(Publicado en AEC online 2.0, aquí)
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Fuente: http://www.compromisorse.com
A pesar de que no existen cifras recientes sobre el empleo de las personas con discapacidad, es sabido que su tasa de paro es muy superior a la del resto de la población. Algunas fuentes como la Fundación La Caixa indican que su ratio de desempleo duplica al general. Así, en 2011 las personas con discapacidad en paro representaron un 40%, en un momento en el que la cifra general era del
21,5%.
Tomando como referencia este axioma, si el ratio de desempleo actual se sitúa en el 25%, el de las personas con discapacidad alcanzaría el 50%, una cifra que preocupa y que debe incentivar el impulso de políticas que garanticen la participación del colectivo en el mercado laboral.
Por otra parte, la tasa de actividad de las personas con discapacidad es muy inferior a la de los demás. Así, a finales de 2010 se situó en un 36,2% frente al 75,9% registrado en el conjunto de la población, según el avance de resultados de la Encuesta de Población Activa y de la Base Estatal de Personas con Discapacidad 2010 y 2009 del INE. Ello quiere decir que un 63,8% de las personas con discapacidad ni tiene trabajo ni lo busca, debido, probablemente, a una mayor desconfianza a la hora de afrontar su acceso al mercado laboral.
Según Jesús Garre, consejero delegado de Capgemini España, “la empresa debe ser un ejemplo para la sociedad y parecerse a ella. La sociedad es diversa y por tanto las organizaciones también tienen que serlo, integrando a personas con discapacidad que son parte inherente de nuestro entorno. Para avanzar hacia su plena integración es necesario impulsar la sensibilización en el corazón de las
empresas para que no se conviertan en víctimas dobles de la crisis. De este propósito nace este informe que hemos realizado en colaboración con la Fundación Adecco”.
Por su parte, Jose María Echevarría, presidente de la Fundación Adecco, comenta que “en los últimos años, hemos asistido a un importante avance en materia de integración social y laboral de las personas con discapacidad, pero aún queda un importante camino por recorrer para alcanzar su plena integración. Hay que trabajar por derribar anacrónicos estereotipos y prejuicios que aún están asentados en nuestra sociedad e igualar su tasa de actividad y de paro con las del resto de la población: sólo entonces podremos hablar de normalización y de integración real”.
La dualidad de la crisis: acelerador y freno
Desde el 1 de enero de 2012 hasta el cierre de octubre, el Servicio Público de Empleo Estatal ha
contabilizado 51.885 contratos a personas con discapacidad en España. A pesar de que ello representa una caída del 1,3% con respecto al mismo periodo de 2011 (cuando se efectuaron 52.596 contratos), hay que tener en cuenta que el año pasado se cerró con el récord histórico de contrataciones a personas con discapacidad: un total de 62.084.
El aumento interanual de contratos se podría interpretar como fruto de la casualidad o al azar. Sin embargo, con las cifras a la vista, no parece aventurado extraer la siguiente conclusión: la crisis podría estar siendo un acelerador para que muchas empresas abran sus ojos a la discapacidad y apuesten por estos trabajadores como fuerza laboral, habida cuenta de que ven reforzados valores como el esfuerzo, la motivación o la capacidad de sacrificio, todos ellos esenciales para la buena marcha del negocio en tiempos de crisis.
barreras para el acceso al empleo de las personas con discapacidad
Sin embargo, y aunque pueda parecer paradójico, existen dos tradicionales barreras para el acceso al empleo de las personas con discapacidad que pueden verse acentuadas debido a la crisis. Éstas son de dos tipos: exógenas (en la sociedad) y endógenas (individuales).
Las barreras exógenas están fuera de la persona con discapacidad, asentadas en la sociedad. Se trata de estereotipos, prejuicios de algunas empresas que mantienen la creencia errónea de que los trabajadores con discapacidad van a requerir elevados costes de adaptación y que van a incrementar el absentismo. En definitiva, temor y desconocimiento, dos aliados muy peligrosos que ponen en
riesgo la contratación de empleados con discapacidad en tiempos de crisis.
En segundo lugar, las barreras endógenas están en la propia persona con discapacidad. Se traducen en carencias de autoestima y motivación, así como escasa confianza: creen que no tendrán opciones de acceder al mercado laboral por la elevada competencia que existe. Ello explicaría la menor tasa de
actividad del colectivo.
Tal y como indica Jose María Echevarría, presidente de la Fundación Adecco, “hay que hacer un trabajo esencial de sensibilización con las empresas y de orientación con los candidatos para eliminar ambas barreras. Aunque en los últimos años haya aumentado el número de contratos, no podemos darnos por satisfechos hasta que las cifras de empleo de las personas con discapacidad se igualen con las del resto de la población.”
En cuanto a la modalidad de los contratos firmados por las personas con discapacidad en 2012, observamos que la más frecuente ha sido la temporal para personas con discapacidad (23,7%); seguida del contrato de obra y servicio (19,8%); la interinidad (18,7%); y el eventual por circunstancias de la
producción (17,6%).
Radiografía del trabajador con discapacidad 2012
La Fundación Adecco ha gestionado en lo que llevamos de año más de 1.000 contratos para personas con discapacidad y la modalidad contractual más frecuente ha sido la temporal, según los datos del SEPE. Sin embargo, el presente informe ha querido analizar otros detalles para dar respuesta a la pregunta: ¿cuál ha sido el perfil del trabajador con discapacidad contratado en 2012? Los datos internos de la Fundación Adecco muestran que se trata de un hombre (51,6%) entre 26 y 35 años(32,9%) , discapacidad física (44%) y un nivel formativo de Formación Profesional (32%).
Por otra parte, la modalidad de empleo predominante en los contratos gestionados por la Fundación Adecco ha sido la empresa ordinaria (83%), frente al 17% en Centros Especiales de Empleo.
Aunque los puestos en los que se han integrado las personas con discapacidad son muy diversos, el puesto más repetido ha sido operario de producción (24,2%), seguido de administrativo (10,8%), peón de limpieza (10%) o dependiente (8,3%).
Estereotipo derribado: la discapacidad no acentúa el absentismo
El absentismo laboral supone un problema serio para las empresas, ya que cuesta cada año miles de millones de euros a nuestro país y es uno de los problemas que más afectan a la competitividad de las organizaciones españolas. Según el I Informe Adecco sobre Absentismo presentado recientemente, España es uno de los países con mayor nivel de bajas laborales, con 11,6 días “perdidos” al año por
trabajador.
Sin embargo, ¿cómo está afectando la crisis a este fenómeno? Capgemini y la Fundación Adecco han preguntado a las empresas encuestadas si han visto variar las ausencias de sus empleados desde que comenzó la crisis. Más de la mitad de los encuestados (59,6%) opina que el absentismo se ha visto reducido, frente a un 6,4% que cree que lo ha aumentado. Por su parte, un 31,2% piensa que la crisis no es una variable que influya en este sentido y un 2,8% no lo sabe.
En el caso de las personas con discapacidad, el 74% de las empresas o tiene claro: el absentismo no se ve acentuado en este tipo de trabajadores. Un 9% va más allá y afirma que, incluso, el absentismo se ve reducido. Con ello, obtenemos que sólo un 17% opina que lo acentúa. Estas respuestas son fruto de la experiencia en la contratación y gestión de personas con discapacidad de las organizaciones encuestadas (un 94% tiene contratado a este tipo de trabajadores).
Un 70% de las empresas no ha tenido que realizar adaptaciones al puesto
Uno de los factores que pueden controlar el absentismo laboral es la Prevención de Riesgos Laborales. En efecto, una buena política de PRL puede aportar soluciones al fenónemo absentismo, uno de los que más lastran la economía española.
Los resultados de la encuesta Capgemini-Fundación Adecco arrojan que el grado de conocimiento y aplicación de la PRL es, en general, elevado :un 96% de las empresas afirma poner en práctica las medidas establecidas el artículo 25 de la LEY 31/1995, de 8 de noviembre de prevención de riesgos laborales. Sin embargo, y en contra de lo que a priori podría parecer, un 70% de las empresas no ha
necesitado realizar adaptaciones al puesto de trabajo para incorporar a la persona con discapacidad. Este porcentaje derribaría otro mito: el mayor coste que tiene la integración de un trabajador con discapacidad. Así pues, del 30% restante que sí ha tenido que realizar las adaptaciones, un 40% no ha encontrado ningún tipo de dificultad y sólo un 17,5% afirma que se ha encontrado con dificultades económicas.
Hay problema para los jovenes que terminene sus estudios y buscan un travajo.
En casi cada lugar de trabajo lo que exijen es experiencia en el travajo, pero como vamos a tener experiencia, si no nos dan el chance a travajar?
Publicado por: trading en opciones binarias | 14/12/2012 en 04:25 p.m.
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Publicado por: Elderly people | 25/12/2012 en 07:45 p.m.