Artículo publicado en vozpopuli, el 8 de mayo de 2023 (ver aquí)
Las elecciones generales de 2023 tendrán más votantes dudosos -aquellos que deciden a quien votar la última semana- que en 2019. En concreto, la cifra aumentará de un 16% a un 23%, según las cifras que arroja el informe 'Unidad Electoral', realizado por el gabinete de incidencia pública BeBartlet. Una tendencia creciente que terminó por dispararse de manera exponencial a partir de 2015, año en el que por primera vez se rompió el bipartidismo. Al haber más partidos elegibles, la ciudadanía comenzó a dudar más, argumentan los creadores de este estudio.
El perfil del votante indeciso, según este informe, es el de una persona de clase media que se sitúa en posiciones centrales a nivel ideológico y que se corresponde con dos grupos de edad: mayores de 65 años y estudiantes universitarios. Ahí es donde los partidos, especialmente PP y PSOE, van a jugarse un buen puñado de votos en unos comicios que prometen estar muy igualados.
Esto implica que las encuestas tienen un menor porcentaje de acierto. Al fin y al cabo, uno de cada cuatro votantes, según este informe, decidirá su voto en la última semana, por lo que la variabilidad de los sondeos puede ser mayor que en otros comicios. En 2015 ya sucedió: un PSOE a la baja consiguió remontar en la última semana y media para mejorar sus previsiones, mientras que Cs, cuya tendencia fue muy buena durante toda la campaña, se hundió en apenas 10 días. Los indecisos hicieron que las encuestas variasen mucho a lo largo de la recta final, alterando el resultado final de los comicios.
"Estamos hablando de porcentajes muy altos de indecisos", cuenta a Vozpópuli Ramón Mateo, autor del informe y director de análisis e impacto regulatorio de BeBartlet. Explica que este fenómeno se puede explicar por dos motivos: la existencia de un número mayor de partidos y el acceso a más información. Esto provoca que "haya más análisis y que la gente se tome más tiempo para decidirse".
La llegada de internet y la proliferación de medios de comunicación ha hecho que "la gente se informe ahora por canales muy distintos" y que se introduzcan "perspectivas más heterogéneas", provocando que los votantes no tengan tan claro qué papeleta escoger hasta el último momento.
Preguntado sobre unas encuestas menos precisas, señala que desde siempre "ha existido la cocina, que sirve para corregir este tipo de sesgos", aunque esta herramienta "también puede fallar" si el número de indecisos es demasiado elevado. Mateo cuenta que en las próximas generales, en las que el tercer partido será clave para que Sánchez o Feijóo se hagan con La Moncloa durante la siguiente legislatura, es difícil obtener una respuesta.
La indecisión hace que los sondeos varíen mucho la última semana y es por ello que los partidos cada vez se toman más en serio la recta final de la campaña. "El partido se juega hasta el último minuto, apurando hasta la jornada de reflexión", relata Ramón Mateo a este diario.
Los votantes de centro, clave
El informe de BeBartlet desvela que en estas elecciones, el votante dudoso de centro, es decir, quien dude entre Sánchez y Feijóo, será fundamental a la hora de conocer el resultado final. "PSOE y PP tienen que atraer al centro, pero sin descuidar los flancos, porque ahí ahora tienen también competencia", señala Ramón Mateo a Vozpópuli. Tal y como indica, ganar el centro siempre ha sido clave, pero en la época 'post-bipartidista' es más complicado, ya que ahora es importante vigilar ambos lados del tablero político.
Un equilibrio complicado. En el caso del PP, compite con Vox por los votos de la derecha, pero no puede debilitarlo demasiado de cara a un posible pacto electoral. De ahí, según Mateo, que se haya escorado ligeramente hacia el centro: intenta pescar votantes en ese espacio sabiendo que Vox va a retener el flanco derecho.
Esto mismo sucede con el PSOE: en los últimos meses ha tratado de marcar distancias con Podemos, especialmente en las leyes más polémicas - 'solo sí es sí, ley de protección animal o ley trans-, aunque estas hayan sido aprobadas en un Consejo de Ministros de mayoría socialista. La aparición de Sumar, un partido que no busca tanto la confrontación como los morados, es el arma que Sánchez pretende utilizar para ganar el centro. "En el PSOE ven con buenos ojos a Sumar porque es mejor visto por el votante", cuenta Ramón Mateo.
Que los indecisos crezcan siete puntos hace que el centro cobre una importancia mayor que en otras ocasiones. Al fin y al cabo, es ahí donde se sitúa la mayoría de este perfil de votante que tomará una decisión sobre qué papeleta depositan en la urna a lo largo de la última semana.