Acabado el mes de abril, hemos entrado en mayo, que, como nos contó años atrás el periodista conquense José Vicente Ávila (ver aquí), abre la costumbre de los mayos y canciones de ronda de estas tierras, un cumplido y agradable proemio que levanta la suntuosa tradición del canto con el que rondallas, tunas y grupos de amigos rinden homenaje a la Divinidad y a María y exaltan la belleza de las mozas, a las que ‘rondan' con sus guitarras, laúdes y voces.
La Festividad de los Mayos, también conocida como Los Mayos simplemente o como Fiestas de Mayo, es una fiesta popular de orígenes ancestrales. Esta celebración primaveral generalmente se hacía coincidir con el primer domingo de dicho mes y tenía antiguamente connotaciones rituales totémicas a la divinidad primaveral o de los árboles, que se han ido perdiendo con el paso de los tiempos.
Una costumbre etnográfica y musical que mantiene buena salud en las tierras de Cuenca, como demuestra la multiplicación de citas por la geografía provincial durante todo el mes. que tantas noches se repite por calles y callejas, teniendo su broche final con un cántico general de mayos y canciones de ronda a la Virgen de la Luz en su parroquia, con el acompañamiento de las aguas del Júcar bajo el Puente de San Antón, como una sinfonía acuática.
Acumulan esos cánticos bellas palabras, que aglutinan amplias dosis del alma noble y generosa de las gentes de esta tierra; habiendo generado una arquitectura elocuentemente musicalizada por compositores y poetas. Entonces con el vídeo de Florián Yubero y las palabras de José Vicente Ávila, quiero dedicar estas fechas a recordar a todos los parreños dispersos por este mundo que nuestras generaciones son la mejor placidez del tiempo y desgranan las mejores ramas del olmo indómito -el de la iglesia de La Parra de las Vegas- que nos sacan de cualquier desfallecimiento o flaqueza en el quehacer diario.
Encontrándonos ya en Lérida, a la que emigró mi padre en 1957, en más de una ocasión llegué a escucharle cantar nostágicamente la letra que allá por los años cuarenta escribió Enrique de la Hoz Romero, con música de Cabañas, que posee un inicio de bienvenida literaria y medio ambiental: “La ronda a decirte el mayo llegó, / ya suena el laúd, bajo tu balcón…. Es recurrente esa literatura que se da en la campiña o en los alrededores de la ciudad. Entre ababoles, rosas, y capullos de alelí, con las golondrinas buscando sus nidos, el coro entona sus voces agrupadas mirando a los balcones de las mozas o de algún altar: “Cuando los serranos, / cantamos el mayo, / el Júcar y el Huécar / también dan su canto; / cuando las serranas, / sienten llegar mayo, / brillan más sus ojos / sus ojos tan claros…”
A esos tonos incitadores agregaba otros ecos de la provincia, trasnochadores y zambullidos por los piropos de jóvenes expectantes a la respuesta de su voz: “Eres bonica de cara / por dentro nadie lo sabe / eres un arca cerrada / que se han perdido sus llaves”, cantan en Tragacete; “Mayo, mes de mayo / bienvenido seas / regando cañadas / regando doncellas”, dicen en Vara del Rey y Villar del Humo, mientras que en Tinajas la copla dice así: “Para cantar quiere gracia, / y para bailar, salero / para tocar la guitarra / saber menear los dedos”. O los famosos mayos de Las Majadas en la fiesta de la Santa Cruz: “A Jesús Divina Luz / y al Señor Sacramentado / A Jesús Divina Luz / para cantar este mayo / a la Santísima Cruz / y al Señor Sacramentado…”
La maya o el mayo es un tronco o palo alto (árbol de mayo) que se alza o se alzaba en algunas regiones de Europa, en la plaza o lugar público durante el mes de mayo y donde concurrían los mozos y mozas a divertirse con bailes y festejos. Los jóvenes competían por trepar por el árbol hasta llegar a la parte superior donde debían coger una bandera, mientras las muchachas les animaban desde abajo bailando y cantando en torno al árbol.
En la provincia de Cuenca son conocidos los mayos que se cantan en las localidades de Villamayor de Santiago, Palomares del Campo, Casas de Haro y Pozorrubio de Santiago.
Lo fundamental, y punto de mi llegada es que, como gente no hay, tampoco quede desvestida La Parra de las Vegas hoy, que la picardía traspase sus desnudas calles y el aire se complazca, recordando que hace años el mayo era algo comprometido. El mozo pedía, a quien cantaba, ser el mayo de tal moza y además tenía que colocarle la “enramada” en el balcón. Pero corría el riesgo de no gustar a la moza y entonces ésta lo hacía saber saliendo a la calle con el delantal al revés, como relata Ana Vázquez (aquí).
Ya estamos a 30 del abril cumplido
Mañana entra mayo de flores vestido
Mayo bienvenido a este pueblo seas
…….
Casando doncellas
Señorita X
Si es de vuestro agrado
Al señor……….
Recibes por mayo
Y si no lo quieres llévatelo al prado
Que allí está la estaca
Del año pasado
Tenían derecho a bailar el primer baile el mayo con ellas
Si no querían, se ponían el delantal al revés.
Era su único derecho al pataleo…porque en realidad la estaban vendiendo.
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Ya estamos a treeeinta / del abril cumpliiiido /
Mañana entra mayo/de flores vestiiiido.
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