Artículo publicado por El Mundo, el 5 de noviembre de 2022 (aquí)
La estructura de las familias se ha invertido y el cambio demográfico obligará a trabajar más, hasta los 80 años incluso, pero se abren también muchas oportunidades para aprovechar el conocimiento y la capacidad de compra de los mayores de 50
La pirámide población se ha convertido "más bien en un cacahuete demográfico", en palabras María Gafo, jefa adjunta de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea. Diego Ramiro Fariñas, director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC, prefiere el término "cometa poblacional en España". Y Andrew J. Scott, de la London Business School, hace la siguiente reflexión que puede ser incluso más gráfica: las nuevas familias se han dado la vuelta y ahora están formadas por cuatro abuelos, dos padres y un único hijo.
Son diferentes formas de definir lo que está ocurriendo en los países desarrollados y, especialmente, en España. Un aumento muy notable de la longevidad, con una mayor esperanza de vida y también calidad de vida, unido a un desplome en la tasa de natalidad que, de manera combinada, supone un profundo cambio y un gran desafío para la economía. Y ya no solo para el sistema de pensiones, que evidentemente tendrá serias dificultades para hacer frente a prestaciones crecientes durante 30 o incluso 40 años , sino para el mercado laboral, la jubilación, los hábitos de consumo y el propio crecimiento económico.
Dos esos aspectos, el mercado laboral y las pensiones, están íntimamente ligados, y el primero es clave para mitigar los desequilibrios del segundo. Con muchos menos jóvenes trabajadores que soporten las crecientes pensiones de los mayores, los relevantes expertos que participaron esta semana en las jornadas de Economía de la Longevidad celebradas en Salamanca coincidieron al apuntar dos vías de solución: la inmigración y la prolongación voluntaria de la vida profesional más allá de la edad de jubilación. Mucho más allá de la edad de jubilación. Incluso hasta los 80 años en determinados casos si se tiene en cuenta que la esperanza de vida superará los 100 años en los próximos años. "Cada generación vive nueve años más que la anterior", explica Scott en este sentido, que pone como ejemplo que la mitad de los bebés nacidos en Japón en 2007 tienen una esperanza de vida de 107 años. Y todavía hay margen para llegar hasta los 125 años en donde se estima que está el techo del ser humano. Por ahora.
Pero volviendo a la atracción de trabajadores extranjeros, probablemente el más claro es Richard Thaler, premio Nobel de Economía en 2017: "Si me pusiesen al frente de la economía de Estados Unidos, lo primero que haría es atraer a dos millones de trabajadores. Hay que aumentar la natalidad o atraer inmigrantes", explica en un discurso que se puede aplicar a la primera potencia económica mundial pero también a España.
En la prolongación voluntaria de la vida laboral es algo en lo que el Gobierno y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ya trabajan. De hecho, el responsable del Ministerio también intervino en las jornadas organizadas por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Cenie), y desveló que las jubilaciones tardías han crecido un 7% en los nueve primeros meses del año.
Escrivá lo achacó directamente al cheque de hasta 12.000 euros por año adicional trabajado que ofrece a los trabajadores que siguen activos más allá de la edad de jubilación. "Y algunos jubilados están recibiendo sumas notables", explicó. La realidad, según un estudio de los expertos de la Universidad de Valencia y la Universidad de Extremadura, es que este pago único es menos rentable que la otra opción que ofrece Seguridad Social: un incremento vitalicio de la pensión del 4% por cada año trabajado que, en condiciones normales y teniendo en cuenta la esperanza de vida, acaba reportando más dinero a los jubilados. En concreto, la pérdida con el pago único puede llegar hasta el 60%, pero según Seguridad Social es la opción preferentes de los pensionistas. En cualquier caso, ese incremento del 7% va en la dirección que desea el Gobierno, y se suma a otro dato relevante: las jubilaciones de personas menores de 61 años han caído un 12%.
Este proceso de prolongación de la vida labora cuenta en España con un obstáculo que va más allá del deseo del propio trabajador: la expulsión del mercado laboral que sufren precisamente los empleados de mayor edad. Sus sueldos acostumbran a ser más altos, lo que en muchas ocasiones empuja a las empresas a querer desprenderse de estos empleados en un ejercicio que aúna el cortoplacismo y las estrecheces económicas. Y si a ello se le suma una cierta falta de cultura por cuidar a estos perfiles profesionales, el resultado es la salida temprana e indeseada del mercado laboral.
"Hay una cierta discriminación hacia los trabajadores de mayor edad, especialmente en el caso de las mujeres. La edad es un aspecto relevante entre los criterios de selección y se desaprovecha la experiencia y el talento, con una pérdida de productividad", constata el propio ministro Escrivá. "Lo que no puede ser es que gente que quiere seguir trabajando a determinadas edades no pueda hacerlo. Hay un elemento cultural que hay que cambiar en empresas y agentes sociales: la vida laboral va a ser más larga y hay persona que a partir de cierta edad deberán tener otros papeles, como por ejemplo el de asesoramiento. No se puede partir del planteamiento de se trabaja o no se trabaja", insiste el responsable de Seguridad Social.
Por ello, cada vez existe un movimiento más marcado que trata de destacar la llamada silver economy y sus beneficios. Por ejemplo, el gran poder adquisitivo de los mayores de 50 años y lo que aportan al conjunto del Producto Interior Bruto (PIB). Según los cálculos de Oxford Economics y la Universidad de Salamanca, "los gastos del grupo de residentes españoles mayores de 50 años aportaron un valor añadido al PIB de España en 2019 de 325.303 millones de euros".
"Las personas que componen el grupo de mayores de 50 años gastan considerablemente más per cápita que los residentes de entre 25 y 49 años", prosiguen, y ofrecen todavía un tercer ejemplo del notable poder económico de este ámbito de la sociedad: "Los turistas que visitaron España de 50 años o más generaron también 35.660 millones de euros en valor añadido al PIB de España durante 2019, lo que generó 594.600 puestos de trabajo en distintas industrias".
Una hora para el Homo Sapiens
El reto que debe enfrentar la economía ante el incremento de la longevidad tiene su origen en el espectacular aumento que la esperanza de vida ha experimentado en apenas 200 años. En ese tiempo, el dato medio ha pasado de 25 a 80 años. "Si se comprimiera la historia del Homo Sapiens a un año, el declive de la mortalidad ha tenido lugar en apenas las últimas siete horas", explica Ramiro Fariñas, que añade que "ha sido clave la caída de la mortalidad infantil, en gran medida gracias a la reducción de la mortalidad infecciosa".
"En una semanas, la población mundial llegará a 8.000 millones de personas según Naciones Unidas", prosigue Scott, que destaca el gran aumento de personas de más de 60 años que se ha registrado "En España, en 1950, un tercio de la población tenía menos de 19 años, mientras que en 2100 habrá mucha más gente mayor de 80 años que de 19 años. Tenemos que pensar en cómo apoyamos a la gente a lo largo de su vida", añade, y deja un último dato. "Están aumentando los divorcios entre personas mayores. No hay una estadística que hable mejor del incremento de la longevidad".