Como gran "invento" para intentar revertir la muy deficiente legislatura de Page en la autonomía regional (ver el libro "El Cambio General y las incertidumbres de Castilla-La Mancha. Remedios al gobierno adverso de García-Page", aquí), un desastre en toda regla, quiere su tropa ahora vendernos un "proyectito" más defectuoso e imperfecto aún, el de la instalación de la astracanada esa del parque temático de las tirolinas. ¿A quién pretenden engañar otra vez? Basta ver la foto precedente para darse cuenta de lo que es: restringido, minoritario, caro y sin sostenibilidad en Cuenca. Primero, y principalmente, porque se han cargado ya el medio de transporte idóneo para los desplazamientos regulares de cara a la práctica, es decir, el tren convencional. En segundo lugar porque se emplaza en el denominado turismo de aventura, cuya oferta está ya cubierta en los municipios serranos de la provincia y la demanda no posee tampoco un mercado holgado. En tercer lugar porque el atractivo implícito de expansión nunca atraerá a inversores robustos, sino a los equilibristas de los fondos "opacos" -cada día más controlados en la Unión Europea- vendidos en Centroamérica. En cuarto lugar, quiebra buena parte del reglaje de las etiquetas destacadas por la OMT (Organización Mundial del Turismo) para desplegar esta clase de intervención turística. Y en quinto lugar, por si fuera poco, como he plasmado en distintos foros y colaboraciones especializadas, porque no hay bases en Cuenca para un turismo sostenible de calidad.
Antes es necesario remover los obstáculos para la potenciación y desarrollo del turismo y del ocio, la cultura y la gastronomía. A pesar de los diversos esfuerzos e iniciativas llevados a cabo por el Ayuntamiento de Cuenca, ésta no acaba de despegar como un lugar de estancia turística constante, continuada y duradera. Ese denuedo, las múltiples energías dedicadas para su potenciación son evidentes y sus patrones, sin buscar ninguna exhaustividad, podemos encontrarlos en una información (ver, por ejemplo, https://www.cuencanews.es/noticia/57008/cuenca/fitur-2018--consolidar-cuenca-como-referente-de-turismo-cultural-de-calidad-impulsando-el-patrimonio-la-digitalizacion-y-la-comercializacion.html) y en la dirección web del propio ayuntamiento (https://turismo.cuenca.es/Default.aspx?lang=es&tabid=8997), mejorable e incompleta.
TABLA N.º 6
GRÁFICO N.º 6
Como corroboran los expertos y se deducen de la Tabla N.º 6 y del Gráfico N.º 6 que elaboré con la información de la investigación PLANCIMARCU, la particularidad del turismo conquense se sumerge en los viejos determinismos de la falta de coordinación entre niveles institucionales, la falta de recursos económicos, a las que se agregan en este dispositivo las barreras sociales y de integración.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) el turismo sostenible es aquel «que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas».
Es decir, el turismo sostenible establece un equilibrio entre los aspectos ambientales, económicos y socioculturales del desarrollo turístico. Además, juega un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad. Siempre intenta minimizar su impacto en el medio ambiente y en la cultura local para que estén disponibles para las generaciones futuras. El objetivo es contribuir a la generación de ingresos, creación de empleo y la conservación de los ecosistemas locales.
También suele ofrecer incentivos económicos importantes para la protección del hábitat natural. Los ingresos provenientes del gasto de los visitantes a menudo se canalizan hacia la conservación de la naturaleza o a programas de desarrollo de capacidades para que las comunidades locales cuiden áreas protegidas.
Por otro lado, el turismo sostenible también puede ser un movimiento clave para crear conciencia y fomentar un cambio de comportamiento positivo para la conservación del medio ambiente entre los millones de turistas que viajan por el mundo cada año.
A finales de junio de 2017 pudieron verse los mentados esfuerzos de promoción turística de Cuenca en el mercado británico (ver en https://turismo.cuenca.es/portal/lang__es/rowid__1757240,21816/tabid__9355/Default.aspx). Sin embargo, no se ha observado ningún resultado detraído de tal impulso. Esto permite deducir el flojo weight –o bajo calado- de la medida. Y es algo que conecta con los déficits turísticos que arrastran la ciudad y su provincia, y que se emplazan preferentemente en la carencia de un turismo de calidad.
Sin entrar a profundizar en datos y números que desvíen el mensaje de «aportar valor para un turismo de excelencia», éste se hace inevitable y se empareja con el mayor y mejor aliento del turismo gastronómico, que es uno de los más dinámicos y uno de los que más en alza está, ya que no deja de crecer constantemente. Al respecto, hay que decir que es obvio que cuando se mencionan en el mismo dialogo las palabras «turismo y gastronomía» se refiere a un turista o visitante el cual una de sus motivaciones en el momento de viajar es la gastronomía de la ciudad a visitar, su tradición y, sobre todo, conocer el producto local. Esto es lo que debe fomentarse y en el que deben volcar todos sus esfuerzos el mayor número de profesionales del sector en Cuenca.
Junto a él deben promoverse otras iniciativas paralelas, que pasan por dar respuestas digitales al turismo sostenible. En esta reorganización tienen arte, parte y responsabilidad los organismos e instituciones conquenses, por no crear un organismo especializado que se dirija a erradicar los obstáculos citados. Y podría ser algo similar a la iniciativa puesta en marcha por Airbnb, que dispuso la colocación del municipio barcelonés de Igualada y la comarca de l'Anoia en el mapa como destino preocupado por el entorno a través de un programa conjunto con el Ayuntamiento, vecinos y emprendedores. Así las plataformas digitales que alquilan pisos turísticos, casas rurales y ahora hoteles han llegado para quedarse. Han cautivado a los más jóvenes (y no tan jóvenes) como una nueva forma de viajar. La inmediatez en la reserva, propia de los millennials, y el precio más bajo han sido los ganchos de su éxito. Ahora su objetivo es crear destinos sostenibles donde no los hay.
De esta manera, frente a las tradicionales recetas basadas en la implantación de grandes infraestructuras del estilo de parques temáticos o grandes complejos hoteleros, “las herramientas digitales no necesitan esas infraestructuras, sino que aprovechan y optimizan las existentes”, contaba en mayo de 2019 Arnaldo Muñoz, director general de Airbnb Marketing Services, SL. Esta plataforma ha comprometido cinco millones de euros para apoyar proyectos turísticos sostenibles con el fin de “empoderar a las comunidades locales y democratizar los beneficios entre sus habitantes”.
De entre los más de 500 acuerdos que esta empresa ha firmado hasta ahora, con regiones en todo el mundo, Igualada y la comarca de l'Anoia (a 50 km de Barcelona y 20 del Monasterio de Monserrat) se ha conformado como una de las más destacadas iniciativas de digitalización de Airbnb, por su gran potencial como destino sostenible. Esto sí genera riqueza, al contrario que el viaje de vacaciones que se han pegado los convidados a Centroamérica de las administraciones carcundas que ni hacen "marca Cuenca", ni mucho menos la fomentan. Otro documental de ineptitud producido por esos, vamos a llamarles "teóricos" (muy malos), representantes públicos de Castilla-La Mancha y Cuenca, que todos sabemos. porque ¡miren que se han publicitado en la prensa comprado/subvencionada!
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