Una información (ver aquí), en la que aparece el inefable vicepresidente castellano-manchego, Martínez Guijarro, y la opinión (ver aquí) emitida al respecto por Eulalio López Cólliga, que triplica al primero en rigor, claridad y cosmogonía política, me fuerza a abrir una serie de artículos especializados sobre el declive demográfico de Castilla-La Mancha, que requiere un volantazo total de la política (in)desarrollada en este campo. Lleva la corrala de Page haciendo uso del tic-tac reaccionario e insulso del reto poblacional demasiado tiempo y con mucha marcha atrás. Cosa normal, puesto que tiene delegada totalmente esta competencia en el fisioterapeuta pinchabalones del citado vice, diputado conquense fundamentalmente mediocre y uno de los "artistas" principales de la partitocracia psoísta -por tanto, culpable directo del declive demográfico y económico de la provincia de Cuenca-, de perfil bonocenzanista.
Sin embargo esta Comunidad Autónoma, con el anteproyecto de Ley de Medidas económicas, sociales, y tributarias contra la Despoblación y para el Desarrollo Rural en Castilla-La Mancha, lleva más de un año dando vueltas alrededor de la balsa de barro construida artificialmente, corroborando que les falta fluidez en el manejo de los resortes demográficos y, por lo mismo, deben ser cambiados con urgencia. Ni el Consejero da la talla, ni el encargado del "reto" tampoco. Básicamente porque ni saben ni entienden con propiedad qué es exactamente la política demográfica.
A instancias de la colaboración solicitada por mi Colegio Profesional, elaboré el 4 de octubre de 2020 una sucinta evaluación del mencionado Anteproyecto de Ley, encarada al diseño y planificación de políticas y servicios públicos en esta materia. Efectué un análisis de ese texto y, conforme a los parámetros de la Ciencia de la Administración, de acuerdo con las técnicas de ésta, elaboré un amplio cuadro operativo de carácter instrumental. En él se plasman las omisiones observadas en esa ley -con destino a su corrección-, se enuncian las modificaciones a introducir en ella y se realizan una serie de propuestas que resultan convenientes.
La gran conclusión del examen de ese proyecto es que se trata de un texto legislativo que posee una excesiva cantidad de prescripciones ancladas en fundamentos sesgados, parciales e incompletos. Tanto en sus fuentes como en su apoyo técnico y bibliográfico, que no se halla sujeto a la evaluación de la UE en 2019. Y, notándose en esto su reductivismo político, habla obsesivamente de “reto” (palabra que repite hasta la saciedad), sin enunciar los ejes de producción de cambios cuantitativos y cualitativos en el proceso demográfico específico de Castilla-La Mancha. ¿Qué significa esto? Pues que han construido los inductores y coordinadores de dicho texto una evidente simplificación de la compleja problemática demográfica de Castilla-La Mancha, derivando en una "concepción falaz"[1] de su política en materia de población, representada en el Gráfico 1.
Gráfico 1. Concepción falaz de las políticas demográficas
Para superar las dos vías conceptuales de esta definición (la deductiva o ideal, y la inductiva o empírica) deben usarse elementos de ambas. De este modo, es posible entender la política de población a partir de sus ejemplos históricos, pero ampliando la mirada más allá de las medidas políticas concretas y sus impactos para incluir también las ideologías que las han sustentado y los intereses sociales a los que respondían.
El factor alrededor del cual se han aplicado las políticas demográficas más importantes es el crecimiento de la población. En tal sentido se han emprendido políticas pronatalistas y antinatalistas[2]. Esto nos lleva a no pasar por alto la importancia que posee la Demografía en este gran diseño de las políticas públicas respectivas. La envergadura que posee esta ciencia a la hora de esa delineación se sustenta en su campo específico de trabajo, pues analiza el tamaño, composición, estructura y distribución de la población en el territorio. Además, sus investigaciones y análisis principales se centran en dos aspectos: los movimientos naturales de población, es decir, los cambios que se producen en función de los nacimientos y defunciones, y los movimientos espaciales o migraciones. Gracias a estas investigaciones la demografía también puede estudiar la evolución de la población en el tiempo. Y todo esto lo ha pasado por alto el proyecto de ley castellano-manchego. Vamos a verlo desmenuzando la evaluación referida, destacando los aspectos con mayor asincronía. Su estructura se ha partido en cuatro secciones, agrupadas en el Cuadro 1 a efectos de su presentación.
Cuadro 1. Omisiones, Modificaciones y Propuestas para el A.L.M.E.S.T.T.D.D.MR-CLM[3]
El numeroso sesgo asincrónico de intensos rasgos disfuncionales plasmado en el cuadro anterior deriva de la circunstancia de que los impulsores de esa normativa se han guiado más por connotaciones que giran alrededor del torno económico que del demográfico. Ignoran que la demografía es un área interdisciplinar que complementa y, a la vez, se vale de otras disciplinas como las siguientes: Matemáticas, Estadística, Biología, Medicina, Sociología, Economía, Historia, Geografía (la geografía de la población surgió en la década de 1950 con las investigaciones de Pierre George, Zelinski y Trewartha) y Antropología. Tiene una historia relativamente corta, pero como ha demostrado sobradamente en todo el mundo posee herramientas propias que la hacen ineludible en el instante de elaborar políticas propias, singulares y específicas, como es destacable en estos mismos momentos en Castilla-La Mancha.
Sus políticos y legisladores han caído en la trampa de seguir ahogándose en la retórica, sin pasar a la acción: para escribir una ley con malos cimientos han tardado más de un año. Un bagaje muy pobre que se hubiese corregido con una atenta mirada a la óptica del conocimiento del profesor Andreu Domingo Valls, presidente de la Asociación de Demografía Histórica y subdirector del CED (Centre d´Estudis Demogràfics). Al no haber empleado la metodología de éste, el texto legislativo está lleno de “demodistopías”[4]. Un terreno siempre peligroso, puesto que afecta a temas puntuales de gobernabilidad, a través de la voluntad de control de las poblaciones. En este sentido, Andreu Domingo se refiere especialmente a los dos miedos clásicos, el de la explosión y el de la implosión demográfica, si bien establece una diferenciación decisiva entre ambos: mientras que la explosión tendría siempre un determinante demográfico, la implosión suele tener orígenes mucho más diversos, entre los cuales se impone la dimensión catastrófica, que, como cabe imaginar, ha dado especial juego en materia literaria.
[1] Cfr. la circunscrita y aclarativa explicación recogida en https://apuntesdedemografia.com/polpob/definicion/ del término “política demográfica” o “política de población”.
[2] La explicación de estas son descritas en un trabajo específico sobre "Políticas de Población", de Info Planet, 11 de noviembre de 2009, https://geoplanet.wordpress.com/2009/11/11/politicas-de-poblacion/.
[3] A.L.M.E.S.T.T.D.D.MR-CLM: ANTEPROYECTO DE LEY DE MEDIDAS ECONÓMICAS, SOCIALES Y TRIBUTARIASFRENTE A LA DESPOBLACION Y PARA EL DESARROLLO DEL MEDIO RURAL EN CASTILLA-LAMANCHA. Septiembre de 2020.
[4] Por demodistopías entendemos aquellas novelas que fundamentan su visión distópica en los componentes demográficos, es decir, aquellas que imaginan sociedades, por lo general futuras, en las que la evolución extrema de la dinámica poblacional llevaría a situaciones indeseables.
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