Le prometí en el último plante frente a la Casa del Pueblo a José Daniel Cotillas (que, contumaz e insistente, sigue promoviéndose como candidato para las próximas elecciones municipales) que intentaría desarrollar su penetrante y sagaz idea sobre la metamorfosis a operar sobre el espacio del infrautilizado Bosque de Acero de Cuenca. Y así lo he hecho. No ha sido difícil, porque los raudales perceptivos que nos da la Geografía son científicamente muy amplios, no sujetos a los émbolos paralizantes de matiz político. Esto último es lo que le ocurre a Emiliano García-Page, que en sus declaraciones a la prensa indicaba días pasados que no sabía cómo dar funcionalidad a esa disparatada extravagancia facilitada por un alcalde hormiga, que tuvimos la desgracia de padecer los conquenses unos años. Si la memoria no me falla, para no cebarme contra el nefasto regidor, diré que su apellido empezaba por "C".
Daniel Cotillas, repito, ha dado la idea molde -que será siempre suya, sea o no edil-: edificar a su alrededor un gran estanque. No podemos aspirar a que sea como el del Parque del Retiro de Madrid, pero sí construir en torno al Bosque un lugar de ocio (con barcas, etc.) potencialmente rentable. Discrepo con Cotillas en cuanto a hacer el Bosque un centro administrativo de oficinas municipales. Mucho mejor sería convertirlo en un pequeño gran Museo "Guggenheim" de Cuenca.
Para el modelo arquitectónico-espacial que propongo puede tomarse el Palacio de Cristal de El Retiro, que es uno de los mejores ejemplos de la llamada arquitectura del hierro en Madrid. Planeado originalmente como un gigantesco invernadero para albergar plantas tropicales con motivo de la Exposición de Flora de las Islas Filipinas, celebrada en 1887, actualmente es una de las sedes del Museo Reina Sofía, que acoge varias exposiciones temporales. No veo difícil proponer, por parte de la autoridades conquenses competentes, la firma de un contrato de descentralización y colaboración con este último museo, antes al contrario. Y lo mismo podría hacerse con varios otros museos del resto de España, de Francia, de Italia y de Alemania.
Un museo nuevo del Bosque de Acero que podría incrementar su energía albergando también una galería de arte y un centro de subastas de esta categoría.
Esto no es difícil, basta con que el personal encargado -un fuerte equipo de especialistas multidimensionales- se dejase guiar por cuanto explicaron Ramón Tamames, Valeriano Gómez Sánchez, Jesús Sánchez Lambás, Ramiro Aurín Lopera, Lorenzo Dávila y Carlos Díaz Güell en el libro "Remunicipalización: ¿ciudades sin futuro? (publicado por Profit Editorial I.). Sin olvidar tampoco los consejos que se muestran en el capítulo octavo -ruego perdón si alguien denota inmodestia, que estimo no lo es- de mi obra "Enigmas del porvenir de Cuenca. Luces y sombras para salir del estancamiento" (publicado en Editorial Acadérmica Española).
Como se dice en este último, los modernos enfoques de planificación colaborativa entre agentes públicos y privados han sustituido al antiguo paradigma de los planes basados en visiones y predicciones técnicas. Así, reiterando lo dicho en el informe final de la investigación La ciudad que queremos -obviada por la actual Corporación-, hoy en día la participación ciudadana y la colaboración con agentes locales se han convertido en elementos clave de un urbanismo concertado y orientado a la acción a corto y medio plazo. En este contexto, prevalece la preocupación por establecer la legitimidad del proceso de planificación mediante la formulación de múltiples visiones en lugar de perseguir con decisión alguna de ellas en particular. En suma, la necesidad de consenso y compromiso ha marginado más de lo conveniente la visualización del futuro.
Si Cuenca se halla frenada en su prosperidad, al tiempo que ensimismada en una vehemente inmovilidad, ambos elementos precisan su urgente solución. Derivan dichos componentes de una mala concepción urbanística, derivada de la persistencia en una falta de confianza generalizada en las herramientas de prospectiva y en los planificadores para reflexionar de forma plausible sobre el futuro. La actuación urbanística conquense, hasta hace poco tiempo, no ha aplicado eficazmente la predicción ni las técnicas proyectivas correctas, que siempre incorpore modelos matemáticos/estadísticos sencillos y comprensibles, y que contienen verdades empíricas, además de valores e ideales subjetivos sobre el futuro.
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