
El mundillo de nuestros alrededores no es que se haya quedado quieto, se ha quedado "rayado" completamente. Basta con explorar el auténtico epicentro de la escasa o nula popularidad de la clase política, o sea su hábitat natural; o, mejor aún, darse una vuelta por los innumerables parlamentos y asambleas de chupópteros repartidas por España. Si nos adentramos en estos lugares, las imágenes que vemos serán difíciles de digerir, así que, mientras vamos preparando el Almax para pasar el mal trago, los relatos se agrandan. Es tal el hastío, desengaño y desilusión, que la mentalidad ha pasado de pertenecer a unos ciudadanos que creían en la buena fe de sus representantes, a la de unos ciudadanos asqueados de un sistema absurdamente injusto: el cinismo de la clase política.
El profesor José Luis López de Lizaga hizo una completa descripción de ese discurso en su artículo "Cinismo político. Un nuevo estilo discursivo en las democracias liberales" (ver aquí). Un estilo en el que incurre a cada paso el presidente castellano-manchego, García-Page, y que se hace patente con leer lo alejado que está de los pasos por los que se mueve la Comunidad autónoma más avanzada de España en estos tiempos, el País Vasco.
Page ha olvidado por completo el consejo que le dí en el libro El Cambio General y las incertidumbres en Castilla-La Mancha: la aprobación y puesta en marcha de un Plan Estratégico de Gobernanza e Innovación Pública de Castilla-La Mancha (PEGIP-CLM 2022). Como le demostré para el caso, o en la hipótesis, de que el gobierno de GªP se decidiese a poner en marcha una medida de estas características, el equipo comisionado tenía que disponer de una gran sala conceptual, cuyo ecuador pasa siempre por el significado de este tipo de planificación; es decir, que la planificación estratégica está referida principalmente a la capacidad de observación y anticipación de una organización, frente a desafíos y oportunidades que se generan, tanto externa como internamente. Debe, pues, ser entendida como un proceso participativo, que no va a resolver todas las incertidumbres, pero que permitirá trazar una línea de propósitos para actuar en consecuencia; así entendido, comprometerá a la mayoría de los miembros de la organización político-administrativa regional (JCCM), provincial, municipal y estatal, ya que su legitimidad y el grado de adhesión dependerá en gran medida del nivel de participación con que se desarrolle.
Para ser verdaderamente un proceso dinámico, orientado a la organización, ejecución y evaluación del reiterado Cambio General que se avecina tras la “normalización” de los compases de la vida abierta después de la epidemia del coronavirus, tenía que haberse construido un esqueleto técnico-administrativo con amplia movilidad y copiosa readaptación -en los tiempos y en las acciones-, apto en cualquier instante para ser habilitado sin detención alguna en un contexto cambiante, de modo que esa compostura de ajuste evite los riesgos de dejar a la región descolgada.
Al núcleo vertebrador expuesto ha de anexarse la capacidad oportuna de determinar objetivos, asociar recursos y acciones destinados a acercarse a ellos y examinar los resultados y las consecuencias de esas decisiones, teniendo como referencia el logro de metas predefinidas.
De acuerdo con estas precisiones, queda delimitada la planificación estratégica como un proceso y un instrumento. En cuanto proceso se trata del conjunto de acciones y tareas que involucran a los miembros de la Junta de Comunidades en la búsqueda de objetivos y estrategias adecuadas para su perfeccionamiento; en cuanto instrumento, constituye un marco que orienta la toma de decisiones encaminada a desarrollar los cambios que sean necesarios.
La planificación estratégica es una poderosa herramienta de diagnóstico, análisis, reflexión y toma de decisiones colectivas, en torno al quehacer actual y al camino que deben recorrer en el futuro las organizaciones e instituciones, para adecuarse a los cambios y a las demandas que les impone el entorno y lograr el máximo de eficiencia y calidad de sus prestaciones. Al margen de las características y elementos comunes que intervienen en cualquier proceso de planificación, la siguiente tabla sistematiza las características principales y las diferencias existentes entre dos tipos de planificación, la estratégica y la operativa.

Este preámbulo se hermana con lo expresado por el Consejero del Departamento responsable, Josu Erkoreka, en su comparecencia en la Cámara Vasca, quien señaló que el Plan Estratégico de Gobernanza e Innovación Pública 2020[i] “persigue modernizar la Administración Pública Vasca según los nuevos y exigentes criterios de eficiencia y coherencia en la gestión pública, transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana”. En este sentido, el Consejero manifestó que es necesario un “cambio de paradigma”, aplicar un “nuevo modelo de Gobernanza Pública, horizontal y colaborativo, que responda a las demandas de una sociedad cada vez más exigente con lo público, y que permita recuperar su confianza en los gestores públicos”. El Plan será la “columna vertebral del trabajo del departamento para los próximos años”.
El PEGIP-CLM 2022, frente a la política de postureo (declaraciones de los "mandos" autonómicos, provinciales y locales bajo la jerarquía de Page) tenía que asentarse -mucho mejor evidentemente- sobre los pilares de un Buen Gobierno, cuya visión es generar valor público, creación que se hace:
- Respondiendo efectivamente a las necesidades o demandas sociales para las que se ha establecido su deseabilidad política en base a un proceso de legitimidad democrática.
- Promoviendo cambios sociales que modifiquen la condición del conjunto de la sociedad o de algunos grupos sociales reconocidos como legítimos destinatarios del valor público creado y siempre que exista una dimensión de apropiación colectiva, que es lo que caracteriza la naturaleza de los bienes públicos.
En cualquier instante, un Buen Gobierno necesita de una Buena Administración para “hacer bien las cosas buenas que pretende”. Los instrumentos que permiten “hacer mejor las cosas” tienen que ver con la incorporación, por ejemplo, de:
– Mecanismos de planificación y de evaluación permanente de las políticas y de los servicios públicos.
– Sistemas de gestión avanzada que contribuyen a la mejora continua e implantan cartas de servicio comprometidas con las personas usuarias o beneficiarias.
– Plataformas presenciales y virtuales de información y de interacción con la ciudadanía que posibilitan la realización de propuestas y sugerencias, el contraste y la escucha activa.
– Instrumentos de revisión para la simplificación, racionalización y mejora de la calidad de las normas, de los procedimientos administrativos…
– Modelos flexibles de organización del trabajo y de implicación de las personas trabajadoras y usuarias.
– Nuevas tecnologías de la información y de la comunicación para la automatización de los procesos y la recopilación y buen uso de la información pública.
Las tres columnas esenciales que sostienen el edificio del Buen Gobierno son:

Como mínimo, un potencial y esplendoroso PEGIP-CLM 2022 tenía que estructurarse alrededor de seis ejes, que, como imitablemente nos traslada el documento predecesor redactado en el País Vasco, son los siguientes:
- Transparencia y participación
- Planificación estratégica inteligente
- Relaciones con la ciudadanía
- Integridad
- Innovación
- Gestión avanzada
En este eje se incluyen los siguientes:
- Colaboración interadministrativa
- Personas
- Progreso
- Adecuación organizativa
- Transformación digital

Para obtener una imagen más real de la situación y conocer más claramente la realidad de la Administración autonómica, igual que ocurre con toda Organización, es preciso realizar un análisis y diagnóstico en dos direcciones:
- Análisis exterior, es decir, conocer la situación del entorno más próximo e influyente en nuestra Administración, además de establecer qué aspectos relevantes se destacan del colectivo al que atendemos.
- Análisis interior, es decir, qué aspectos destacaríamos de nuestra Organización que son un impulso o un freno de cara a alcanzar la Misión y la Visión de la misma. Se trata de conocer la situación interior, ¿dónde estamos?
Una de las herramientas más utilizadas para realizar este tipo de análisis y diagnóstico es el D.A.F.O. Este acróstico corresponde a los siguientes términos:
D: Debilidades.
A: Amenazas.
F: Fortalezas.
O: Oportunidades.

Esta herramienta permite analizar aspectos que son clave para realizar un buen análisis:
- Se analizan aspectos positivos y negativos tanto de la Organización como del entorno, de cara a la consecución de los objetivos que nos hayamos planteado.
- Nos permite establecer las primeras líneas de acción que están muy relacionadas con el Plan Operativo.
- Es muy útil para conocer y seleccionar aquellos aspectos más relevantes de la Organización sobre los cuales fundamentar posteriormente la planificación, potenciando las estrategias basadas en las Fortalezas y Oportunidades, minimizando las Debilidades y Amenazas.
Años atrás, poco antes de mi jubilación -realizada hace ya siete años- participé en un Curso impartido por la JCCM a los funcionarios del Cuerpo Superior de ésta sobre Planificación Estratégica. En él elaboramos el grupo al que me hallaba adscrito un DAFO que mantiene plena virtualidad y resulta bastante aleccionador. Transcribo los resultados obtenidos, muchos de los cuales perduran todavía.




A partir del análisis que se hizo previamente, en lugar de vender proyectos insustanciales, poco ecuánimes, terciados por la taumaturgia administrativa y con clara inconstancia respecto a los dictados contenidos en el Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, se deben de establecer cuáles son las líneas estratégicas prioritarias para dirigir la Organización hacia la Visión, es decir, los objetivos planteados de cara al futuro de la misma, teniendo en cuenta la Misión fijada al gobierno autonómico.
Al hablar de objetivos es importante tener en cuenta la jerarquización de los mismos, y según ésta, podía el gobierno de Page haber ir concretando poco a poco los planes de ejecución, cosa que -como venimos demostrando los postulantes del tren convencional Madrid-Cuenca-Valencia- para nada se ha observado a la hora del cierre de ese ferrocarril. Esto quiere decir que los objetivos siguen una pirámide de concreción, a la vez que se van estructurando planes más concretos de acciones directas, más operativas. Toda una práctica administrativa que, al no haberse seguido por el Gobierno de Sánchez en esta última decisión, esperamos que la Audiencia Nacional tenga en cuenta en su sentencia final en este tema. Lo mismo que el Parlamento Europeo. Razones de peso les obligan, Y la Justicia está para aplicarla como el procedimiento marca. Ni fiscales ni jueces pueden obviar que en la cúspide se sitúan las premisas fundamentales del proceso de planificación estratégica, representadas por la visión y la misión de la Organización, éstas se van desglosando en objetivos estratégicos o generales, los cuales se concretan en un nivel intermedio de objetivos específicos, que se concretan todavía más, en los objetivos operativos. Estos últimos son los que están relacionados con las tareas. ¿Ha seguido el Gobierno este conjunto de premisas? No, ¿verdad? Luego no queda otra opción: PONER NUEVAMENTE EN MARCHA EL TREN REGIONAL MADRID-CUENCA-VALENCIA.

[i] Gobierno Vasco, Plan Estratégico de Gobernanza e Innovación Pública 2020, https://www.euskadi.eus/contenidos/informacion/pegip_2020_conoce_plan/es_def/adjuntos/pegip_2020_c.pdf.
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