, he aquí la síntesis informativa divulgada posteriormente en los periódicos imparciales.
“Al sonar las primeras detonaciones hay un movimiento de pánico. Los paisanos tratan de arrebatar los fusiles a los guardias y los acometen con sus hoces y sus cuchillos. En tanto que el grueso de la multitud se desbanda, los hombres más audaces forcejean con los civiles y emprenden con ellos un violento cuerpo a cuerpo. Un campesino logra apoderarse del mosquetón de uno de los números y dispara sobre él. El guardia Pedro Domínguez Requena se lleva las manos a las cartucheras y las retira empapadas de sangre. Al caer, un paisano le hunde en el cuello un gancho de conducir pinos. El delegado del Ayuntamiento de Yeste, Andrés Martínez Muñoz, primer teniente de alcalde y presidente de la oficina de colocación, implora inútilmente una tregua. El brigada le hace fuego a bocajarro diciendo: ‘¡Toma, por ser de la Gestora!’. Desde tierra suplica vida salva en nombre de sus hijos y el brigada le remata con tres balazos. ‘De éste no os ocupéis — grita—, que no sana”. […]
“Cuando los periodistas llegan al lugar unas horas después del tiroteo se divisan todavía cuajarones de sangre en la boca de la atarjea. En la otra alcantarilla hay un reguero negruzco de varios metros de longitud. Entre los zarzales, una boina nueva, un pañuelo y varios trozos de paño manchados de rojo revelan los esfuerzos de las víctimas por restañar la hemorragia. Olvidados en medio del campo yacen cuatro cadáveres. Una mujer llora arrodillada junto a uno de los cuerpos. El hombre herido en el brazo y en la pierna agoniza aún, perdiendo sangre y escupiendo baba. El sol brilla implacablemente y hormigas y moscas se disputan el inesperado festín bajo la presencia agorera de los buitres que, en círculos tenaces y concéntricos, planean sin prisa sobre los olivares”.
Señas de identidad (1966)
∂ Juan Goytisolo recuerda que empezó a escribir Señas de identidaden París en 1962. La publicó en 1966, eso sí, en México. En Españaestuvo prohibida hasta la muerte de Franco. Durante meses, el original tuvo como título provisional un verso de Luis Cernuda: "Mejor la destrucción, el fuego". Del poeta sevillano aprendió el novelista barcelonés el uso de la segunda persona tan característico de su estilo. El libro es además el parteaguas de la narrativa del último premio Cervantes: “Con él empieza mi obra adulta”. Goytisolo tenía 35 años cuando la publicó y era ya autor de novelas “tradicionales” más que dignas pero que no le convencen:“Señas nace de la insatisfacción respecto a mi propio trabajo. Con los primeros libros había cumplido con mi deber de ciudadano, pero no con mi deber de escritor”. ¿Qué deber? “Devolver a la literatura algo distinto de lo que recibiste. Sin la idea de novedad no hay obra verdadera, y yo no había roto con el canon literario”.
Dice Goytisolo que a partir de Señas de identidad su escritura no distingue la prosa de la poesía. “Verso libre narrativo”, llama a un estilo que rompe la ortografía y la linealidad del argumento y en el que las crónicas de prensa se mezclan con las citas de los clásicos, las canciones populares con los diálogos de películas baratas y la religión con la pornografía. Aunque se aparte de la tradición realista española, la novela no se aparta de España, su grisura presente y su crueldad pasada. En 1981, Goytisolo volvió al pueblo albaceteño de Yeste para comprobar que, “aunque la vida había mejorado y se respiraba mayor libertad”, todavía se hablaba de “canalla roja” en los escenarios de uno de los acontecimientos recreados en su relato: la matanza en mayo de 1936 de varios campesinos “a manos de las fuerzas del orden enviadas por el cacique del pueblo”. Junto a cuestiones históricas y políticas, el libro recoge también cuestiones más sociológicas: la especulación inmobiliaria, por ejemplo. Ahora es fácil reparar en ello; en los años sesenta, no tanto: “La literatura siempre se adelanta a la realidad. Lo que dice no lo ve una mayoría, pero poco a poco se va imponiendo”.
Además de un hito en la trayectoria de su autor, Señas de identidadse convirtió en una fórmula usada hasta el absurdo: “En un periódico hablaban de un exhibicionista que a la salida de un colegio de niñas mostraba sus ‘señas de identidad’. Me encantó la acepción que le daban al título”, se ríe el escritor. Por lo demás, la contundencia del sintagma ha confundido a muchos lectores: “El título está al final de la novela cuando se habla de ‘Álvaro Mendiola a secas, sin señas de identidad’. No se trata de afirmar la identidad, sino de negarla”.
∂ En el café del moro. altivo, gerifalte Poeta, ayúdame : a luz más cierta, súbeme : la patria no es la tierra, el hombre no es el árbol : ayúdame a vivir sin suelo y sin raíces : móvil, móvil : sin otro alimento y sustancia que tu rica palabra : palabra sin historia, orden verbal autónomo, engañoso delirio : poema : alfanje o rayo : imaginación y razón en ti se aúnan a tu propio servicio : palabra liberada de secular servidumbre : ilusión realista del pájaro que entra en el cuadro y picotea las uvas : palabra-transparente, palabra-reflejo, testimonio ruinoso yerto e inexpresivo : cementerio de coches, oxidada hecatombe en las orillas de la gran ciudad : incontinencia verbal que ensucia y no abona, deyección maloliente e inútil : discursos, programas, plataformas, sonoras mentiras : palabras simples para sentimientos simples : amores honestos, convicciones fáciles : las tuyas, Julián, en qué lengua forjarlas? : palabra extrema de pasión extrema, orquídea suntuosa que envuelve e hipnotiza : pasión vedada, sentimiento ilícito, fulgurante traición
Don Julián (1970)
∂ Narrador y ensayista, Juan Goytisolo es también autor de dos títulos fundamentales de la literatura autobiográfica en español: Coto vedado (1985) y En los reinos de taifa (1985). Escritas sin tapujosfamiliares, sexuales o literarios, esas memorias terminan con el autor contemplando la costa española desde Tánger, la ciudad en la que todavía pasa cada verano para huir del calor de Marraquech. La evocación del conde don Julián, el noble visigodo que según la leyenda habría facilitado la entrada en la Península de los musulmanes, era evidente. En 1970 Goytisolo publicó la segunda novela en la que aparece Álvaro Mendiola, la voz surgida en Señas de identidad. En ella, un español asentado en Tánger desata su cólera contra la tradición moral y cultural del nacionalcatolicismo hispánico. “Su violencia extrema responde a una situación que para mí era muy violenta”, recuerda. “La prensa española me insultaba, la censura prohibía mis libros y el Partido Comunista me atacaba. Si a eso le sumas el descubrimiento de mi homosexualidad…”. De todo ello habla en esas memorias que terminan en la orilla africana del Estrecho. De todo ello surgió su particular elogio del traidor oficial de la España oficial, publicado con el primer título de Reivindicación del conde don Julián. El hecho de que todas las traducciones se limitaran al nombre del reivindicaco llevó al escritor a rebautizar un libro al que se refiere como "una explosión irrepetible". “En 1969 me vi mezclado en una lucha interna del PCE a raíz de un artículo que publiqué en L’Express como motivo del 25º aniversario del final de la Guerra Civil. Decía que el franquismo no iba caer víctima de la lucha de la izquierda, sino que la transformación social que estaba ocurriendo en España iba a arrinconar al régimen como a una antigualla, que es lo que sucedió”.
¿Tan claro estaba? El progreso económico no siempre trae la democracia. Ahí está China. Goytisolo escucha la pregunta y continúa: “Era lo que intentaban en el tardofranquismo: mantener las estructuras del régimen y el poder de la Iglesia abriendo la libre concurrencia. En España fue esencial la salida a Europa de tres millones de españoles, que entraron en contacto con sociedades abiertas, y la llegada masiva de los turistas. Este doble influjo alteró profundamente la sociedad. El franquismo no pudo contenerlo y el PCE no quiso verlo, y decir aquello en aquel momento era una blasfemia. Al haber mostrado mi artículo a Fernando Claudín y Jorge Semprún, y contar con su aval, me vi mezclado en la polémica. Yo no sabía que existía una disputa interna y Santiago Carrillo arremetió contra mí y usó el artículo como elemento de la lucha contra Claudín y Semprún. Esto me desanimó”.
La “agresión onírica y esquizofrénica” contra el canon que suponeDon Julián nació también, añade Goytisolo, de “la conciencia de que el régimen de Franco no era fruto de la casualidad, sino de una larga tradición nacionalcatólica”. Partiendo de una invocación de Góngora, el narrador trata de “destruir la imagen de la España sagrada, incapaz de abarcar la riqueza y la variedad de la tradición española”. El escritor, no obstante, insiste en que no se juzgue la novela como un ensayo. Para eso están sus estudios sobre La lozana andaluza,José María Blanco White o Manuel Azaña. La otra España posible. La heterodoxa, dicen.
∂ cuando las voces broncas del país que desprecias ofenden tus oídos, el asombro te invade : qué más quieren de ti? : no has saldado la deuda? : el exilio te ha convertido en un ser distinto, que nada tiene que ver con el que conocieron : su ley ya no es tu ley : su fuero ya no es tu fuero : nadie te espera en ítaca : anónimo como cualquier forastero, visitarás tu propia mansión y te ladrarán los perros : tu chilaba de espantapájaros se confunde con la de los habituales mendigos y alegremente aceptarás la ofrenda de unas monedas : el asco, la conmiseración, el desdén será la garantía de tu triunfo : eres el rey de tu propio mundo y tu soberanía se extiende a todos los confines del desierto : vestido con los harapos de tu fauna de origen, alimentándote de sus restos, acamparás en sus basureros y albañales mientras afilas cuidadosamente la navaja con la que un día cumplirás tu justicia : la libertad de los parias es tuya, y no volverás atrás
ávidamente te asirás a tu anomalía magnífica
Juan sin Tierra (1975)
∂ “Los que no me entendéis, / dejad de seguirme. / Nuestra comunicación ha terminado. / Estoy definitivamente al otro lado, / con los parias de siempre, / afilando el cuchillo”. Con estas líneas, pero escritas en caracteres árabes, termina Juan sin Tierra, la novela que cierra la llamada trilogía de Álvaro Mendiola, iniciada con Señas de identidad y continuada con Don Julián. Alguna vez se han publicado juntas bajo el título de Tríptico del mal, pero Goytisolo aclara que se trató de una decisión editorial. Lo que fue decisión suya fue podar en sus obras completas, publicadas por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, la “carga teórica” en esta novela, que defiende respecto a la moral dominante una rebelión sexual similar a la rebelión textual planteada por Don Julián respecto al canon dominante. “En los años sesenta”, recuerda su autor, “leía más a los formalistas rusos, el círculo de Praga, Benveniste, lingüística… Llegó un momento en que tenía que elegir entre seguir siendo un escritor-novelista o convertirme en un teórico de la literatura. Y corté con este tipo de lectura. Como decía Proust en El tiempo recobrado: “Una obra en la que hay teorías es como un objeto en el que se deja la etiqueta del precio”. Como sugiere su título, Juan sin Tierra buscaba certificar la “muerte” de Juan Goytisolo como escritor español. Al menos desde el punto de vista de las reglas dictadas por “doña Hakademia”.
∂ La mancha de lo perfecto. Para facilitar el primer contacto, la Guide Bleu aconseja subir al atardecer a la terraza florida de algún café, cuando el sol incendia el paisaje urbano y es posible atalayar en su esplendor la ubicua improvisación de su fiesta
Fodor propone, al revés, una irrupción matinal por Bab Fteuh, a fin de captar muy a lo vivo el increíble bric-à-brac de sus mercados
Nagel, Baedeker, Pol, más precavidas, sugieren una aproximación leve y discreta : pillarla de flanco sin prevención ni aparato, y dejarse arrastrar por el gentío hasta desembocar inopinadamente en ella couleur lócale breakaway fascinación
y sin embargo
como una araña, como un pulpo, como un ciempiés que se desliza y escurre, bulle, forcejea, elude el abrazo, veda la posesión
todas las guías mienten
no hay por dónde cogerla
Makbara (1980)
∂ En la plaza de Xemaá-el-Fná de Marraquech, esa sobre la que las guías “mienten”, hay una placa enorme que certifica en varios idiomas su declaración como patrimonio inmaterial de la humanidad. Mucho tuvo que ver en esa declaración Juan Goytisolo, que presidió durante años el comité de selección de la Unesco. “Fue una manera de protegerla de la especulación inmobiliaria”, explica. Él vive cerca de allí, en una casa que compró en 1981, “cuando nadie quería vivir en la Medina”. Un año antes había publicado Makbara(cementerio en árabe), una novela dedicada “a quienes la inspiraron y no la leerán”, es decir, a los habitantes de la ciudad ocre-rosada. Goytisolo llegó a ella por primera vez en 1976 para aprender el árabe dialectal: “En Tánger todo el mundo terminaba hablándome en español. Aquí no, y yo decía que no sabía francés, pero sí algo de árabe”. Ahora se dirige en ese idioma a los vecinos que se encuentra por la calle o en el Cafe de France.
Si Don Julián fue escrita bajo la advocación de Góngora, Makbarainvoca al Arcipreste de Hita: “Escuchando una de las historias que contaba un juglar de la plaza al que apodaban Cohete —era muy alto— reparé en que en el Libro de Buen Amor hay una versión parecida. Frecuentar la plaza me ayudó a comprender la tradición española y en qué contexto funcionaba la oralidad. Traté de que eso estuviera en la novela, por eso siempre aconsejo, como para el resto de mis librosadultos, una lectura en voz alta, a veces incluso cambiado el tono: grave, irónico… Por ejemplo, en Paisajes después de la batalla”.
∂ Ni Stalin ni Trujillo ni Pol Pot: Bela Lugosi. La idea me vino al contemplar el culebrón interminable que diariamente se formaba a lo largo de la acera de mi manzana durante el festival del Filme de Terror: millares y millares de personas, de todas edades y categorías socioprofesionales, aguardaban pacientemente, soportando los rigores de un tiempo desapacible y hosco, el instante exquisito de abonar el precio, bastante elevado por cierto, para introducirse en la sala archirrepleta, y pasar allí una hora y pico de angustia y sobresalto, sudores fríos, palpitaciones y vuelcos del corazón, gemidos ahogados y a veces gritos de verdadero pánico, en un estado de febrilidad, casi de trance, sólo comparable, por su intensidad y plenitud, al deliquio amoroso. Descubrimiento capital, incontrovertible, del que no tardaría en sacar provecho: aquel gentío anhelaba vivir en una atmósfera de zozobra y espanto, estaba dispuesto a sufrir, a pagar por ello.
En consecuencia, desde mi ascensión al poder, he ajustado a dicha observación mi conducta y gobierno, procurando al pueblo, a mi pueblo, de continuo y de balde, un ambiente y acción parecidos a los que antes, por pura frustración, se veían obligados a buscar en la penumbra y anonimato del cine: vivir en un estado de inquietud asfixiante, temblar cada vez que suena el timbre y no es la hora en que suele venir el lechero, bajar desprevenido la escalera y topar con la cabeza ensangrentada del vecino que había contraído la necia costumbre de lamentarse y hablar mal de mí; salir a la calle con el temor de que un coche oscuro, sin matrícula, frene junto a una persona inofensiva cualquiera y cuatro individuos enmascarados la empujen brutalmente al interior del vehículo y desaparezcan con ella sin dejar rastro.
Paisajes después de la batalla (1982)
∂ Instalado en París desde 1956, Juan Goytisolo empezó a trabajar al año siguiente como asesor de la editorial Gallimard, donde conoció a su futura esposa, Monique Lange. Con ella se instaló en la mestiza Rue Poissonière, escenario de Paisajes después de la batalla, una novela fragmentaria, política y loca, cargada de humor, que se abre cuando el protagonista, trasunto de Goytisolo, sale a la calle y se da cuenta de que no entiende las pintadas porque no están en francés, sino en turco: “La experiencia de la emigración que había conocido en la mili la reviví cuando me establecí en París, en el Sentier, un barrio compuesto primitivamente por una mayoría de franceses de origen armenio y judío que luego vivió la llegada de oleadas de italianos y españoles. Más tarde aparecieron los árabes y poco después, masivamente, los turcos tras el golpe militar en su país. También paquistaníes e hindúes. Salir a la calle era, como en el libro de Cortázar, dar la vuelta al día en ochenta mundos”. Las pintadas podían decir, en turco, cosas como ‘Viva la lucha de las masas populares del Perú’. ¿La razón? El apoyo a Sendero Luminoso de los trabajadores exiliados que se reunían en una asociación a la que Goytisolo, que vivía a 200 metros, acudía cada tarde para aprender el idioma.
La novela está llena de referencias a la alta y a la baja cultura —“¿sabrán los jóvenes de hoy quién era Bela Lugosi?”— y retrata un París ajeno a todo glamour. Tal retrato tuvo sus consecuencias: “No era precisamente un barrio aristocrático, no. En Estados Unidos e Inglaterra las críticas fueron muy buenas; en Francia, no. La responsable de las páginas literarias de Le Monde dijo de mí: ‘¿Quién se cree que es para hablar así de París?’. Lo consideraron una ofensa porque los novelistas extranjeros hablaban del Barrio Latino o de Montmartre, pero no de los barrios poco elegantes”.
Para Goytisolo, el Sentier era un ejemplo de integración quebrado por la “expulsión” de los inmigrantes de origen musulmán hacia las afueras, hoy célebres por las revueltas de 2005: “Fue un fracaso de la República respecto a la inmigración. Hoy vas a los barrios de labanlieu, al norte de París, y notas la segregación. A la especulación inmobiliaria se sumaron los errores de Chirac. Jóvenes que se estaban integrando en el centro —conozco varios casos— fueron desplazados a los arrabales. Volvían convertidos en pequeños delincuentes. Se crearon guetos. Muchos terminaron cayendo en el extremismo islámico. Como no se les consideraba verdaderos franceses, trataron de convertirse en auténticos musulmanes sin atender al discurso delirante al que estaban sometidos. El resultado está en los atentados contra Charlie Hebdo y el supermercado judío. Algo horroroso. Por eso mucha gente dijo ‘Yo no soy Charlie, soy Ahmed”.
∂ La agonía sanjuanista. pronto, rápido, agárrate a la sombra huidiza del tiempo, coge tus deseos por el rabo, repasa con celo los recuerdos más bellos, atesora imágenes de cuerpos, rostros, miembros hermosos, instantes felices, afanes colmados, rememora la dichosa plenitud de tus versos y su lectura encendida en voz alta sin olvidar la sonrisa y figura de quienes te inspiraron, las notas del piano expresamente tocadas para ti, tus tormentos y goces de enamorado, apresúrate, no dispones de tiempo, el reloj de la mesilla de noche escurre sus últimos granos de arena, frailes comisarios malsines enfermeras doctores parecen agitarse en torno al lecho con mascarillas y guantes protectores, todo ha sido breve, denso, apasionante y confuso como un sueño, infancia estudios vocación escritura beatitud extática, todo soñado!, persecuciones encierro castigos manuscritos quemados, puro sueño!, celda del convento procesión en jaulas soledad de amor herido en las alhamas, igualmente soñados!, despierta de tu sueño, penetra al punto en el que lo contiene, en el círculo de materia incompósita que lo ciñe y abarca, tu vida ha sido recia, los raudales de luz que te deslumbran son fruto de la hiperestesia?, de una droga nueva y más fuerte que tus veladores te han inyectado?, o has llegado al fin al Loto del Término y sus mansos ríos?, recita, recita una vez más los versos traducidos por Ben Sida, la pasión persevera y la unión se demora, el encuentro no llega y la paciencia se agota, si no hay posible amor contigo, promételo al menos a mi esperanza y prolóngala por mí aunque no te propongas realizarla, un gesto tuyo desabrido me resulta infinitamente más dulce que el sí de un amante solícito!
Las virtudes del pájaro solitario (1988)
∂ “En 1985 contraje en Egipto una dolencia intestinal que no lograban curarme. Muchos amigos estaban muriendo de sida y yo llegué a pensar que lo tenía. Algunos síntomas coincidían. En febrero de 1986 empecé a escribir Las virtudes del pájaro solitario. Me salió de un tirón. Hay libros que he ido escribiendo por fragmentos que luego he montado. Fue el caso deSeñas de identidad y de Paisajes después de la batalla. Don Julián yLas virtudes los escribí de principio a fin, en estado febril casi”. Así recuerda Juan Goytisolo la génesis de un libro atravesado por la muerte y contrapunteado por la voz de San Juan de la Cruz, que en sus Dichos de luz y amor describió las cinco condiciones del pájaro solitario: “La primera, que se va a lo más alto; la segunda, que no sufre compañía, aunque sea de su naturaleza; la tercera, que pone el pico al aire; la cuarta, que no tiene determinado color; la quinta, que canta suavemente”.
A Goytisolo siempre le fascinó el hecho de que San Juan se tragara unas páginas suyas antes de ser detenido. Los versos del poeta y las circunstancias de su detención se mezclan en una novela de la que partió José María Sánchez-Verdú para componer la ópera El viaje a Simorgh. Se estrenó en el Teatro Real de Madrid el 4 de mayo de 2007 con dirección musical de Jesús López Cobos y coreografía de Cesc Gelabert. La dirección y la escenografía corrieron a cargo deFrederic Amat. Pintor y escritor colaboraron también en una edición ilustrada de novela.
∂ Habla el demiurgo. “No hay grandes diferencias entre tú y yo. Aunque fuiste engendrado por una gotica de esperma y a mí me fabricaron a golpe de especulación y concilio, los dos tenemos lo primordial en común: la inexistencia. Somos quimeras o espectros soñados por algo ajeno, llámalo azar, contingencia o capricho. Tú naciste muerto y perteneces ya al reino de las sombras. Yo fui inventado a lo largo de milenios de querellas bizantinas y dejaré de existir el día en que el último de tus semejantes cese de creer en mí. Cada uno de mis atributos o propiedades imaginarios fueron causa de disputas, enmiendas, precisiones, luchas mortíferas. ¿Soy Uno, soy Trino, soy Misericordioso? […] ¿Por qué Trino y no Cuádruple? La madre de mi Hijo ¿no reunía acaso los requisitos de una verdadera Deidad? Y, puestos a soñar, yo, el Soñado, ¿por qué no sería un Hexágono o, mejor aún, un Decaedro de tantas caras y ángulos como mandamientos esculpidos en las Tablas de la Ley que entregué a Moisés? Me veía a mí mismo como un bloque cristalino y prismático, como esos ojos de las moscas capaces de examinar los seres y cosas desde enfoques opuestos. Te confieso mi envidia a los dioses paganos: tenían competencias limitadas, pero vivían sin rebozo sus pasiones y odios, no se tomaban demasiado en serio, os mentían pero se dejaban sobornar y aplacar. A mí, en cambio, me vedáis el humor y la risa. Soy solemne como vuestros autócratas o Napoleón en el día de su coronación. […]”.
Telón de boca (2003)
∂ Juan Goytisolo se instaló definitivamente en Marraquech en 1997, donde vive con su “tribu”, la familia de su amigo Abdelhadi. Un año antes había muerto su mujer, Monique Lange, que en la novela Casetas de baño narra el modo en que encajó la homosexualidad de su marido. Encima de la tele, en casa de Goytisolo, hay una foto de Lange y su figura, su ausencia, atraviesa Telón de boca, un lamento con tres personajes: el narrador, Ella y el demiurgo, Mefisto, que se hace pasar por Dios. Cuando se publicó en 2003, el escritor anunció que con esa novela cerraba su obra aunque en 2008 publicó El exiliado de aquí y allá,una secuela de Paisajes después de la batalla. El resto han sido artículos y ensayos, algún poema. Eso sí, acaba de entregar a su agente, Carmen Balcells, un libro “sobre asuntos sociales y personales”, dice escuetamente. Ha dado orden de que solo se publique 10 años después de su muerte.
18/04/2015 en Actualidad, Alarma social, Literatura, Viajes | Enlace permanente
Hace doce meses en España desconocíamos que entre las conquistas amorosas se podía encontrar un amigovio, para el común de los mortales Excálibur era el nombre de la espada legendaria del Rey Arturo y el significado de casta no estaba ligado a un partido político, que por cierto, ni existía. El doble check azul era solo una ilusión para algunos y una pesadilla para otros, la abdicación estaba siempre ligada a monarquías muy lejanas y el pequeño Nicolás era un personaje de la literatura para niños. Hacemos un repaso a algunas palabras o expresiones que se han incorporado a nuestro vocabulario durante este año y que ya forman parte de nuestro día a día.
Un sobresalto sacudió los medios a primera hora de la mañana del 2 de junio: el rey Juan Carlos I iba a anunciar una importante decisión en un mensaje televisado para los españoles. “He decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España”, dijo el actual rey emérito a los 4 minutos y 53 segundos de un discurso que sonó a despedida desde el arranque. La maquinaria política se puso en marcha y, previo trámite parlamentario, Juan Carlos I sancionaba el 18 de junio la ley que pondría fin a sus 39 años de reinado. Hasta ese momento, a los españoles las abdicaciones les sonaban a cosa deMonarquías más septentrionales. Y es que, pese a la extensa tradición de renuncias reales en la historia contemporánea española, últimamente se había repetido como un mantra aquello de que un rey muere en la cama. Finalmente, don Juan Carlos, con la institución sensiblemente afectada ante la opinión ciudadana por elcaso Nóos, decidió dar un soplo de aire fresco a la Monarquía y dejar la corona a su hijo, Felipe VI.
Amigovio, via: Fusión de amigo y novio. Persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo. Es uno de los 5.000 nuevos términos que incluye la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española. Fue una de las incorporaciones que más llamó la atención, al menos en España, donde el término no era conocido hasta que la RAE lo aceptó. Entre los vocablos que se incorporaron al diccionario también llamó mucho la atención la incorporación de papichulo, chupi, cultureta, cagaprisas, tuit, wifi, culamen o birra.
El Estado Islámico bebe del integrismo suní y del sueño de un estado bajo el signo de la práctica radical de la religión. Siembra el terror y la imposición de la sharía o ley islámica por donde conquista. En junio del año pasado recuperó el término califato (territorio gobernado por un califa) o el periodo histórico en el que hubo califas, para referirse al territorio cubierto de sangre que controla: una franja de las dimensiones de Bélgica que recorre desde Siria al norte de Irak. Al califato se han unido unos 30.000 combatientes que proceden de 80 países (el 10% europeos), y controla ciudades como Raqqa en Siria y Mosul en Irak. La organización se deslindó de Al Qaeda en 2013 y ha superado la crueldad de sus instigadores.
"Hemos nacido para echar al gobierno de la casta”. El discurso de Pablo Iglesias, líder de Podemos, tras lograr un sorprendente resultado en las elecciones europeas ya dejó claro que el “enemigo” de la nueva formación era este términoprocedente de politólogos italianos. ¿Pero quién es la casta? Principalmente, PP y PSOE, pero por extensión cualquier político que se aferre al cargo y mire más por sus propios intereses que por los de “la gente” (que, en vocabulario podemista, sustituye al pueblo). También pueden serlo empresarios y periodistas en la órbita de los anteriores. La reacción de los grandes partidos, que se revolvieron ante la acusación, contribuyó a difundir aún más la expresión. Fue, además, uno de los primeros hitos con los que marcaron la agenda informativa de todo el espectro político.
¿Por qué?, esa era la pregunta que muchos hacían cuando Whatsapp decidió activar la función de doble marca azul, un icono que te confirma si tu mensaje ha sido leído por su destinatario. Antes, los mortales éramos felices al ignorar si alguien nos estaba evitando o si simplemente no había mirado su móvil en mucho, mucho rato. Las quejas, bromas y memes no se hicieron esperar en las redes sociales y, aproximadamente una semana después, la empresa cedió a las críticas y explicó en su página web cómo se podía desactivar. Pero era demasiado tarde, el doble check azul ya era parte de nuestro vocabulario.
Fue sin duda el virus más mediático de 2014. Tantas noticias sobre el brote en África Occidental, los infectados que se multiplicaban por minuto, los curas repatriados a Madrid, la sanidad española que no estaba preparada para ellos y el inesperado contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero tuvo a mucha gente pendiente de las novedades. ¿Que por qué teníamos miedo? El virus tiene un 90% de mortandad, es sumamente contagioso y no hay cura. Afortunadamente, Romero se recuperó y la crisis en España se disipó. Pero no sin antes llevarse por delante a Javier Rodríguez, ex consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que no soportó las críticas a su trabajo: "Si lo hubiese hecho mal Romero no estaría hablando", zanjó el 3 de diciembre. Al día siguiente se confirmaba su destitución.
En el Diccionario Panhispánico de Dudas se explica que se trata de un “calco del inglés to empower, que se emplea en textos de sociología política con el sentido de ‘conceder poder [a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente] para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida’.
2014 ha sido el año de Podemos, y una de sus palabras fetiche es empoderar, muchas veces utilizada por los dirigentes de ese partido. De hecho, el gran objetivo declarado por Pablo Iglesias es “empoderar a la gente”. No es que antes no se utilizara la palabra, pero ahora a la gente ya le suena mucho más familiar y la asocia a Podemos. Va calando la palabra y su uso en los periódicos es cada vez más habitual. En realidad, Podemos también quiere empoderar a los periodistas. Luz Sánchez Mellado escribió en junio que la reina Letizia estaba imponiendo su estilo y remataba así: “Vamos, que se ha empoderado en esa Casa. Y yo que me alegro”. Y de la Corona abajo, todos empoderados.
Si hay un verbo que se ha puesto de moda este año en Cataluña esescatir, que significa dilucidar, aclarar por qué ha ocurrido algo. El consejero del Interior catalán, Ramon Espadaler, ha rescatado la palabra, algo en desuso, y la ha utilizado ante cualquier situación. Desde un terrible suceso, como las muertes de diversas ancianas en sus domicilios en robos con violencia, hasta las víctimas de una ventada a las que se les cayó una pared encima, pasando por las polémicas muertes por reducciones policiales como la del actor Alfonso Bayard. "Hay que escatir lo que ha sucedido", ha dado como respuesta en diversas ocasiones el consejero. El verbo se ha puesto tan de moda que incluso se ha trasladado al lenguaje periodístico, donde los periodistas han acabado también escatiendo por qué laAudiencia Nacional ha ordenado la detención de anarquistas en Barcelona acusados de terrorismo, de dónde salen los borradores que han incriminado a los Pujol o quiénes son los autores de unapuñalamiento a dos seguidores del Paris Saint-Germain después de un partido del Barça.
Excálibur era el perro de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería infectada por ébola en el Carlos III que logró superar la enfermedad. Ante el caos provocado por la llegada del virus a España, la mascota alcanzó durante algunos momentos más protagonismo que su propia dueña. Al perro lo habían dejado encerrado en casa con comida y bebida, pero se decretó por orden judicial que fuera sacrificado ante el riesgo de que pudiera estar infectado. La campaña de solidaridad con el animal recogió más de 400.000 firmas en dos días –muchas más que para luchar contra la enfermedad-, revolucionó las redes sociales bajo el hashtag #salvemosaexcalibur y los partidarios de salvar al perro se atrincheraron frente a su puerta con escenas que recordaban a quienes tratan de detener desahucios (hubo hasta heridos). Sin embargo, ninguna de estas iniciativas logró frenar su trágico desenlace y Excálibur fue sacrificado.
A muchos, las siglas MAB no les sonará de nada. Sin embargo, empezarán a recordar la música al saber que en este Mercado Bursátil Alternativo era donde cotizaba Gowex, la firma dedicada a dar wifi gratis que resultó ser un fraude. La empresa de Jenaro García pasó en solo una semana de julio de ser una startup que recibía a ilustres como la alcadesa Ana Botella a la quiebra. Su colapso dejó tirados y con la boca abierta a 170 empleados, a sus pocos accionistas y a las Administraciones que trabajaban con ella y que se siguen preguntando cómo fue posible que los tejemanejes de Genaro pasaran desapercibidos a todo el mundo.
En realidad no ha habido una décima, sino dos. La primera fue la del Atlético de Madrid, que alzó su Liga número 10 de fútbol tras empatar a uno en la última jornada en el Camp Nou. Partido a partido, el grupo de Simeone encontró en el espíritu grupal y el ardor competitivo el mejor camino para superar a los dos grandes, Barcelona y Madrid. Y solo una semana después, los rojiblancos se quedaron a dos minutos de impedir la décima Copa de Europa del Real Madrid. Un gol agónico de Sergio Ramos en el minuto 93 llevó la final a la prórroga, donde los blancos no tuvieron misericordia (4-1). Fue la décima de Ramos, la copa más ansiada por el Madrid que tardó 12 años en llegar. Ya en la vuelta de las semifinales contra el Bayern de Guardiola, el héroe de final se coronó con dos tantos en una histórica victoria en Múnich (0-4), prólogo de una conquista que agigantó el mito de los blancos en la Champions.
Los episodios de angustia insuperable en el escenario protagonizados recientemente por Pastora Soler y Joaquín Sabina han puesto de actualidad el miedo escénico, una expresión que durante muchos años estuvo asociada a Jorge Valdano. Para él, los rivales del Madrid sentían miedo escénico cuando jugaban en el Bernabéu. A pesar de que su aplicación futbolística hiciera entonces fortuna, la expresión ya se había utilizado anteriormente en EL PAÍS en dos artículos firmados por Cabrera Infante y García Márquez. Desde mediados de los ochenta del siglo XX, la expresión se ha usado hasta el delirio, desde luego en el ámbito futbolístico, pero también en otros muchos. Este final de año nos ha traído de vuelta la expresión, aunque ahora ya no la usemos de forma retórica, tal como estábamos acostumbrados, sino para referirnos a las muy desagradables experiencias vividas recientemente por dos cantantes españoles que han tenido percances con el miedo escénico. Primero fue Pastora Soler y a última hora, Joaquín Sabina.
Son los estudiantes de magisterio mexicanos. Los futuros profesores de primaria se forman en centros que llaman "normales". De ahí el nombre de sus alumnos. En septiembre, 43 jóvenes de familias pobres que estudiaban en una de esas escuelas rurales desaparecieron a manos de una combinación letal de policías corruptos y sicarios de un cartel. Miles de mexicanos han salido desde entonces a las calles para exigir justicia por el probable asesinato de estos chicos que soñaban con ser maestros. En la puerta de su escuela cuelga un cartel: "castigo a los asesinos de normalistas".
En calidad de “partícipe a título lucrativo”, la exministra de SanidadAna Mato ha sido la última esposa de un imputado en sumarse a la lista de imputadas por estar involucradas o ser cómplices de sus maridos en las grandes tramas de corrupción en España. Esta figura prevista en el artículo 122 del Código Penal se aplica a cónyuges y/o herederos que consiguen beneficio económico de un delito del que no tenían conocimiento. El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz considera que Mato “habría disfrutado o se habría beneficiado” de los fondos del caso Gürtel, en el que su marido, Jesús Sepúlveda, está imputado. De ser probados los hechos, Mato sería responsable civil y respondería solidariamente junto con el condenado.
Hace solo un año al escuchar estas dos palabras todos hubiéramos pensado en el simpático personaje de los franceses Gosciny y Sempé. Pero la cosa cambió el pasado octubre, cuando se supo de ladetención de Francisco Nicolás Gómez Iglesias. Y aunque no es tan pequeño ni tan inocente como su homónimo de ficción, el caso es que desde entonces hemos asistido atónitos, en papeles y platós, al relato de sus correrías diurnas y nocturnas. Estas, convenientemente aderezadas con una extensa colección de fotos, convirtieron su rebautismo en un éxito mediático instantáneo. Y como la historia del nuevo Pequeño Nicolás parece lejos de acabarse -como por otra parte suele suceder con los asuntos de Tribunales- una vez desentrañado el misterio de su entrada en la coronación de Felipe VI, no es descartable que sus paseos en coche oficial, sus fiestas en chalés y áticos de lujo o sus dimes y diretes con el Centro Nacional de Inteligencia nos sigan acompañando durante 2015.
Su significado depende de los barrios. Para la RAE, un derivado de plebiscito, la “resolución tomada por todo un pueblo a pluralidad de votos”. Para Artur Mas, las plebiscitarias son unas elecciones en las que, con el formato de unas autonómicas, se decide si Cataluña debe ser independiente o no. Para Miquel Iceta, líder del PSC, es lo que “hacían en Alemania en 1934”, aunque eso de comparar a Mas con los nazis está feo y luego lo matizó. Para los catalanes es la palabra de cabecera en la refriega política, sustituyendo a la ya añeja consulta, despedida con emoción y pompa el 9 de noviembre.Plebiscitarias entra con impulso en el ranking de palabras de 2014 y amenaza con quedarse en el 2015 si finalmente Mas cumple con su aviso de convocarlas.
Las perforaciones del suelo marino que está llevando a cabo Repsol a 54 kilómetros de las costas de Fuerteventura y Lanzarote para buscar hidrocarburos han soliviantado a los canarios – los desaprueban un 75% de ellos, según una encuesta encargada por el Gobierno regional-; y al propio Ejecutivo de Paulino Rivero, que convocó un referéndum recurrido por el Gobierno de Rajoy y que finalmente suspendió el Tribunal Constitucional. La compañía ha comenzado las prospecciones al margen de la oposición popular: el primer sondeo se está realizando en la zona bautizada como Sandía y, en función del resultado, decidirá si acomete el segundo, en el bloque llamado Chirimoya.
Amanecía el lunes 27 de octubre con los ecos de un discurso que Mariano Rajoy había pronunciado en Murcia, ante la créme de la créme del PP, el día anterior. Se quejaba de que se identificase, así, en bruto, España con corrupción. Aquel lunes a primer ahora de la mañana se conoció la detención de Francisco Granados, que fue número dos del PP madrileño hasta 2011, y otro medio centenar de alcaldes, populares en su mayoría, y empresarios por una trama clásica de pago de mordidas para conseguir contratos y adjudicaciones. A lo largo de la mañana conocimos que se llamabaOperación Púnica y algunos recordaron los tiempos de pizarra y pupitre, memorizando detalles sobre los enfrentamientos entre romanos y cartagineses que terminaron con Cartago y alimentaron el esplendor de Roma. Pero no era púnica por eso: en botánica, como en química o zoología, donde todo tiene una denominación universal en latín, el granado, es Punica granatum. Y Granados es el apellido del más destacado de los implicados en la trama. Ahora está encarcelado en la prisión que él mismo inauguró.
El fenómeno Frozen nació a finales de 2013. La película llegó las pasadas Navidades como un título menor de Disney previsible y algo ñoño (el clásico cuento de princesas con personajes estereotipados y final feliz). Ni los críticos más certeros, ni la propia Disney supieron anticipar la magnitud del fenómeno. Su vertiginoso éxito se explica por la calidad de su banda sonora, compuesta por Kristen Anderson-López y su marido Bobby López, pero que perfectamente podría haber firmado sir Paul McCartney o el extinto Michael Jackson. Suéltalo(Let it Go, en su versión original en inglés), el tema estrella, ganó el Oscar a la mejor canción origina, ha sido traducido a 41 idiomas y ha ocupado el primer puesto de los discos más vendidos en EE UU durante 13 semanas ininterrumpidas. Mientras, su vídeo oficial en Youtube supera con holgura las 35 millones de visitas. La canción, que en español interpreta Gisela, es un canto a la rebeldía. También se ha convertido en un himno del colectivo LGTB (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales). Una bandera que empuñan con orgullo las preadolescentes de medio mundo y que también ha cautivado a los más pequeños, que no paran de tararearla, y, por qué no decirlo, también sus padres.
Tarjetas de crédito distribuidas por Caja Madrid a 86 directivos de la entidad entre 2003 y 2012. Sus titulares no tenían la obligación de justificar los gastos y estaban exentas de tributación. Entre los acusados figuran: el expresidente de Caja Madrid y Bankia, Miguel Blesa, quien gastó más de 4.000 euros en El Corte Inglés, 75.000 en hoteles y más de 70.000 en viajes; el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, más de 3.500 euros en vino en un solo día; el exjefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, quien gastó 23.887 euros en restaurantes y retiró en metálico 52.300 euros en tandas de 500 o 600 euros. En total se gastaron unos 15 millones de euros. Pese al despilfarro, los imputados dicen que no sospecharon ni vieron nada raro. La causa judicial sigue abierta y los exconsejeros (sindicalistas, empresarios y políticos) han dimitido o han sido expulsados de sus organizaciones.
La idea de economía colaborativa ha cobrado fuerza en tiempos de crisis. Una aplicación que ha hecho fortuna y se ha lucrado desde esa necesidad forma parte del diccionario de palabras que aprendimos en 2014, y ya vive asentada en 52 países y más de 250 ciudades. Uber da la posibilidad de localizar al conductor más cercano en la ciudad, cuando se precise de un desplazamiento, tecnología mediante. En abril, Bélgica fue el primer país que prohibió su uso después de que los taxistas pusieran el grito en el cielo. Los conflictos no habían hecho más que empezar. Manifestaciones del gremio en Londres, Berlín, Madrid, Barcelona… Mientras, la valoración de Uber ha subido como la espuma, hasta entrar en los anales de la historia entre las empresas con más valoración de Silicon Valley, ajena a una tormenta que se ha convertido en tempestad. La Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Berlín —y después toda Alemania en una decisión gubernamental que fue desautorizada recientemente por un tribunal— también han dicho ‘no’ a Uber, so pena de multas de hasta 6.000 euros en el caso de Cataluña. En España, la aplicación se extiende más rápidamente que en otros países europeos.Un tribunal español ha suspendido cautelarmente sus operaciones ysu uso se ha prohibido ya en 13 países.
Vapear es "fumar un cigarrillo electrónico”, según define el libro de estilo de EL PAÍS, que además indica que ha de usarse en cursiva porque el nuevo verbo “yo vapeo, tú vapeas, él vapea…” no ha sido admitido aún por la RAE. El diccionario Oxford considera que vapear es la palabra del año (en 2013 consagró a selfie) pero no es todo halagüeño lo que rodea al pujante cigarrillo electrónico, que movió 3.000 millones de dólares en 2013 en todo el mundo: la Organización Mundial de la Salud emitió el pasado agosto un esperado informe en el que establece que no es un producto inocuo —“no es vapor de agua”— que el vapor perjudica a terceros y que no es cierto que sea un producto para dejar de fumar, puesto que mantiene la adicción a la nicotina. El vapeo, según la OMS, debería prohibirse (igual que el tabaco), en lugares cerrados.
24/12/2014 en Actualidad, Ciencia, Cine, Deportes, Libros, Literatura, Música, Televisión, Viajes, Web/Tecnología, Weblog | Enlace permanente
El escritor Antonio Muñoz Molina en el estudio de su casa, en Madrid. En las manos tiene un ejemplar del número de la revista 'Life' dedicado al asesino de Martin Luther King en mayo de 1968. / BERNARDO PÉREZ
"Pocas veces me he visto tan arrastrado por una historia”, diceAntonio Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) en su casa de Madrid. “Ha sido un año de intensidad”. El año es lo que ha tardado en escribir su nuevo libro, Como la sombra que se va (Seix Barral), que se publica el martes que viene. La historia es, resumiendo mucho, esta: 4 de abril de 1968. James Earl Ray, de 40 años, asesina enMemphis a Martin Luther King y huye. Entre el 8 y el 17 de mayo se esconde en Lisboa, donde trata de hacerse con un visado para Angola, para Rodesia, para donde sea.
Diciembre de 2012. Muñoz Molina espera en un café del Chiado a su hijo, que vive en la capital portuguesa. El muchacho cumple 26 años y el padre recuerda las dos noches que él mismo pasó solo en la ciudad en enero de 1987, cuando el niño tenía un mes. Sobreponiéndose a la mala conciencia de dejar atrás a la familia, iba buscando inspiración para una novela que empezó llamándose El invierno en Florencia y terminó siendo El invierno en Lisboa.Galardonado con el Premio de la Crítica y el Nacional de Literatura, fue el libro que cambió la vida a su autor, que por entonces era un funcionario raso del Ayuntamiento de Granada dividido entre la vocación literaria y las ataduras domésticas, y hoy es académico de la RAE y premio Príncipe de Asturias de las Letras. El catedrático de historia contemporánea Justo Serna acaba de dedicar un libro a su obra: Antonio Muñoz Molina. El tiempo en nuestras manos(Fórcola).
Octubre de 2013. Muñoz Molina y Elvira Lindo, su segunda esposa, pasan un mes en Lisboa. Él va a trabajar en una novela de la que lleva escritas 120 páginas y que nada tiene que ver con todo lo anterior. Sin embargo, cuando se pone a ello, la memoria y la imaginación se desatan. La obsesión por Ray —pisar las calles que pisó, leer las novelas baratas que leyó, fatigar los archivos del FBI— se cruza con su propio pasado y se lanza a escribir. El resultado es una absorbente reconstrucción de los días del asesino en Lisboa y, paralelamente, el descarnado examen de conciencia de un autor que habla crudamente del hombre que era hace casi tres décadas: un “adolescente tardío”, un novelista que “tocaba de oído”. Elvira Lindo—cuya presencia atraviesa todo el relato— fotografió durante meses los escenarios de esa escritura. Algunas de sus instantáneas, comentadas por ella misma, forman ahora parte del volumenMemphis-Lisboa, publicado por Oficio Ediciones.
PREGUNTA. ¿Cuenta con que el lector puede sentir empatía con el asesino? Aislado y perseguido, a veces uno casi desea que se vaya a Rodesia y lo dejen tranquilo.
RESPUESTA. Eso no se calcula. Cuando eliges escribir sobre un personaje así es porque hay algo que te atrae, claro, aunque sea algo no sé si morboso. Existe ese dicho francés de “tout comprendre c’est tout pardonner”, y aunque no es exactamente así, tú quieres comprender. Sobre todo cuando se trata de gente de la que tienes mucha información, pero de la que te falta la información fundamental. Porque Ray nunca confesó. Los testimonios que hay sobre su racismo vienen de terceros. Si te acercas mucho a una vida ves que es muy compleja y que no puede resumirse en una caricatura. Sientes un profundo rechazo a lo que hizo, pero si comparas la infancia de este hombre con la de Martin Luther King, la de King es bastante mejor. La novela como arte tiene la pasión por mostrar, quiere mostrarlo todo desde todos los puntos de vista.
P. Hay quien piensa que comprender es justificar.
R. Yo creo que no. Tenemos el instinto de querer comprender lo que sucede en la mente de los demás. Es uno de nuestros rasgos fundamentales como especie, pero eso no puede llevarte al relativismo de decir: sufrió tanto...
P. Visto tan de cerca, el asesino es un tipo maniático pero educado. También Martin Luther King era normal. El malo no es el demonio y el bueno no es un ángel.
R. El bueno es una persona extraordinaria que se ha visto llevado por las circunstancias. Y eso lo hace más interesante. Lo curioso de King es que se convirtió en un héroe porque lo mataron. En 1968 estaba siendo muy contestado. En esos meses es un hombre cansado y asediado. Por la izquierda, por los Panteras Negras; por el lado más templado, debido a su evolución hacia la reivindicación de la justicia social —no solo de los derechos civiles— y contra la guerra de Vietnam. Para unos es un burgués traidor; para otros, un extremista peligroso.
P. ¿Al escribir pensaba en un hipotético lector americano? Martin Luther King no significa lo mismo para un europeo que para un estadounidense.
R. Es un ejercicio mental complejo. Por una parte, no puedes escribir pensando en un tipo determinado de lector porque el proceso de escribir tiene que ser soberano. Por otra, es inevitable. Ya me pasó con La noche de los tiempos. Tenía que escribir pensando que había lectores que necesitaban más información que otros. Tenías que tener esa astucia en la cabeza, pero eso no podía llevarte a simplificaciones pedagógicas. Hay una cosa que he aprendido y es que el lector de literatura se parece mucho universalmente. Dejando aparte el grado de información que se tenga, el lector es bastante homogéneo. Uno alemán se parece bastante a uno español o inglés. El texto final lo sometí a un lector cualificado americano para evitar meter la pata en cosas que son mucho más delicadas para un americano que para un español. Cuestiones raciales, por ejemplo. Nosotros somos mucho más laxos.
P. ¿Y había acertado con el tono?
R. En algunos casos se me había ido un poco la mano. Aquí todo el mundo se ríe de la corrección política, pero en sitios donde la gente conserva la memoria de la discriminación hay que ser más cuidadoso.
P. Otra de las precauciones que toma es usar iniciales para un personaje, la prostituta que conoce a Ray.
R. Esta mujer fue prostituta y muy probablemente todavía vive. Te mueves en la tensión entre contar con naturalidad y no invadir la vida de otros.
P. Las iniciales son un recurso de la no ficción, pero usted habla de novela. Todos los personajes son reales, ¿por qué no es un libro de no ficción?
"Ficción no es solo inventar, ficción es organizar de una cierta manera. Muchos rasgos que se dice que son de la novela de ahora han estado ahí desde el Quijote"
R.Pues no lo sé. De lo que estoy seguro es de que cualquier elemento de ficción colocado en un texto lo convierte todo en ficción. ¿Por qué esto es ficción? Porque me atrevo a hablar desde el interior de la conciencia de los personajes. Lo que cuento está muy contrastado, pero no sé si estaban pensando lo que yo digo que estaban pensando. ¿Y sabes lo que es más ficción? El todo. Ficción no es solo inventar, ficción es organizar de una cierta manera. Muchos rasgos que se dice que son de la novela de ahora han estado ahí desde el Quijote. El límite borroso entre lo inventado y lo no inventado, por ejemplo. ElLazarillo se presenta como una autobiografía. Paco Rico lo dice siempre: el Lazarillo no es anónimo, es apócrifo. Esa es una intuición admirable.
P. Quizá se piensa en la novela del XIX.
R. Cuando se habla de la novela del XIX me quedo estupefacto. Hay tantas novelas distintas en el siglo XIX, tan radicalmente experimentales en muchos casos. Oyes eso y te imaginas una novela robot, convencional, costumbrista. ¿Dónde está esa novela? PorqueLa educación sentimental no es así.
P. Tal vez novela es lo que leemos como novela. Su libro cambia si el lector sabe mucho de Martin Luther King o de usted.
R. En el mundo anglosajón está más claro porque se presta mucha más atención a la veracidad comprobable de los hechos. Hay un pacto. La no ficción tiene muy limitada su libertad. Tienes libertades formales, pero no con los hechos.
P. ¿Y no sucede que el autor quiere que lean su libro como novela porque el lector le da más valor? En la presentación de Lo que me queda por vivir, usted recordó haberle dicho a Elvira Lindo que no hablara de los capítulos como de cuentos porque la gente lo iba a valorar menos.
R. Es que somos así de simples, sobre todo en un país como el nuestro en el que todo el mundo está buscando siempre motivos para no leer. La gente dice: “¿Cuentos? No me interesa”. ¿Cómo puedes, hablando de literatura, decir “no me interesa”?
P. Para mucha gente no es lo mismo una novela de Muñoz Molina que un libro sobre el asesino de Martin Luther King.
R. Claro. En España hay mucho menos respeto a la no ficción porque parece que no es literatura. Tenemos muy enraizado que en el fondo lo que es literatura es la novela. Parece que la no ficción tiene siempre una categoría menor. Eso en un país en el que han escrito Josep Pla y Chaves Nogales.
P. El libro tiene mucho de examen de conciencia cuando habla de 1987. Queda usted bastante mal en su autorretrato. “Ahora es cuando siento vergüenza”, llega a decir.
R. Es que es así. La novela surgió de esa contraposición repentina. Me dije: estuve aquí hace muchos años, en un viaje medio furtivo con este niño, que ahora tiene 26 años, recién nacido. Al principio eso iba a tener un sentido estrictamente literario: ver cómo cambia la idea que uno tiene sobre la ficción. Pero empiezo a escribir y me acuerdo del día en que nació mi hijo y del disco que estaba escuchando en ese momento. Eso desató algo que yo no tenía previsto y me puse a explorar por ahí, con mucho desconcierto. No quería hacer un juego metaliterario. Fue saliendo esa parte y muchas veces era difícil, pero si quieres ser honrado hay cosas que tienes que contar. Para que tenga sentido la construcción total.
P. ¿No es arriesgar mucho?
R. No. Una de las cosas que he aprendido en Estados Unidos es que se puede escribir con franqueza sobre la propia vida, y que ese ejercicio puede ser valioso. Nosotros somos muy pudibundos. Lo que yo he contado en comparación con las memorias de un americano o de un inglés... No es que ellos sean desvergonzados, es que tienen una integridad y esa idea de que las cosas tienen que ser contadas. Eso me ha alentado mucho. En un capítulo cuento que de repente me suceden cosas que no me hubieran sucedido si no hubiera escrito El invierno en Lisboa y que cambian mi vida. Ya alguna vez había contado que había visitado a Onetti, pero es que no solo había visitado a Onetti, es que la noche antes había tenido un deslumbramiento amoroso. Tú cuentas lo de Onetti y estás en un territorio seguro, porque es literario, pero las personas no somos solo literatura. ¿Que eso tiene ciertos riesgos? Tiene un riesgo literario no ya por cómo será juzgado, sino porque puede no sostenerse.
P. Y personal, ¿no? Uno va leyendo y se pregunta: ¿qué pensarán sus hijos?
R. Eso también está muy medido. Ahí es donde tienes que tener más cuidado. Lo que no voy a hacer es arriesgarme a hacer daño a las personas que más quiero. Pero también las personas adultas tienen que enfrentarse a las cosas. Qué le vamos a hacer, hemos sido así. Somos así.
P. Del autor de El invierno en Lisboa dice que “escribía de oídas”.
R. No creo que una verdad contada honradamente haga daño. Queda dañada una visión edulcorada y romántica del escritor, pero no tenemos ninguna necesidad de ella.
P. ¿Y ahora cómo toca? ¿Se aprende a tocar?
R. Aprendes a considerar cada cosa que pones con mucho más cuidado, aprendes una especie de integridad.
P. ¿Ha releído El invierno en Lisboa?
R. No way. La leí por última vez por obligación hará como 15 o 16 años, para revisar una traducción. No puedes arreglar un libro como no puedes arreglar el pasado.
P. ¿Y qué impresión le dio hace 15 años?
R. [Sonríe. Silencio] No sé… Había demasiado humo. En muchos sentidos.
P. Es curioso releer las crónicas de 1987: la presentación del libro en un bar, la expectación después del éxito de Beatus Ille…
R. Un éxito muy relativo, retrospectivo sobre todo.
P. Bueno, publicar en Seix Barral después de pagarse usted la edición de su primer libro…
"No he vuelto a leer 'El invierno en Lisboa'. No puedes arreglar un libro como no puedes arreglar el pasado"
R. Es un salto tremendo, sí. En esa época hubo una serie de éxitos repentinos de libros literarios de gente desconocida. Había empezado con El misterio de la criptaembrujada. Mendoza había publicado antes el Savolta, pero su éxito vino con La cripta. Aparecieron Ferrero, Llamazares, Marías llegó a más lectores, Soledad Puértolas, Martínez de Pisón, García Sánchez…Cuando publiqué El invierno en Lisboa pasé por Madrid y fui a la Feria del Libro con la ilusión de ver mi novela. No estaba. De pronto la gente empezó a leerla. Luego dicen que todo está planificado. Había escritores, pero lo que empezaba a haber era un público. Los escritores creaban el público al hacer la novela.
P. En una entrevista de aquel año, dice que la narrativa joven era un invento.
R. ¿Sabes lo que era un invento? Esa impaciencia por crear caracteres comunes. Me llamaba la atención que se insistiera tanto en que éramos jóvenes. ¿Qué mérito tiene serlo? Yo pensaba en la edad a la que se habían escrito grandes libros. Entonces El gran Gatsby también es narrativa joven.
P. El invierno en Lisboa ganó el Premio Nacional de Literatura. Luego volvió a ganarlo El jinete polaco. ¿Qué piensa de los que están renunciando a esos premios?
R. Que todo el mundo tiene que hacer aquello que en conciencia cree que tiene que hacer, pero también pienso que los gestos de uno tienen que ser coherentes. Pensemos en Jordi Savall. El jurado del Premio Nacional de Música es gente de primera fila, y algunos se sintieron muy ofendidos. Si tú recibes el Premio de la Generalitat y lo agradeces y, a continuación, recibes el Nacional y dices que no, ¿qué pasa? ¿Que la Generalitat tiene una gran política cultural, que no tiene recortes? Hay que protestar contra la política de este Gobierno, que es brutal y destructiva, parecida a la de otros Gobiernos y no solo centrales. Pero ¿y si recibes el premio y lo donas? Además, uno puede, honradamente, necesitar el dinero. A lo mejor a mucha gente, tal y como están los trabajos artísticos, el premio le resuelve una parte de la vida. Eso es muy respetable. Cuando yo gané el Planeta me preguntaban en qué vas a gastar el dinero. Pensaba: ¿por qué no se lo preguntan a los arquitectos? Como te dedicas a estos trabajos parece que tienes que vivir miserablemente.
"La renuncia de Jordi Savall al Premio Nacional de Música ha ofendido a algunos miembros del jurado, gente de primera fila"
P. ¿Le cambió más la vida el Premio Nacional o el Planeta?
R. El Nacional, vamos, el éxito comercial que desató, porque me permitió algo a lo que aspiran las personas honradamente: a mejorar de posición y a tener una temporada de desahogo. Eran dos millones y medio de pesetas, pero si trabajas de auxiliar administrativo y ganas 60.000 pesetas al mes…
P. Cuando el año pasado publicó Todo lo que era sólidohubo quien dijo que su crítica a la degradación de la vida pública quedaba algo desautorizada porque había ganado un premio tan rodeado de sospechas como el Planeta.
R. Mira, yo hice una novela bastante poco comercial, me presenté a un premio porque en ese momento, por razones biográficas, me venía bien poder tener un poco de holgura económica, lo gané y, a lo largo de los años, de sobra he cubierto el adelanto que me pagaron.
P. ¿No se la encargaron? Suele decirse que por política editorial y de promoción...
R. Es un premio comercial, claro que sí. Yo no sé en otros casos, en el mío no tengo nada que disimular. Cuando gané ese premio hubo gente a la que yo tenía afecto que incluso me negó el saludo. Luego, curiosamente, alguno de ellos se presentó y lo ganó. Yo decía: “Esperad a leer la novela”.
P. Pero no es un premio cualquiera. Se presentan 500 personas y se le supone una buena fe que está muy en entredicho.
R. Sí, pero imagínate una novela como El jinete polaco las posibilidades que tiene de ser una novela de encargo.
P. En Todo lo que era sólido planteaba la necesidad de una rebelión cívica. ¿Se ha producido?
R. Creo que se está produciendo. Lo que más esperanza me da es que la corrupción ya no es impune.
P. ¿Y el 15M y Podemos? Al leer rebelión tiende a pensarse en ellos, no en los jueces que hacen su trabajo.
R. Es que eso era lo que yo decía, que cada uno hiciera lo que tenía que hacer. Esa es la parte que me interesa. Me parece cansino que se hable siempre de lo mismo. Hay aspectos de la realidad sobre los que nunca se dice nada: la educación, el medio ambiente…Hay una inflación verbal a la que no quiero sumarme.
22/11/2014 en Actualidad, Alarma social, Libros, Literatura, Viajes | Enlace permanente
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