El término "coma político" se utiliza en el análisis y la opinión pública para describir un estado de parálisis, bloqueo o inactividad profunda en el sistema político y de gobierno de un país. Este estado implica que las instituciones y los actores políticos están incapacitados para tomar decisiones eficaces, resolver crisis o avanzar en reformas, lo que genera una situación de máxima gravedad y pronóstico reservado para la gobernabilidad y la legitimidad democrática.
La expresión no está establecida formalmente en la teoría política, pero se usa de forma metafórica o figurada para describir situaciones en las que:
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Un país o gobierno entra en una parálisis política.
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Las instituciones democráticas funcionan de forma mínima o disfuncional.
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No hay liderazgo claro o capacidad de tomar decisiones importantes.
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Se vive una situación de crisis prolongada, estancamiento o apatía social.
En esta situación se halla ahora mismo España, y por consiguiente en Cuenca. El PSOE y el gobierno de Pedro Sánchez han sido descritos como "en coma inducido" o "coma irreversible" debido a la parálisis legislativa, la dependencia de socios minoritarios, y los escándalos de corrupción que han debilitado la credibilidad y la capacidad de acción del ejecutivo.
Este fenómeno no es una simple metáfora, puesto que describe una situación real donde la política pierde su capacidad de acción y renovación, quedando atrapada en la inercia, la polarización y la desconfianza. La salida de este estado requiere voluntad de diálogo, responsabilidad histórica de los líderes y una renovación profunda del sistema político. Un renovamiento cuya vía directa en la democracia lo da siempre la convocatoria electoral.
En "la sombra del burro" Joaquín Manso, director del diario El Mundo, dictamina sin rodeo alguno que la densidad pornográfica de los audios en los que protagonizan una estampa barriobajera Ábalos, Cerdán y Koldo es un retrato moral, o por mejor decir, deshonesto e indecente . Es el fin de una era: Sánchez aguanta sólo porque no tiene otra salida.
El presidente del Gobierno español debería dimitir por un imperativo ético democrático, síntesis en todo instante de la ética del poder y de la responsabilidad política: «La sospecha es incompatible con la dignidad del cargo». Sin embargo, ocurre que en el caso de Pedro I "El Mentiroso" esa es precisamente la razón por la que no va a hacerlo. La densidad pornográfica de los audios que descubren una organización criminal en la cúpula del PSOE -«el hijo de puta de Santos en Madrid de fiesta en fiesta gastándose la pasta»-, su sordidez fulminante -«la Carola se enrolla que te cagas»-, constituye el retrato moral de 11 años de corrupción en el corazón del sanchismo, desde el instante fundacional hasta el ocaso, e ilumina las motivaciones mafiosas del proyecto político que pretende desencuadernar las instituciones del Estado y redefinir la idea misma de España para acomodarlas a la continuidad personal del presidente. ¿Quién habría pensado que quien ha desarrollado una concepción tan amoral y sin escrúpulos de la política necesitaría rodearse de una guardia de amorales para aplicarla? Asistimos al fin de una era: Sánchez ya sólo aguanta porque no tiene otra salida.
El presidente enfrenta imputaciones contra su esposa y su hermano por tráfico de influencias, contra su fiscal general por abusar del poder para perjudicar a una adversaria política, y contra dos secretarios de Organización por corrupción. Cada una de estas situaciones es inédita en la historia democrática de España. Este escenario refleja un uso patrimonial del poder centrado en él mismo. La debilidad política de Sánchez deja al país a merced de las implicaciones del informe de la UCO.
No se puede ir por la vida sin dignidad, debe entender Sánchez. Esto conecta con tres interrogaciones: ¿No se da cuenta? ¿Qué asesores tiene usted? ¿No tiene, aunque sea sólo por un instante, un mínimo de sentido del ridículo? Usted preguntó en una ocasión como sería valorado en los próximos años su paso por el gobierno, y la respuesta es sencilla, como un incapacitado para entender el significado de lo que es y significa la dignidad.
Las pesadillas levantan al ciudadano medio sobresaltado. Malos sueños en los que aparecen personajes con las caras deformadas. Son las figuras del manipulador Tezanos, de la sumisa Armengol y de la enredadora Leire Díez. A su costado han emergido de las sombras las efigies de los xenófobos Puigdemont y Junqueras acompañados del filoterrorista Otegi, todos ellos gritando contra España. A continuación, les siguen los Óscar (Puente y López) vociferando como energúmenos. Como traca final está la presencia de Cerdán, Ábalos y Koldo repitiendo sus conversaciones de golfos trincones y procaces. ¿Con esta recua puede estar hasta 2027? No, de ninguna manera.
A nadie se le escapa que el futuro del presidente está en manos de sus compañeros de viaje en aquel coche que se ha acabado revelando como una caja registradora rodante. El cuarto pasajero depende de ellos a efectos políticos y acaso penales. Ha logrado que su nombre no salga en ninguno de los 490 folios de la UCO, pero habrá más informes y una sola mención en cualquiera de ellos lo pondría en tesitura bastante desagradable. La comparecencia del jueves fue un error grave, primero y sobre todo porque no resultó creíble y después porque mostró demasiado énfasis en su voluntad de salvarse. Mala táctica cuando necesita que sus pretorianos corruptos callen para evitar que el escándalo le alcance.
No podemos seguir que Sánchez continúe orquestando la banda de la putrefacción. Así lo0 ha explicado Álvaro Nieto -director general de The Objective- al fundamentar los trece motivos por los que Sánchez debe irse. Motivos más que suficientes para convocar elecciones generales. Un emplazamiento para el que tenemos que ir preparándonos. Y más en la circunscripción de Cuenca, donde tanto daño nos ha causado la "mesnada psoesanchista", suficientemente analizada en los artículos de Fernando Casas, Eulalio López Cólliga y y yo mismo.
En esa consiguiente preparación pre-electoral sobresale un capítulo introductorio de prevención y advertimiento. Todas las fuerzas políticas de Cuenca ajenas al PSOE han de cambiar las inservibles maquetas de su logística electoral, comenzando por la renovación total de la estrategia y sus liderazgos. Reemplazo y actualización que pasa por arrinconar el "voto de la ignorancia", una expresión que se refiere al acto de votar sin suficiente información, comprensión o reflexión crítica sobre los candidatos, las propuestas o el sistema político. Esta situación tiene raíces complejas y puede tener consecuencias profundas en una democracia.
El concepto del “voto de la ignorancia” está estrechamente relacionado con la teoría de la ignorancia racional, desarrollada por el economista Anthony Downs. Esta idea sostiene que, en contextos como las elecciones, los votantes deciden no informarse porque el costo de hacerlo (en tiempo, esfuerzo y recursos) supera los beneficios percibidos de tomar una decisión informada, especialmente cuando la probabilidad de que un solo voto sea decisivo es prácticamente nula.
Las razones están en que los votantes sienten que informarse sobre candidatos, propuestas y políticas implica un esfuerzo considerable, mientras que el impacto real de su voto individual en el resultado final es insignificante. Como el voto de una sola persona difícilmente puede cambiar el resultado de una elección, no existe un incentivo personal fuerte para invertir en información política. Algunos votantes encuentran satisfacción en votar basándose en emociones, creencias o prejuicios, lo que les proporciona un bienestar interno aunque no tenga impacto material en el resultado electoral.
Sin embargo, las consecuencias son enojosas y rechazables. La decisión de no informarse ocasiona unos resultados colectivos negativos, y puede tener consecuencias negativas para la sociedad, ya que la calidad de la democracia depende en gran medida de la información y la deliberación ciudadana. La ignorancia política generalizada dificulta la rendición de cuentas de los gobernantes y puede llevar a políticas públicas poco eficaces o incluso dañinas para el bien común. Nos basta con ver en Cuenca las consecuencias del monopolio caciquil salido de los cerebros rebalsados de Page y principalmente Martínez Guijarro, el saco roto del poder político mequetrefe -descuidado y holgazán- ejercido en esta provincia. Así lo vemos con un somero repaso de la hemeroteca; automáticamente confirma ésta que, cuando los votantes no están bien informados, son más vulnerables a la manipulación, la propaganda y los discursos populistas, lo que puede erosionar la confianza en las instituciones democráticas. Peor aún, la falta de educación política y de sentido cívico puede agravar la crisis de valores y la inmoralidad en la sociedad, según algunos analistas. Dejaré aquí y ahora sobre la mesa las lecciones de Francis Fernández y de Guillermo Dellamary.
Para reducir la ignorancia en las decisiones colectivas, existen varias alternativas que pueden implementarse tanto a nivel institucional como social. Estas estrategias buscan aumentar la información disponible, fomentar el pensamiento crítico y facilitar la participación ciudadana informada:
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Promoción de la educación cívica y política: Incluir en los programas educativos tempranos asignaturas que aborden derechos, deberes, funcionamiento de las instituciones y la importancia del voto. Esto ayuda a formar ciudadanos más informados y comprometidos.
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Facilitar el acceso a la información: Implementar políticas de transparencia y utilizar tecnologías de la información para poner a disposición de la ciudadanía datos claros y veraces sobre decisiones y acciones de los gobernantes.
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Creación de espacios de diálogo y debate: Organizar foros, mesas redondas, talleres comunitarios y debates públicos donde los ciudadanos puedan expresar sus ideas y recibir información de expertos y representantes de distintos sectores.
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Fomento del pensamiento crítico y la diversidad de opiniones: Asignar roles de evaluadores críticos dentro de los grupos, invitar a expertos externos y fomentar la inclusión de diferentes perspectivas para evitar el pensamiento de grupo y los sesgos.
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Utilización de tecnologías y herramientas digitales: Emplear plataformas digitales, aplicaciones móviles y sistemas de inteligencia artificial para facilitar la participación ciudadana, el intercambio de información y la toma de decisiones colectivas.
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Inclusión de grupos marginales y minorías: Implementar políticas que eliminen barreras socioeconómicas y culturales, promoviendo la participación activa de todos los sectores de la sociedad.
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Inteligencia colectiva y laboratorios de decisión: Crear entornos colaborativos (como Decision Labs) donde equipos interdisciplinarios trabajen juntos para resolver problemas, optimizando la calidad de las decisiones mediante la integración de diferentes puntos de vista y conocimientos.
Estas alternativas no solo ayudan a reducir la ignorancia, sino que también fortalecen la democracia participativa y mejoran la calidad de las decisiones colectivas. Son unas disyuntivas que los partidos políticos de la oposición en Cuenca a los "frailes sanchistas" deben empezar a practicar desde ahora mismo.