Jaime López, El Mundo (Publicado en UPyD, aquí)
Chávez empezó la jornada electoral a las cinco de la madrugada. Antes incluso de que abrieran los primeros centros de votación, el presidente ya estaba arengando a sus seguidores en Twitter.
Su cuenta(@chavezcandanga) estuvo activa desde antes de que amaneciera: «Mundo Patrio! Que resuenen las Dianas por toda esta tierra mojada! Levántate Pueblo Mío y desenvaina tu espada!! Vamos con Dios!!», escribía. «Qué fácil y rápido votamos!! Vamos todos y todas, a ARROLLAR! A DEMOLER!».
En sólo una hora, Hugo Chávez había mandado 25 mensajes, entre los que se incluían muchas respuestas a sus seguidores, algunos de ellos de fuera del país: «Ah caramba, qué emoción para mí recibir tu mensaje, mujer revolucionaria de México, esa Patria de Pancho Villa».
«Hay que leer la reflexión de Fidel Si yo fuera venezolano. ¡¡¡Gracias Fidel, por tener a Venezuela siempre en tu corazón!!!», agregaba en la red social. «Máxima movilización, ¡¡empujar fuerte en todo el frente de batalla!! Todos los Comandos Bolívar200: ¡Mantener el ímpetu del ataque! VENCEREMOS».
Pero los venezolanos, acostumbrados a su jerga militar, que compara elecciones con gestas independentistas de Bolívar, salieron de sus casas con calma y espíritu festivo, sin que al cierre de esta edición se registraran incidentes de gravedad. Dirigentes de la oposición y del Gobierno alabaron la «normalidad» y «alta participación» de esta jornada electoral, en la que se pudieron observar largas filas de gente en los centros de votación.
Ataviado con una chaqueta deportiva con los tres colores de la bandera de Venezuela, Chávez llegó poco después del mediodía a su colegio electoral, acompañado por sus hijas y nietos.
«He perdido la cuenta de tantas elecciones celebradas en estos últimos años; es que me estoy desquitando del desastre que pasaba aquí en Venezuela hace 20 años», dijo el mandatario después de introducir su papeleta. «Les pido a todos que respetemos las instituciones y la voluntad popular. Antes de la medianoche seguro que estarán los resultados. Tenemos un sistema electoral de los mejores del mundo, y un pueblo con madurez y participación», señaló, presumiendo de «democracia modelo». «¡Qué dictadura, caballero!», ironizó, enumerando los 13 comicios celebrados en el país en la última década. El presidente anunció que la participación en las elecciones rondó el 70%.
El amago de expulsión del portavoz de Exteriores del Partido Popular en el Congreso, Gustavo de Arístegui, fue la nota polémica de las elecciones de ayer. El político del PP, invitado por el partido de la oposición Copei, destacó el «entusiasmo, paciencia y alegría» de los venezolanos al participar en los comicios legislativos.
El ministro de Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, insistió en que la orden de expulsión se levantó después de una conversación con su colega Moratinos, y volvió a denunciar la «campaña internacional» de «periodicuchos del franquismo español» para hacer creer que «en nuestro país hay una dictadura y un pueblo sometido». «Son las reminiscencias del colonialismo», dictaminó el jefe de la diplomacia.
Cerca de 17,5 millones de venezolanos votaban ayer en unas elecciones legislativas que decidirán el reparto de los 165 escaños del Parlamento venezolano. Los últimos sondeos daban una ligera ventaja a Chávez, aunque la oposición confiaba en el voto de castigo contra el Gobierno como medida de protesta ante la ineficiencia y problemas en su gestión.
La masiva participación de ayer contrasta con lo que ocurrió en el país hace cinco años, cuando los adversarios de Chávez se retiraron días antes de la contienda, arguyendo que no estaba garantizado el secreto del voto. La participación en 2005 fue de apenas un 25%.
El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, explicó que el reto de la oposición después de estas elecciones es «continuar con el espíritu unitario» y «prolongar la unidad» hasta 2012, cuando se celebran presidenciales. La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, informó de que en sólo dos estados de los 24 que tiene el país se presentaron algunos inconvenientes menores con la apertura de las mesas.
Chávez pidió a sus seguidores mantener los dos tercios (110 de 165 diputados) del Parlamento, lo que le aseguraría el control de todos los poderes públicos. Con 67 diputados, la oposición podría denegar una Ley Habilitante que permite al presidente legislar por decreto. El número mágico es 83 diputados, que permitiría a los enemigos de Chávez aprobar leyes y reglamentos, además de participar en la elección de la Junta Directiva del Parlamento.
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