
Pongo como cabecera de este artículo uno de los libros técnicos más punteros e incisivos que se han publicado en España sobre la situación demográfica durante los últimos años. Así lo hago porque, a través de varias ideas que conforman dicha obra, paso a ajustar mi contestación a la respuesta que -con toda amabilidad y asepsia- me ofreció ayer el Comisionado del Reto Demográfico castellano-manchego, Jesús Alique:
Estimado Juan Andrés.
Quiero agradecerle el envío de su ponencia: “Implantación de una política social activa en el desarrollo sostenible del medio rural castellano-manchego”, que ha sido publicada por el III Congreso Internacional virtual sobre Economía Social y desarrollo Local sostenible. Todas las aportaciones, para abordar el fenómeno de la despoblación son bien recibidas, máxime si tenemos en cuenta que este problema como Vd conoce, no es exclusivo de nuestra región, por lo que requiere de un conjunto de medidas a todos los niveles y de un Pacto de Estado, que aborde entre otras cuestiones la solidaridad y la financiación para hacerle frente.
Un cordial saludo.
Nada que objetar, obviamente, a la respuesta; pero sí al contexto. Mucho más, sabiendo que viajamos en el mismo tren dispuesto para paliar los obstáculos que, de manera ineludible, hay que reencauzar con el fin de superar el reto demográfico de la región de Castilla-La Mancha, en general, y de Cuenca especialmente. Esta requisitoria se halla en un punto que figura en la aludida ponencia, donde se afirma que la situación en el medio rural de esta Comunidad autónoma es tan grave que hay que cambiar fórmulas, medios, maneras, herramientas y soluciones. Todas ellas se ofrecen suficientemente congregadas en dicho documento, que, frente a las demoras del “Pacto”, como se dice en él, por encima de todo pasa por la urgente creación de la Agencia Social del Cambio Demográfico de Castilla-La Mancha. Entiendo que esta entidad, delineada en la propia ponencia, se halla en el itinerario que demanda el más avanzado “Diseño de Políticas Públicas”, y, en consecuencia, tiene que anteceder a la prevista Ley que -en palabras del vicepresidente de la JCCM- tardará un año en darse a luz. Algo que, demográfica y sociológicamente, resulta un atroz inconveniente porque su dilatación en el tiempo agrava el problema, que requiere una transformación de los esquemas y conductas de gobierno en materia de política territorial, demográfica, económica y social, so pena de caer en un abismo cuyo fondo guarda el desastre final.
El libro soporte de mi argumentación, presentado el 28 de noviembre de 2018, vale la pena y recomiendo su lectura a todos los políticos con responsabilidad pública en C-LM actualmente. Más que nada porque es infrecuente que en el campo académico y científico dedicado a la demografía se movilicen tantos expertos para escribir de forma crítica y divulgativa, y aún más que lo hagan para cuestionar la manipulación y los errores continuos con los que se analiza la situación demográfica. Andreu Domingo, impulsor de la idea además de coordinador y editor del libro, no es sólo el subdirector del CED, el mejor centro específico de investigación dedicado a la demografía en España, sino una de las personas que más ha investigado y mejor conoce la historia del uso político del conocimiento demográfico, y de las pocas que dedica un notable esfuerzo a escribir sobre estos temas desde una perspectiva crítica y extraacadémica (como así lo demuestra su libro Descenso literario a los infiernos demográficos. Distopía y población). Su mano es reconocible tras este breve texto de presentación que acompaña a la invitación al acto de la fecha antedicha (ver aquí Índice y prólogo).
Mientras tanto hay que huir de libros y consejos que resulten meros compendios de los eternos lugares comunes de la alarma demográfica, como ocurre -a nivel de ejemplo- con el libro de M. Blanco Désar (2018) Una sociedad sin hijos, economista cuyo único aval fue la obra colectiva Galicia: Un pobo con futuro? O noso devalo demográfico (2014), sufragado por Instituto de Estudos das Identidades (IEI), que tiene como único antecedente el haber sido coordinador por ser miembro de esta última institución y que fue creado en 2005 por el Museo do Pobo Galego. Así que, sin avales científicos, lo que sí tiene Blanco son apoyos estratégicos, y no hace falta esforzarnos mucho en imaginar cuáles son, como le acusó alguien con la autoridad Julio Pérez Díaz (científico titular del CSIC, investigador en el Instituto de Economía, Geografía y Demografía, desde 2007, y que anteriormente, en la misma función, trabajó en el Centro de Estudios Demográficos en la UAB):
Sin embargo, como le ocurre a Julio Pérez Díaz, es un poco decepcionante para quienes nos dedicamos a esto contra todas las adversidades y trabas ambientales e institucionales. Situación a la que podemos añadir que nuestros responsables políticos nos ningunean, puesto mucho estímulo efectivo desde arriba no tenemos, la verdad. ¡A ver si ahora va a resultar que los propios políticos españoles saben más sobre demografía que los demógrafos.
Contra esta malformación se halla la réplica del libro de Andreu Domingo, en el que se examinan una serie de transformaciones económicas y sociales influidas fundamentalmente por la acción del capitalismo globalizado, que están teniendo unas consecuencias importantes en diferentes ámbitos de la vida de las personas. Despliega su autor un repertorio de análisis con visiones diferenciadas en todos los campos de las ciencias sociales, que en ocasiones ha propiciado una interpelación y un cierto debate entre ellas, pero al final lo que ha emergido con más fuerza ha sido el intento bastante exitoso por establecer un discurso mayoritario acorde con la ideología dominante en ese proceso de transformación, que hemos dado en llamar el pensamiento neoliberal.
Frente a esta tendencia por la apropiación casi exclusiva de lo que hoy en modo coloquial se denomina el relato, y que históricamente ha sido la tendencia al establecimiento de un pensamiento único con intenciones uniformadoras para la dominación, afortunadamente se han alzado voces críticas que cuestionan esa forma de presentar los hechos y las acciones como inevitables. Para ello el pensamiento crítico también tiene que desmentir las falsedades que se emplean en la construcción de esos discursos, y a la vez tiene que desentrañar las distorsiones y desmontar los estereotipos que se utilizan para reforzar esas argumentaciones.
Es importante reseñar la reivindicación de la demografía como campo propio de estudio frente a quienes desde hace tiempo han querido reducirla a una mera disciplina auxiliar y a la vez manipulable, tal como ha ocurrido frecuentemente desde algunas corrientes mayoritarias de la economía. Tras el prólogo, se despliegan diez capítulos con un análisis sobre diferentes aspectos de la evolución de la población, que incluyen tanto su cuantificación como su valoración en muchas circunstancias que nos atañen a la vida cotidiana de las personas.
El tercer capítulo revisa un tópico muy actual en España, que hace referencia a la baja fecundidad, donde se desmontan estereotipos como la tasa de reemplazo que hace ya años que ha dejado de ser un objetivo generalizado en el contexto internacional. Por otro lado, dejando al margen algunas políticas pronatalistas un tanto pintorescas, la realidad muestra que hay una gran cantidad de obstáculos que desincentivan la fecundidad y que no son atendidos desde las instancias públicas o son dejados al albur de lo que resuelva el mercado. Un claro ejemplo son el desempleo y la precariedad laboral, pero tampoco es que se haya mostrado un especial entusiasmo desde ningún gobierno para desarrollar una adecuada política pública de cuidados (guarderías y escuelas públicas suficientes, conciliación vida laboral y familiar, etc.), o de atención a las nuevas formas familiares que deben lidiar su cotidianeidad con mayor desventaja (por ejemplo, en los últimos años se ha producido un relativo aumento de las denominadas familias monoparentales, aunque en una mayoría considerable la cabeza de familia sea una mujer).
En el capítulo octavo se pretenden desmontar los miedos y las falacias que se han construido en torno al envejecimiento demográfico, cuando según el autor lo que deberíamos hacer es celebrar los avances sociales que han permitido aumentar la esperanza de vida, por ejemplo. Para ello propone analizar las consecuencias de la revolución reproductiva que se sustenta en una revolución de las relaciones intergeneracionales, con el resultado del interés por procurar mantener cada vez mejores niveles de calidad de vida en todos los estadios de la existencia. De ese modo se genera un ciclo autoacumulativo que cambia completamente las dinámicas demográficas tradicionales, completando un fenómeno que el autor denomina democratización de la supervivencia. Estos avances sí que es cierto que pueden verse amenazados por las consecuencias de una crisis económica, que por cierto poco tiene que ver con la evolución de la población como causante, y sí en cambio tiene consecuencias para las migraciones internas y externas, o sobre el coste de las pensiones y del cuidado de los mayores, pero esto ya hemos visto que depende fundamentalmente de la planificación económica en curso y de las políticas públicas del momento.
Finalmente, el capítulo décimo se ocupa de las proyecciones de la evolución de la población en España que emiten tanto el Instituto Nacional de Estadística (INE) como Eurostat. El autor parte de la base de la dificultad para discernir en esas proyecciones los grados de incertidumbre que transmiten, entre otras razones porque se sustentan en actualizaciones sobre un presente económico y social que ya hemos visto que puede ser muy cambiante, y luego porque las interpretaciones que se derivan de las tendencias no son para nada inocentes. Para ello analiza de forma amplia las previsiones de la evolución de la población en general, de las pirámides de población, de la demografía en función del mercado laboral, y de las tendencias respecto a la evolución de la población mayor, para concluir más o menos que todo quedará en manos de las políticas públicas que son las que en realidad pueden marcar tendencias en unos sentidos u otros.
Y acabo así la cuestión: ¿Cuándo van a ponerse en marcha las conclusiones avaladas dentro de la ponencia “Implantación de una política social activa en el desarrollo sostenible del medio rural castellano-manchego”, que ya ha sido publicada por el III Congreso Internacional virtual sobre Economía Social y Desarrollo Local sostenible?
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