Castilla-La Mancha está tocada y hundida. Su índice de miseria -que es pobreza- se dispara al 29,2%, hallándose por encima de la media nacional (España 26,4%, el más alto de la UE), o sea, de ser una región en ascenso dentro de un país con alto crecimiento económico, uno de los más ricos de la UE, desciende hasta convertirse en un territorio poco pudiente de uno de los estados más pobres.
Según un estudio de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett), que cruza las tasas de paro e inflación para conocer el deterioro de los niveles de vida de los ciudadanos, destaca que la tasa se ha incrementado un 15,5% en cinco años, ya que en 2007 se calculaba en un 10,89 por ciento. El aumento, según explica, se debe al crecimiento del paro, (ha subido casi 16 puntos desde entonces), ya que la inflación se ha reducido un 0,47 por ciento. En esta línea, en el último año el índice ha avanzado un 1,62 por ciento, porque el paro creció 3,15 puntos y la inflación cayó un 1,53%. La variable del desempleo hace que España registre el mayor índice de miseria de toda la Unión Europea (27 países) con casi 13 puntos porcentuales más que la media comunitaria, fijada en un 13,5%.
"Evidentemente, las enormes diferencias que existen entre los Índices de Miseria entre unas comunidades autónomas y otras radican esencialmente en el deterioro del mercado de trabajo, ya que la inflación se mantiene más o menos estable en todo el país", explica el informe. Atendiendo a la evolución, sólo Aragón y Murcia han mejorado las tasas respecto del primer trimestre de 2011, con reducciones en torno al uno por ciento. Por contra, en Extremadura la miseria ha avanzado un 5,2%; en Castilla-La Mancha, un 3,4 por ciento y en La Rioja ha crecido un 3,2.
Mientras tanto, la presidenta del Gobierno de Castila-La Mancha, María Dolores Cospedal, durante su intervención en el Debate del Estado de la Región, reduce hoy su columna de acción en política social a anunciar un nuevo modelo de “diálogo permanente” con toda la sociedad de la región, “un diálogo que hemos mantenido abierto, en permanente contacto con las asociaciones y colectivos de toda Castilla-La Mancha”. Por fin, dice, que tiene intención de reunirse con los agentes sociales –el presidente de la Confederación de Empresarios de Castilla-La Mancha, los máximos representantes de los sindicatos CSIF, CC.OO. y UGT de la comunidad autónoma-, además de las organizaciones agrarias, los colegios profesionales y los colectivos de personas con capacidades diferentes, entre otros. En su simplicidad, quietista y sin imaginación, disminuye la referida interlocución mantenida desde su ascenso al gobierno autonómico a la creación del Observatorio Regional de Mercado, como “pieza fundamental dentro del diálogo social”. Como consecuencia: aquí tenemos los resultados. Nefastos. No volveré ahora a desglosarlos, pues en pasados artículos ya lo hice suficientemente, y, por tanto, a ellos me remito.
Pero, además de infausto, el corolario de su gobierno resulta jocoso, tras escuchar a Cospedal en el Debate del Estado de la Región. Sobre todo cuando ha propuesto durante el gran debate regional al Grupo Parlamentario Socialista reducir a la mitad los diputados del Parlamento regional y que dejen de cobrar. Esto pone en evidencia la desmoralización y el abatimiento de la presidenta castellano-manchega, que, con su discurso engreído y superfluo, lo quiere meramente es que se hable de esto.
A tenor de lo visto en ambos grupos, que acudían a dicho debate absorbido por dos determinismos efímeros –el PP buscaba “ilusionar” y el PSOE que “se aclaren dudas”-, al ciudadano castellano-manchego nos empujan con su política de cuneta a rechazar con más rabia aún al PPSOE y sus fundamentos institucionalizados, perecederos y demasiado escuetos, muy alejados de lo que hoy se conoce como política activa. En esta dirección, yo les aconsejaría la lectura de la obra de Antoni Gutiérrez-Rubí “Micropolítica: ideas para la comunicación política”, todo un impulso a la neuropolítica, algo tan simple como conocer el cerebro para liderar las ideas. Y a fe que eso es algo muy alejado de las cimas de perspectiva de esos dos partidos, en especial del PP desde que tomó las riendas del Gobierno de Castilla-La Mancha.
Ha puesto el Partido Popular entre sus siete retos para el curso político en Castilla-La Mancha, junto al diálogo, el paso de “construir en positivo” y gobernar con eficacia, responsabilidad y determinación, poniendo el partido al servicio de las personas, con la elaboración de unos presupuestos que permitan la creación de empleo y el crecimiento económico. Ya hemos dicho que en el año de gobierno que llevan aquí sus pasos van en la dirección opuesta. Tan torcida y resquebrajada es su política, que ha obligado hoy mismo al sindicato CSI-F –del que no puede decirse que esté al servicio de los intereses y la manipulación de “la izquierda”- a pedir a la presidenta Cospedal que ponga fin a las continuas agresiones que están sufriendo los empleados públicos de sus Administraciones. Son recortes que incluyen la supresión de la paga extra de Navidad aprobada por el Gobierno de Rajoy (supone el 7% de las retribuciones anuales de los empleados públicos), más la reducción del 3% del salario bruto individual mensual aprobado por el gobierno de Cospedal en el Plan de Garantías de los Servicios Sociales. Si a estos recortes y congelaciones –incluido el 5% de Zapatero- unimos un nuevo recorte salarial del 10% para miles de empleados públicos de nuestra región, supone una inasumible pérdida retributiva por encima del 20%. Con toda la enorme y muy negativa repercusión en el consumo, el comercio, el sector servicios y la economía en general. Por todo ello, CSI·F insiste en demandar a la Presidenta Cospedal la anulación del recorte autonómico del 3% del sueldo a los empleados públicos, tal y como lo han hecho en otras regiones como Andalucía o Madrid.
En consecuencia, yo también me pregunto junto a CSI-F “si queda alguien en Castilla-La Mancha que no crea que el despido de 4.853 interinos en la región va a tener una repercusión negativa inmediata en el crecimiento y el empleo. ¿Cómo no va a subir el paro en Castilla-La Mancha en 2.544 personas en agosto? Son parados de la función pública como lo demuestran los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo que reflejaban una caída del 7’71% de afiliación a la Seguridad Social en las Administraciones Públicas”. El sindicato independiente señala además que estas medidas inciden directamente -y lo estamos sufriendo todos los castellanomanchegos- en el servicio público asistencial básico a los ciudadanos, afectan a la cartera de servicios y las listas de espera de los Hospitales y disminuyen la calidad de la enseñanza de nuestros hijos. Sin duda, el control del déficit o el pago de la deuda no pueden exigir este sacrificio ni suponer esta asfixia para miles de empleados públicos de nuestra región. Y esto no lo ha asumido en ningún momento Cospedal y su equipo, al cual debe renovar con urgencia si pretende llevar a cabo la racionalización, optimización y la eficacia de las administraciones en Castilla-La Mancha, como ha dicho hoy, en el Debate del estado de la Región.
En éste ha propuesto asimismo la creación de una Comisión de estudio en las Cortes regionales para la racionalización, optimización y la eficacia de las administraciones en Castilla-La Mancha. Podría ser sólo un punto de partida, pero como se reduzca a la simple discusión política entre los políticos del PPSOE, habrá dado todo de sí antes de empezar y no se habrá avanzado en esta esfera ni medio metro, porque con el objetivo final de “reducir la burocracia administrativa” (según los cánones neoliberales importados desde el Madrid de Esperanza Aguirre) elaborará su pretendido objetivo de “escribir” esa Ley de Racionalización y Armonización de las Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha, aunque nunca edificará la Administración idónea del siglo XXI que demandaba Fernando Sáinz Moreno, Catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y Letrado de las Cortes Generales; es decir, en un momento en el que tanto entusiasmo despierta entre los populares y su camada la idea de modernizar las Administraciones Publicas tomando como modelo a las grandes empresas privadas, estimuladas por la tensión de la competencia en el libre mercado, “hay que recordar las limitaciones de ese modelo e, incluso, aunque pueda parecer sorprendente, lo que la empresa privada debe aprender de las Administraciones Públicas, de su experiencia al servicio del interés general y del ejercicio racional del poder” (Sáinz Moreno”).
Más todavía, yo aconsejaría a la directiva del PP en Castilla-La Mancha que consultara a la Cátedra de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Castilla-La Mancha, en la que presto servicio como profesor, y donde le trasladaríamos otra idea para modernizar sólidamente las Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha.
Esa idea, lejos de los miedos, inhabilitaciones, falta de imaginación política y el quietismo sin miramientos arriba tratados, entrevé que no todo, en la vida social, se reduce a la producción y al consumo, ni el poder público se rige sólo por las leyes del mercado pese a que hoy, la organización social de un pueblo se valore por la calidad de vida que proporciona a sus ciudadanos entendida ésta como el nivel de su bienestar material y ello porque incluso para alcanzar ese objetivo material hay que respetar y hacer reales los valores y los derechos que protegen a todos los hombres, en todas las circunstancias, y en todo momento. Pero, además y en palabras del doctor Sáinz Moreno, “es una simpleza inexacta contraponer la imagen purificada de la empresa privada como una organización ágil, eficaz, eficiente, respetuosa con la dignidad de las personas, expresión, en suma, de las virtudes cívicas, a la imagen ennegrecida de la Administración pública, vieja, opaca, caduca, lenta, ineficaz, egocéntrica y corrupta. Ni lo uno ni lo otro”.
Juan Andrés Buedo
Miembro del Consejo Territorial de UPyD de Castilla-La Mancha,
encargado del Grupo de Trabajo de Asuntos Sociales.
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Publicado por: Choosing | 17/12/2012 en 05:04 p.m.