Un editorial reciente de El País ha diseccionado el desafío que supone la inmigración, donde subraya que abordar en profundidad la política migratoria y los dilemas que plantea es una cuestión de Estado. "La inmigración como fenómeno", según destaca ese diario, "es una realidad que hay que gestionar, no un problema que hay que solucionar. Los discursos políticos que prometen soluciones ignoran que la población extranjera ya es una parte inextricable de la sociedad, la economía y la cultura españolas". Los dos párrafos introductorios de dicha publicación son concluyentes:
- España es el segundo país de la UE, tras Grecia, donde más ha crecido este año la inmigración irregular: 31.155 personas llegaron por tierra o por mar hasta el pasado día 15, un 66% más que en igual periodo de 2023. Ese fuerte aumento —que fue mucho mayor a comienzos de año— viene determinado por el crecimiento de la peligrosa ruta canaria, con un 126% más de desembarcos. Y refleja más que nunca los desafíos de la región del Sahel, una zona que la UE ha abandonado, donde la escalada de violencia está expulsando a miles de personas y que plantea importantes cuestiones de seguridad para Europa. Más de 13.000 personas llegaron en el primer semestre desde las costas de Mauritania, origen de la mayoría de los flujos migratorios de la ruta atlántica. Por vez primera, los malienses son la nacionalidad más numerosa de quienes llegan irregularmente a España, prueba de que las guerras de hoy producen los migrantes desesperados de mañana.
- Mauritania, donde Pedro Sánchez volverá a fines de agosto seis meses después de su última visita, es un ejemplo destacado de la política española y europea de cerrar acuerdos con multimillonarias partidas de apoyo económico a los Estados de origen y tránsito de los migrantes. Es una vía que ofrece resultados inmediatos para controlar policialmente las costas, pero al coste de no mirar que trato reciben los migrantes. El Gobierno no se puede conformar con esta fórmula y renunciar a la búsqueda de otras soluciones.
Con este frente abierto se han encendido las alarmas, dado que están frescos y muy cercanos los graves disturbios en varias ciudades del Reino Unido, después de que grupos ultras atribuyeran falsamente a un inmigrante la muerte de tres niños. La Fiscalía anunció este martes que está examinando el posible carácter delictivo de los “mensajes falsos” puestos en circulación los últimos días con el “propósito deliberado de despertar entre la población sentimientos de odio, hostilidad y discriminación” contra los extranjeros, singularmente los menores no acompañados.
La familia de la víctima en Mocejón, según explicaría después su portavoz, ya estaba informada de quién era el sospechoso, pero no podía revelarlo. Por eso el primo del pequeño pidió que cesase la “criminalización” de los inmigrantes. La respuesta de las milicias digitales de la extrema derecha fue abalanzarse contra él. Asell Sánchez dirige un programa en 13TV, canal propiedad de la Conferencia Episcopal, en el que informa de la labor de los misioneros católicos en el mundo. En su perfil de X podían encontrarse fotos de sus viajes a África. La horda ultra se las apropió, las reprodujo y las acompañó de mensajes como “se merecen lo que les pasa” y amenazas de muerte.
En un plano de comunicación política estricta y seria esto es inadmisible. Y sociológicamente resulta vituperable. Demostrando así que el discurso xenófobo debe desaparecer cuanto antes, a la mayor brevedad posible, venga de donde venga y se emita con la intención que sea.
Es preciso, pues, referirse aquí a la problemática de la integración de las personas migrantes, que ha adquirido relevancia en el panorama mundial con la llegada de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la que se hace un llamamiento a “no dejar a nadie atrás”, incluidos los migrantes. Sin embargo, la esfera de la integración de los migrantes ha sido un tema que, tradicionalmente, ha estado polarizado y los datos relacionados con esta cuestión suelen circunscribirse a los países de ingresos altos. El creciente interés por la integración de los migrantes pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo más investigaciones y disponer de mejores datos.
La integración afecta tanto a las distintas políticas como a diversos aspectos de la vida de los migrantes y, por lo tanto, los datos sobre la integración de los migrantes abarcan una amplia gama de información, incluyendo el hecho de si los migrantes se están integrando en las esferas económica, social, cultural y política de la sociedad, la discriminación a la que se enfrentan, cómo afectan las políticas a la inclusión de los migrantes y cómo percibe la sociedad a los migrantes y la inmigración.
Las principales fuentes de datos sobre la integración de los migrantes son los censos y las encuestas de hogares, en particular, las encuestas sobre la fuerza de trabajo y las encuestas sobre las condiciones de vida. Estas fuentes contienen datos que pueden utilizarse para medir el nivel de integración de los migrantes en una serie de ámbitos. Entre estos ámbitos clave se incluyen:
- El mercado laboral, por ejemplo, las tasas de empleo, los salarios o ingresos, la ocupación, la tasa de actividad y la tasa de sobre calificación.
- La educación, por ejemplo, el nivel educativo más alto alcanzado, la tasa de abandono escolar, las calificaciones y competencias.
- La salud, por ejemplo, los años de vida sana y la esperanza de vida.
- La inclusión social, por ejemplo, la propiedad de bienes, el sobrecoste de la vivienda, la pobreza infantil y la exclusión social.
- La inclusión o la participación ciudadana, por ejemplo, los derechos de voto, la representación en el ámbito político, el empleo público, la tasa de naturalización, el porcentaje de residencias de larga duración y los voluntariados.
- La inclusión cultural, por ejemplo, las costumbres, las tradiciones, el idioma y la religión.
- La inclusión financiera, por ejemplo, la banca, el ahorro, los créditos, los seguros y el asesoramiento.
- La inclusión espacial, por ejemplo, la segregación residencial en función del estatus socioeconómico.
- La opinión pública, por ejemplo, la capacidad de integrar a grupos de personas muy heterogéneos y culturalmente diversos.
- El papel de los medios de comunicación, por ejemplo, la inclusión y la diversidad en los medios de comunicación públicos.
Las fuentes administrativas también proporcionan información, como la ciudadanía y la condición de residente de larga duración, que puede arrojar luz sobre el nivel de participación ciudadana y política de los migrantes.
Las encuestas de opinión pública son fuentes adicionales que miden las actitudes de las sociedades de los países de destino con respecto a la inmigración (OIM, 2015). Un ejemplo de ello es la Encuesta Mundial Gallup que también facilita información sobre los puntos de vista de las personas en relación con la inmigración. Dos de las preguntas que se formulan en la encuesta abordan la cuestiones de si los niveles de inmigración deberían cambiar en sus países y si piensan que los inmigrantes suelen aceptar trabajos que los nacionales no quieren. En el estudio de la OIM titulado How the World Views Migration (Cómo percibe el mundo la migración) se pueden encontrar los análisis y los resultados con respecto a estas preguntas de la encuesta.
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