La Vanguardia de Cuenca

El movimiento sanchista mentiroso. Page, cómplice (por Eulalio López Cólliga)

Del COVID a la DANA y Teresa Rivera a la Comisión Europea (por Eulalio López Cólliga)

 

Del COVID a la DANA y Teresa Ribera a la Comisión Europea (por Eulalio López Cólliga)

 

Del COVID a la DANA. Entre todos la mataron y ella sola se murió (por Eulalio López Cólliga)

 

El Gobierno se enfrenta a una condena por cerrar una línea férrea entre Tarancón y Utiel (por Eulalio López Cólliga)

El Tribunal Constitucional, nos dejará sin habla (por Eulalio López Cólliga)

"Y, ¿por qué no lo dejas?, Juan Andrés?" (por Juan A. Buedo)

Ayer por la tarde, durante mi habitual caminata de preservación y control de la diabetes, me crucé con una alta autoridad académica conquense, de la que fui compañero en las labores de la docencia universitaria durante mi extensa etapa laboral. En la prolongada conversación que mantuvimos le extrañó que siguiese comprometido aún en iniciativas de defensa del progreso de Cuenca y de iniciativas en pro de la mejora de los asuntos públicos que afectan al conjunto de su población, tan mal gestionados por esos discretos usurpadores políticos que por aquí nos inundan. "No te esfuerces, esto no hay quien lo cambie", me dijo muy convencido, agregando acto seguido un rotundo: "Y, ¿por qué no lo dejas?, Juan Andrés?"

El interrogante no trastocó la punta de lanza que guía desde hace más de cuarenta años los principios de la larga responsabilidad adquirida. Tiene esta su fuente en el carácter y en la conciencia personal, donde se juntan tres palancas profesionales (Geografía, Sociología y Ciencia Política) y una alma espiritual de discernimiento solidario. Valimiento que ha servido de auxilio para ser convertido en uno de los más prolíficos autores a la hora de aportar ciencia social para la transformación de esta provincia durante los últimos cuatro decenios, a pesar del olvido y la falta de reconocimiento de mucha gente. 

Esto último no me importa, pues va con los mimbres que ha ido forjando la extensa experiencia de los años y el acendrado "amor al suelo" por donde circulan mis pasos. Pero, volviendo al principio, dadas las derivadas de la conversación con el prócer -demasiado pesimista y poco atento con los temas quid pro quo que lleva siempre la acertada intervención en favor de los cambios en materia de prosperidad social-, la cortedad de la cháchara me impidió trasladarle a aquél todo el gran fondo de esa continuidad en la sensibilización y la defensa del mejor futuro para Cuenca, cuyo porvenir se desliza a marchas forzadas hacia el barranco del retroceso económico y la involución sociodemográfica.

El meollo, la esencia de no dejarlo, de no cejar en el empeño de la transformación social (cfr. mi libro "Particularismo de Cuenca", Editorial Alfonsípolis, 2018), se encierra dentro de la gran dehesa de la Utopía.  Este concepto, como acaba de explicarse muy bien en el último número de la revista Temas para el debate (Nº 359-Noviembre 2024), ha sido un elemento consustancial a las fuerzas políticas y sociales progresistas que quieren transformar el mundo para construir sociedades más justas, más libres, más igualitarias. La Utopía siempre ha estado relacionada con la emancipación de las ciudadanas y ciudadanos en el camino que habría que recorrer para dejar de estar sujetos a ninguna opresión, ni política ni económica. Posición totalmente en las antípodas de la mantenida por el prohombre que me aconsejaba abandonar el compromiso, ex compañero que aprisiona su tesis regimental en un incongruente modelo vietnamita/camboyano de comunismo político con tejido capitalista. ¡Qué barbaridad!

El tema de las utopías posibles es fascinante y envolvente. Basta con imaginar un mundo donde la tecnología y la naturaleza coexisten en perfecta armonía, y la educación es accesible para todos, estimulando la creatividad y el pensamiento crítico. Una utopía podría ser un lugar donde el trabajo se ha transformado para ser significativo y alineado con las pasiones individuales, y la salud es priorizada sobre el consumismo desenfrenado. 

Tomas Moro en el siglo XVI identificaba la Utopía con tres conceptos que siguen plenamente vigentes, la igualdad, la libertad y la democracia, en el sentido del fin de la tiranía. Por ello, las utopías han representado una fuerza formidable para corregir las injusticias sociales. De hecho, muchas utopías del pasado son realidades plenamente tangibles en las sociedades actuales, del mismo modo que las utopías del presente deben ser las realidades del futuro. En este plano de verosimilitud, opaco para el pensar de mi ex compañero, es factible emplazar la lucha en defensa del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia, que él desdeña (sumándose interesada y personalmente a la nebulosa y kafkiana argumentación "pageguijarrista") frente a los fundados alegatos del amplio colectivo que concelebraremos el próximo 10 de noviembre el acto conmemorativo del centenar de plantes reivindicativos ante la Estación del tren que con evidente desmán clausuraron varios años atrás.

A lo largo de la historia los poderes establecidos han defendido con uñas y dientes sus privilegios, intentando desacreditar el concepto de utopía como algo irrealizable, utilizando los medios de comunicación que estaban a su servicio para jugar un papel central en esa tarea de descrédito. Dicho esto, retomo el razonamiento de Temas, al subrayar que La voluntad de negar la utopía por parte de quienes detentan poderes y privilegios tiene que ver con el mismo valor transformador de las ideas, ya que, si no somos capaces de imaginar un mundo diferente y mejor, no seremos capaces de avanzar hacía él. Un motivo esclarecido del porqué no dejo la causa de la recuperación del tren convencional.

Esta recuperación es avalada por ese concepto de utopía posible, que utilizó la socialdemocracia sueca en los años sesenta del siglo pasado, en lo que puede considerarse el mayor avance democrático hacía sociedades más igualitarias, libres y participativas, en términos de democracia política, de desarrollo del Estado del Bienestar, de un sistema fiscal redistributivo. 

Y, como aún creo en una sociedad más justa y mejor gobernada, a pesar del destrozo causado por los leguleyos sirvientes de García-Page en Castilla-La Mancha en general, con las inadmisibles operaciones en contra de los habitantes de Cuenca, la conciencia me dice que debo continuar en la lucha contra esta quiebra política. Lo que me impulsa a no olvidar ni un segundo los grandes retos que aún es preciso afrontar. Es el caso del progresivo envejecimiento de la población, en relación con el cual primordialmente debe observarse que no se trata de añadir años de vida, sino de dar más vida a esos años. Vitalidad sustentada merced al fortalecimiento de la atención primaria, la mejora de las condiciones laborales de los profesionales sanitarios, una mayor atención a la salud mental, con la incorporación de nuevas tecnologías sanitarias y el acceso a los medicamentos que deben considerarse un bien común, no un bien de mercado.

En conclusión, un amplio cuadro de movilidad funcional en la que las plataformas ferroviarias también van a desarrollar un papel importantísimos, aunque la ceguera de los políticos sociatas de por aquí no sepan verlo. Por eso les recomiendo a todos ellos que reconsideren su postura y, cogiendo los instrumentos de los Sistemas de Información Geográfica (SIG), establezcan un nuevo Plan de Viabilidad para el tren convencional MCV. De lo contrario imposibilitarán la generación de un sustantivo proyecto de transformación industrial específico en la provincia de Cuenca, capaz de convertirla en zona de atracción empresarial e inversión económica avanzada.

Page, ¿un socialista de derechas? ¿Quién se lo cree? (por Eulalio López Cólliga)

Incorporación de Cuenca al futuro económico del ferrocarril (por Juan Andrés Buedo)

La información transcrita por dos medios de comunicación conquenses, EL DIAdigital.es y Voces de Cuenca, milimétricamente reproducida -si bien con titulares distintos- a partir de la nota oficial distribuida por la organización del Encuentro reservado a analizar “La infraestructura ferro-portuaria como catalizador de la economía de la provincia de Cuenca”, me ahorra disquisiciones preliminares y deja al lado una cansina introducción. Permitiendo, con esto, entrar en el comentario de los aspectos más destacados que se trataron en la interesante jornada llevada a cabo en Valencia el pasado día 18 de octubre.

Ejecutada esta de una manera precisa y esmerada por la Asociación de Cargadores de España, se celebró en el Edificio del Reloj del Puerto de Valencia, y allí los empresarios y los políticos intervinientes coincidieron en potenciar las empresas y áreas industriales del nudo ferroviario Valencia-Cuenca-Madrid para luchar contra la despoblación, mejorar las condiciones tecnológicas para recuperar la citada vía ferroviaria y generar riqueza.

Por mi parte tomé buena nota y meticulosos apuntes de cuanto escuché de los distintos ponentes, moderadores y participantes, con el constructivo propósito de configurar esas ideas y estructurarlas metódicamente en el capítulo pertinente del segundo volumen que, en preparación ya, se pondrá a disposición del público para dar cuenta a este de la reivindicación del tren para el progreso de Cuenca, a tono con el fallo final de la sentencia pendiente en el Tribunal Supremo sobre la demanda que se presentó frente al cierre de la línea del tren convencional Madrid-Cuenca-Valencia.

La jornada fue presentada por Mar Chao, la Autoridad Portuaria de Valencia, quien lo hizo junto con el senador de Cuenca por el Partido Popular Benjamín Prieto. Ambos estuvieron de acuerdo en que si se quiere se puede; todo un mensaje de ánimo a los empresarios conquenses para no cejar en el empeño de recuperar esa vía ferroviaria y continuar con el puerto como espacio para la importación y exportación de mercancías.

En el turno de intervenciones destacó el director general de Trasmesa, Jesús Calvo, el cual explicó al más de centenar de asistentes, entre alcaldes, concejales, colectivos conquenses y empresarios de Cuenca, que la red Valencia-Cuenca-Madrid sí puede ser posible con un gran volumen de mercancías. Debemos pedir todos juntos la electrificación de la línea, actualizar los sistemas de seguridad y modificar los gálibos de los túneles. Esto facilitaría que los cargadores trabajemos más en tierras conquenses y traer los productos al puerto de Valencia poniendo en valor las riquezas conquenses.

Fueron estas palabras un vitamínico reconstituyente que inhalamos los asistentes que habíamos acudido desde distintos puntos de Cuenca y estamos viendo cómo muchos espacios industriales están casi desapareciendo.

Así lo corroboró el director general de Nohales y Balanzá, Manuel Nohales, exportador de cereales, quien manifestó que como exportador de cereales se nos debería facilitar los caminos para hacer más viables nuestro trabajo. Con la desaparición de la línea ferroviaria cerramos espacios generadores de riqueza. Soy de Carrascosa del Campo donde la ausencia del tren ha supuesto un gran daño con recintos casi vacíos.

En una línea similar se expresó el diputado de la Diputación de Valencia y alcalde de Utiel, Ricardo Gabaldón, soy de una parte donde nos consideramos la Valencia castellana y nos interesa unir Valencia con Cuenca en tren. Camporrobles o Las Cuevas además de la Serranía de Cuenca, por ejemplo, se han quedado sin esa comunicación con una grave afección. Nuestra salida al mar es Valencia y su puerto y, por supuesto, no todo está perdido pero el impacto ha sido negativo porque la línea se ha dejado morir.

El alcalde de Huete, Francisco Domenech, promotor de la asociación pro recuperación de la línea del ferrocarril, explicó que nuestros pueblos han perdido un gran servicio público. Hicimos un dossier poniendo en valor Huete donde figuraba el ferrocarril pero sin tren nos dejan sin futuro a la vez que avocados a una mayor despoblación. Si queremos luchar contra ella no debemos poner piedras para incrementarla. En Huete hay tejido empresarial, pero si provocamos la desaparición de nodos de comunicación desaparecerá en pocos años. En nuestro territorio se hace todo lo contrario hundir al empresario y al tejido empresarial

El senador por Cuenca del PP, Benjamín Prieto, hizo hincapié en que estamos para sumar no para restar. Eliminando la línea hacemos desaparecer puestos de trabajo e incrementamos la despoblación. Un informe nos va a indicar en que se puede mejorar la línea ferroviaria. No podemos renunciar a nada.

La secretaria general de ACE, Nuria Lacaci, recordó que las empresas de distribución mueven importantes volúmenes de mercancías. Por eso hemos potenciado esta jornada en coincidencia con los políticos porque la infraestructura ferroviaria es necesaria para conectar puntos. “Si se quiere sí se puede”, determinó tajante; una máxima conductora, un volante de conducción del nuevo vehículo de emprendimiento y de remodelación de la planificación territorial, requiere una “nueva política”, abriendo las compuertas que el profesor Adrián Ferrandis Martínez, de la Universitat de Valencia, y Luis F. Quesada Muelas, de Geoinnova, tienen detalladas a la hora de relatar “Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) como instrumentos de planificación y gestión territorial”. SIG totalmente olvidadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha al avalar el cierre de la línea ferroviaria.

Ante este craso error, desde mi punto de vista, lo mismo que el de algunos de los presentes en el encuentro, que observamos la necesidad del cese del actual Consejero de Fomento del Gobierno autonómico castellano-manchego, el tendencioso, sectario e incapaz Nacho Hernando, recalqué el establecimiento de políticas y estrategias con el foco puesto en la implementación favorecedora de los agentes socioeconómicos que se rijan por la explotación de los recursos naturales, la protección del medio ambiente y la consecución de una actividad diversa. Así, con el punto central de la planificación territorial, la madre de todas las áreas, se podrán articular múltiples factores, desde las variables ambientales, las infraestructuras y actividades humanas, los usos del suelo y los recursos naturales, hasta el propio comportamiento de la sociedad en todos sus aspectos demográficos y culturales, etc. Todo ello sin olvidar, quizás lo más importante, ser capaz de encontrar el hilo conductor (los conectores) que vertebren el territorio respectivo.

Por supuesto que las pendientes en la línea ferroviaria Madrid-Cuenca-Valencia (en desuso desde el 2021) sería uno de los principales inconvenientes para los operadores en cuanto la competitividad de una “infraestructura que a día de hoy es complicada por estar obsoleta”. Y así lo dijo Jesús Calvo, al afirmar que “la línea tiene complicaciones como las pendientes, que hacen que la capacidad de atracción de las locomotoras se reduzca”. En este sentido, advirtió que esta línea en concreto tiene una pendiente de 22 milésimas, superior a las 17 que tiene la actual autopista ferroviaria que une a Valencia con Madrid impulsada precisamente por Tramesa, Transitalia y la Autoridad Portuaria de Valencia (APV).

“Esta cuestión significa perder un tercio de la carga, lo que equivale a ser menos eficiente y competitivo”, apuntaba el responsable de Tramesa, quien mencionó además al “volumen” como otro de los inconvenientes de la línea. “Entre Cuenca y Valencia hay alrededor de 200 kilómetros, y a nivel de operador con esas distancias es complicado hacerla rentable. Para hacer trenes rentables necesitas ir a máxima capacidad, es decir, llevar cuanto más producto mejor”.

No obstante, al ser cuestionado sobre la posibilidad de reabrir la línea, ha afirmado que, aunque “no es fácil, tampoco es imposible”. En este sentido, ha aconsejado a los representantes de instituciones manchegas presentes a seguir reivindicando la reapertura de la línea: “Se está gastando mucho dinero en ferrocarril en Europa y estamos en un momento de completa transportación”.

De igual manera se ha expresado Juan Carlos Arocas, director de Transitalia para Iberia, quien ha añadido que las distancias entre Madrid y Valencia “son más cortas” por Cuenca que por Albacete. “Puede ser viable, y además, la infraestructura ya está hecha”, ha remarcado el representante de Transitalia.

Luego, y en conclusión, Cuenca está obligada a agarrarse fuertemente a los abrazos abiertos del futuro económico del ferrocarril, puesto que el servicio de autopista ferroviaria entre el puerto de Valencia y Abroñigal (Madrid) logrará consolidar los cuatro trayectos semanales ida y vuelta dentro de tres o cuatro semanas tras unas últimas pruebas. Así lo han confirmado sus principales operadores, Tramesa y Transitalia, durante la jornada organizada por la ACE en el puerto de Valencia. Tanto el director general de Tramesa, Jesús Calvo, como el director de Transitalia para Iberia, Juan Carlos Arocas, aseguran estar satisfechos de los avances experimentados por el proyecto. Aun así, reconocen que “cuatro trenes a la semana es poco, lo suyo es hacer el triple”, aunque han afirmado que no existe una prisa desmedida para llevar a cabo este hito: “Vamos poco a poco, estamos aún terminando de consolidar los tráficos actuales hasta Madrid”, ha manifestado Juan Carlos Arocas. Señores Page, Guijarro, Chana y Dolz contacten con todos ellos antes que entregar a Cuenca a una pobreza irreversible, acuciada por las andanzas de ustedes alrededor de los “trolabuses y los “toro verdes”.

Emigración: Necesidad de un pacto de Estado (por Eulalio López Cólliga)