Aurora Pavón (Publicado en Republica.com, aquí)
Ahora resulta que Rubalcaba es un santo. Que no piensa tirar una sola piedra sobre el tejado de Rajoy, que tampoco reniega de su pasado político como ministro de Zapateroy González, que reconoce varios errores sobre la reforma financiera y la burbuja de ladrillo, que calla sobre todo lo relativo a ETA y el faisán, y que tiene un programa nuevo para un tiempo nuevo y que si te vi no me acuerdo porque él está en lo de RbCb, el “yes we can”, los perroflautas,y es gran estadista que piensa ganarle a Rajoy los debates electorales que se emitan por la televisión. Los que sonpara él y los suyos, la gran esperanza de los últimos 100 metros lisos en los que piensa recuperar el tiempo perdidoen el maratón donde se desfondaron Zapatero y el PSOE.
La verdad es que Rubalcaba tiene mas encanto electoral en su papel de lobo, que disfrazado de cordero pascual. No lleva el papel de bueno en el lejano oeste español, sino mas bien el de tahúr y pistolero zurdo que lleva escondido en una boca manga el as de picas y en la otra un afilado puñal.Este Rubalcaba que juega a ser el héroe y el galán no está en consonancia ni con su aspecto, ni con su trayectoria, ni con su carácter y en cualquier momento puede perder los nervios y la paciencia y comenzar a desbarrar y a hacer de las suyas, como en aquella tarde del 13 de marzo de 2004,en víspera de la jornada electoral, en el día de la reflexión,cuando salió a la opinión pública para decir que “Españano se merece un gobierno que le mienta”, aprovechando el terrorismo islámico del 11-M y los errores de Aznar para clavar en la espalda de Rajoy su puñal.
Para Rubalcaba el arrinconar y someter a Zapatero, cuando lo tenía herido y a su merced, fue muy fácil y así fue como se alzó con el control de la vicepresidencia primera del Gobierno. Luego lo de dar una patada en el trasero a Carme Chacón para echarla de las primarias fuecoser y cantar. Finalmente, y para no pasar mas tiempo allado de Zapatero, Rubalcaba utilizó al El País que lanzó un misil contra La Moncloa –mientras Zapatero comía con Pedro J.- con la firma de Rubalcaba y exigiendo el de una vez por todas el adelanto electoral. Y todavía Rubalcabatiene pendiente alcanzar la secretaría general del PSOE, loque le hubiera gustado conseguir antes de las elecciones para que una derrota de gran calado no lo deje inservible.Pero ahí no ha podido llegar a tiempo, porque Zapatero haido reculando en su favor, pero tan rápido como pretendía Rubalcaba.
Lo que está claro es que el corderito Rubalcaba, o este estadista de última hora no existe ni existirá. Alfredo –sele ve en las manos agitadas e impacientes- es otra cosa, es un conspirador nato, un superviviente del poder, un liante de verbo rápido, un vendedor de mantas y bolígrafos que se maneja bien por los pasadizos y las cloacas del poder. Yes ese lado oscuro y perverso de su personalidad la que le da un cierto morbo, y la que hace decir a personas de una derecha liberal o conservadora que en caso de gran crisisle votarían a Rubalcaba antes que a Rajoy, que provoca en el centro y la derecha un sentimiento de frustración y en el mejor de los casos de desesperación.
Pero Rubalcaba se ha empeñado en hacer el papel de buen chico, de estadista dialogante y recién salido del cascarón y eso ni levanta pasiones, ni convoca votos ni transmite confianza, ni tiene la menor credibilidad, porque en esta locura y desmedida ambición que le ha entrado y que le hace pensar que tiene una oportunidad de ganar ahora las elecciones generales, Rubalcaba se olvida de algo simple y muy sencillo: que estamos hartos de verlo y de oírlo, que todo el mundo conoce sus pompas y sus obras, que hace muy pocos días que dejó el gobierno y que su fama no es producto de una leyenda sino de una cercana realidad. De manera por más que se vista con la zamarra de borreguito,siempre se le verán las patas peludas y un largo rabo negro que lo delata sin cesar. Lo divertido y atractivo del cuento que ahora pretende relatar es su fama de lobo feroz, lo de Caperucita Roja ni interesa ni le va.
Comentarios