Manuel Hernández Iglesias / Miembro del Consejo de Dirección y del Consejo Político de UPyD
(Publicado en laopiniondemurcia.es, aquí)
Frente a los recientes intentos de presentarla como un parche provisional, desde Unión Progreso y Democracia hacemos una valoración muy positiva de la reforma política. La democracia que nos legó nos ha permitido alcanzar unas cotas de libertad, progreso social, prosperidad y prestigio internacional sin precedentes en nuestra torturada historia moderna.
No obstante, treinta años después de la aprobación de la Constitución, está claro que nuestro sistema político está muy necesitado de reformas que corrijan alguno de sus déficits democráticos, entre otros, los provocados por nuestro sistema electoral. Sus líneas maestras son razonables: un Congreso que representa a los ciudadanos elegido por un sistema proporcional y un Senado definido como cámara de representación territorial. Pero las leyes electorales, el establecimiento de la provincia como circunscripción y otras disposiciones hacen que ni el Senado sea cámara de representación territorial ni el Congreso sea proporcional.
La reforma del Senado para adecuarlo al espíritu de la Constitución es una de las promesas electorales sistemáticamente olvidadas legislatura tras legislatura. Y no debe seguirse posponiendo, porque una verdadera cámara territorial es la única alternativa sensata y democrática a la actual tendencia a decidir por medio de negociaciones bilaterales entre gobiernos autónomos y gobierno nacional asuntos que afectan a todos los ciudadanos españoles vivan donde vivan. Un Senado diseñado para cumplir eficazmente su función constitucional es clave para evitar la transformación progresiva de nuestro sistema autonómico en un sistema confederal ineficaz e insolidario.
De la "proporcionalidad" del Congreso, los resultados electorales hablan por sí solos. UPyD ha obtenido un único escaño; el PNV, con menos votos, seis. La coalición de coaliciones IU-ICV, con casi un millón de votos, tiene dos escaños; ERC, con la tercera parte, tres. Si se comparan la proporción de votos y escaños de UPyD+IU y de CiU+PNV+ERC, el resultado es que el voto a los primeros vale ¡seis veces menos! que el voto a los segundos.
Este estado de cosas es, primero, claramente injusto por violar el principio democrático de que el voto de todos los ciudadanos valga igual. Pero, además, distorsiona en el mapa político de una manera a largo plazo peligrosa, porque no penaliza a todos los medianos o pequeños, sino sólo a los de ámbito nacional. De ahí que, salvo en caso de mayoría absoluta (y no tenemos buenas experiencias de ellas), la llave de la gobernabilidad del Estado la tengan partidos que se declaran en contra de ese Estado.
Esta es la razón de que la primera proposición de ley que Rosa Díez ha presentado en el Congreso sea precisamente la reforma del sistema electoral para hacerlo más democrático. Queda por ver la respuesta de los demás partidos. Pero, por lo menos, tendrán que retratarse y si su respuesta es negativa, tendrán muy difícil explicar a la ciudadanía su opción por mantener un sistema tan injusto. Y lo que vale para el Congreso vale para la Asamblea Regional.
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Publicado por: Adidas AdiPure | 28/11/2012 en 06:47 p.m.