Según se desprende de las colaboraciones de comunicación política que vengo haciendo desde mi baja en UPYD en el año 2015, estoy volcado en los movimientos de confluencia, y así he instado reiteradamente a los partidos políticos con actividad en Cuenca a que se muevan en ese sentido. Más concretamente para esta provincia he ido describiendo las grandes posibilidades que ofrecen las agrupaciones electorales. En mi caso, al igual que en el de bastantes politólogos, existe un motivo de fondo que se resume en la búsqueda de justicia social, al juzgar que esta vía facilita alcanzarla si se amplía la base democrática de las decisiones que se tomen. Por esto puse mis anteojos en la España Vaciada, sobre la que he escrito mucho y aún más he ido acumulando una amplia documentación. De ésta me llamó la atención el Modelo de Desarrollo elaborado por diferentes plataformas y colectivos de distinta procedencia y de multitud de provincias que sirve de base, de apoyo, de consenso, de punto de unión, etc. Más allá de las diferentes reivindicaciones sí es posible visualizar claramente líneas que son objetivos comunes y que lo que buscan es un Modelo de País, es decir, hablan sus integrantes de una visión de País a largo plazo, no cortoplacista y que tiene presente el bien común.
Con esta lógica he facilitado que el partido al que pertenezco desde sus inicios, la Unión Europea de Pensionistas (UEP), se introdujera en Cuenca en este andamiaje. Prácticamente está conseguido y cuento para esta finalidad con el asentimiento de la Ejecutiva Nacional, especialmente de su presidente y de su secretario general, dada mi condición de delegado de esta formación en Cuenca. Las conversaciones que he mantenido con +.CUENCA Ahora han sido fructíferas y le hemos depositado nuestro apoyo total de cara a las próximas elecciones del 28-M. Un auxilio delineado desde la experiencia, el conocimiento sociopolítico y la lealtad exhumada desde la propia filosofía de UEP, a cuyos miembros no nos guía la ambición personal, sino la defensa del bienestar general de la Tercera Edad y de la satisfacción específica de todas las familias.
El 31 de marzo de 2019 dio inicio la Revuelta de la España Vaciada. Teruel Existe y Soria ¡YA! hicieron un llamamiento al que respondieron cientos de colectivos y plataformas de esa inmensa parte del país que estamos desde hace décadas olvidados, desatendidos y abandonados por las instituciones. De forma pacífica, miles de españoles alzaron la voz frente al Congreso de los Diputados, y en los pueblos y ciudades de muchas provincias de la España Vaciada con dos mensajes claros:
SER POCOS NO RESTA DERECHOS y QUEREMOS FUTURO
La Revuelta del 31M continúa con más fuerza que nunca. Porque paulatinamente se han ido incrementando los distintos colectivos que desde ese día, empujados por cientos de miles de personas, estamos más organizados y tenemos un objetivo común: seguir luchando por el presente y futuro de nuestros territorios.
Como se dijo en el Manifiesto del segundo aniversario en 2021:
Volvemos porque no vemos avances significativos. Sentimos que seguimos en la casilla de salida y poco o nada se ha hecho realidad desde entonces. Nuestra presencia hoy aquí es consecuencia de la falta de compromisos políticos reales que se traduzcan en hechos palpables. Aún así, hay que destacar dos logros en este tiempo:
El primero, Teruel Existe se ha convertido en nuestra voz en el Congreso y en el Senado. La única que tenemos y que resuena fuerte, alta y clara. Gracias.
El segundo logro es que la crisis poblacional y territorial de la España Vaciada está en la agenda de partidos, instituciones y medios de comunicación, algo que hasta entonces era totalmente secundario o directamente obviado.
A pesar de las adversidades que nos ha tocado vivir en estos tiempos, el latido de las gentes de España Vaciada resiste contra viento, marea y olvido. Su corazón sigue latiendo como aquel 31 de marzo de 2019. Fuerte, con ganas.
Un latido que queremos que se sienta en la sede de la soberanía nacional.
En el Año Europeo de la Juventud, en 2022, los jóvenes fueron los protagonistas del tercer aniversario de la Revuelta, alzando su voz con varias acciones que se desarrollaron bajo el lema “Somos el mañana de los pueblos”. Con ello, se pretendió reivindicar un futuro más próspero a través de políticas que eviten el vaciado de los pueblos, y que favorezcan el retorno de los jóvenes. Así el 31 de marzo en Madrid se llevó a cabo una concentración a las 13.00 horas en la puerta del Instituto de la Juventud (INJUVE) en Madrid. Los jóvenes de varias plataformas se reunieron portando maletas con las que quisieron simbolizar la reivindicación de un cambio en las políticas, y allí leyeron un manifiesto que recogí el sentir del colectivo social de la Revuelta de la España Vaciada, visualizar la situación que afrontan miles de jóvenes que tienen que salir de sus territorios para estudiar, o en busca de empleo y de un futuro mejor.
Con esta perspectiva hemos entrado en 2023, lo que nos exhorta a los científicos sociales a remitirnos a André Gide, cuando celebraba la confusión que existe en la lengua española a la hora de distinguir entre la espera y la esperanza, que en francés no guardan ninguna relación etimológica. Laín Entralgo recordaba la anécdota y se servía de otra intuición de Eugenio d´Ors para acreditar algo que todos sabemos. La esperanza es, probablemente, la virtud que tiene peor prensa por culpa del maldito prestigio intelectual del pesimismo. Esta es la causa que llevan a algunos a sospechar en ocasiones que casi todo lo malo que nos pasa tiene que ver con la impaciencia. La lentitud del tiempo nos revuelve ante la expectativa de que el tiempo que viene pueda traer bienes o males mayores.
No obstante, el paso del tiempo no es un ritmo maquinal y ajeno a nuestra voluntad y las etapas históricas, como la duración subjetiva de un minuto, también dependen de aquello que decidimos hacer o no hacer.
Abundando en esto, Diego S. Garrocho advierte que el futuro nunca se parece a nuestra imaginación, aunque sería injusto conformarnos con una visión estrictamente pasiva de la historia. El paso del tiempo no es un ritmo autómata y extraño a nuestra intención y las etapas históricas, como la duración subjetiva de un minuto, también dependen de aquello que decidimos hacer o no hacer. Hannah Arendt le concedió un papel especialmente significativo a la violencia en esa pauta de la temporalidad, pero sería injusto no conceder que fueron también los momentos magnánimos de la humanidad los que han servido para traernos hasta donde ahora estamos.
Todo esto lo sabemos quienes estamos volcados con la defensa del tren convencional en la interconexión Madrid-Cuenca-Valencia, plantados indefinidamente en las puertas de los órganos político-administrativos causantes de esa injustificable decisión, a continuación recurriendo en reposición el agraviante Acuerdo del Consejo de Ministros de 21 de febrero de 2023, que clausura el tramo ferroviario entre Tarancón y Utiel de la línea 03-310 Aranjuez-Valencia Fuente de San Luis, perteneciente a la Red Ferroviaria de Interés General. Y, en paralelo, demandando ante la Justicia cuantos actos sean contrarios al derecho que le corresponde a la ciudadanía a consecuencia de arbitrariedades mal fundadas por parte de los distintos órganos y entidades implicados.
Desde hace días estamos divulgando este cartel a través de las redes sociales, que engloba el acto medular en Cuenca de la celebración del 4º Aniversario de la Revuelta de la España Vaciada. A esta manifestación no puede faltar nadie que se tenga por conquense, quienes huyan del mismo han de saber que dejan sin futuro a esta provincia y contrarrestan cualquier posibilidad de progreso para la misma, sentándose en la misma mesa de los desgarbados generadores del dramático trance del que ya ha sido calificado como "Crimen de Cuenca-2".
Las autoridades nacionales, regionales, provinciales y locales con responsabilidad en Cuenca no han sabido gestionar como debían la inversión europea. Han sido unos inanes en la mediación y logro de la inversión en este territorio. Los fondos Next Generation de la Unión Europea son la palanca de un cambio necesario tras la monumental crisis desatada por la pandemia del Covid-19, que ha golpeado la economía española con más fuerza que a otros países europeos por su dependencia del sector turístico. España envió a Bruselas su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con el que recibió 140.000 millones de euros en préstamos y subvenciones, para impulsar y transformar la economía en los próximos cinco años. El Ejecutivo ha marcado el terreno de juego y las reglas, identificando las políticas troncales a las que quiere que se dedique el dinero europeo invitando al sector privado a ceñirse a tales actividades para participar en los proyectos de inversión. Sin embargo, aquí nos reportan con el malhadado "Plan XCuenca", un desgraciado macuto de despropósitos, un acervo contra el que gritaremos el próximo 1º de abril desde la Estación de Adif hasta la plaza de España en Cuenca. Sobran razones para hacerlo, y así lo demuestra la mejor ensayística sobre Organización y Sistemas de Progreso,