Este blog pretende ser un equitativo rincón de la crítica a la propaganda política. En su modestia, tiene abiertas las ventanas a cuantos aires nos libren de las contaminaciones ideológicas.
Reivindicación del tren para el progreso de Cuenca Se pretende quitar el tren luego de haberlo degradado durante más de treinta años. El resultado del cierre es vergonzoso: la pérdida de la vertebración del territorio, el agravamiento del problema demográfico, el desperdicio de una oportunidad para reducir la huella de carbono y la pérdida de servicios en pueblos ya de por sí en una situación crítica.
Enigmas del porvenir de Cuenca. Luces y sombras para salir del estancamiento En Cuenca sobra el "resultadismo" estratégico, que es una inadmisible entrega de las llaves de la continuidad en el estancamiento e incluso en el retroceso en todos los ámbitos socioeconómicos. Está obligada a sustituir a sus actuales líderes, que viven de la política sin aportar nada a ésta.
Últimos libros de J. A. Buedo sobre Cuenca
Contexto sociopolítico y progreso de Cuenca Obra publicada por la Editorial Alfonsípolis en mayo de 2010. En sus 254 páginas, ayuda al lector a conocer las claves de la vida pública conquense, al tratar los problemas colectivos más recientes de esta provincia y reflexionar sobre ellos.
Cuenca 2005. Un recorrido sociológico por la Ciudad Para bajar este ensayo del servidor sólo tiene que hacer clic en el Download que figura al pie de este artículo, publicado en Aires de La Parra el 23/05/2006
Cuenca en la encrucijada. Repercusiones de ampliación UE El Download de esta obra figura al término del artículo "Buen gobierno local y ampliación europea", publicado el 1/12/2005 en Aires de La Parra, desde donde puede bajarse haciendo un clic.
Marco Político para la Sociedad de la Información en Cuenca Para bajar la obra del servidor sólo tiene que hacer clic en el Download que figura al pie de este artículo, publicado en Aires de La Parra el 26/11/2005
Gabinete de Exploración y Análisis Sociológico
Gabinete de Exploración y Análisis Sociológico Constituido para servir como herramienta complementaria al Observatorio Político, Económico y Social de "La Vanguardia de Cuenca". Y, con ello, facilitar la práctica de la buena gobernanza en todas las instituciones de Cuenca.
Foro Económico y Social Cuenca 2027 Página de debate y control de la gobernanza realizada en la provincia, para el fomento de políticas avanzadas de progreso y la creación de expectativas de futuro
Observatorio Político, Económico y Social
Vadémecum de política municipal: "cómo gobernar un ayuntamiento" Esta obra del profesor Rafael Jiménez Asensio, se publicó en 2017 por el Instituto Vasco de Administración Pública. El Vademécum de Política Municipal (Cómo gobernar un Ayuntamiento) es una síntesis de la primera parte del libro Cómo gobernar y dirigir un Ayuntamiento, editado por el citado Instituto.
TheCircularLab TheCircularLab es un centro de innovación situado en Logroño que centra su actividad en el estudio, prueba y desarrollo de las mejores prácticas en el ámbito de los envases y su posterior reciclado.
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Fundación Democracia y Gobierno Local Entidad sin ánimo de lucro constituida en mayo de 2002 por iniciativa de la Diputación de Barcelona. Su finalidad es contribuir y dar soporte a todo tipo de actuaciones y de iniciativas para el conocimiento, el estudio, la difusión y el asesoramiento en materia de régimen local.
DELOS: Desarrollo Local Sostenible POLÍTICA SOCIAL Y DESARROLLO LOCAL-MUNICIPAL
Se indagan los vínculos que existen entre el gobierno municipal y la política social, y, particularmente, qué papel juega la política de desarrollo social en el plano discursivo del gobierno municipal.
Acta de Investigación Psicológica (AIP), publicada cuatrimestralmente por la División de Investigación y Posgrado de la UNAM, posee como objetivos divulgar recientes y relevantes contribuciones de académicos a la Psicología, caracterizándose por su contenido que refleja la transversalidad y el enfoque multidisciplinario de los conocimientos generados.
Juan Andrés Buedo: Estrategias de emprendimiento para el desarrollo de Castilla-La Mancha La obra se centra en el examen de los recursos disponibles por las Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha para impulsar el emprendimiento, entendido no solo como la capacidad para iniciar nuevas actividades económicas de generación de empleo y crecimiento social en esta región, sino también como valor social que debe promoverse y ampararse desde todos los poderes públicos.
Conquenses por el Cambio La expresión en la red de un sentimiento, y una razón, que cada vez se extiende más por Cuenca. Después de ocho más cuatro años de gobierno del socialista Cenzano en el Ayuntamiento, Cuenca necesita un cambio que devuelva a los ciudadanos la fe en su ciudad y la confianza en el sistema democrático.
Chasquidos Letras con ácido para derretir el aburrimiento. Por Anselmo Cobirán.
Blogs de Cuenca Blog que recoge una amplia opinión e información sobre Cuenca con unas instantáneas variadas y sugestivas, extraídas de los blogs por aquí publicados
Con independencia de aquellos comentarios ad hoc que cada artículo u opinión puedan suscitar, se publicarán de modo singular e independiente las opiniones de nuestros lectores, remitiendo un correo a la dirección de abajo, poniendo al final del mensaje “PUBLICAR ARTÍCULO”.
La vida se acaba y el tiempo se aleja, afortunadamente los recuerdos perduran. Justamente son estos los que me traen -ahora que me sobra algo de tiempo y muchas ganas de hacer cultura entre los lugareños de La Parra y sus descendientes- hoy a escribir estas líneas. Arrancan pensando en los personajes populares de este pueblo, que, para hacer justicia, nunca ha dado a nadie que trascienda al nivel de cuantos se sintetizan en la baraja anterior. Mirándolos se me cruza la mirada y traspongo ahí la figura de decenas de lugareños que han dado sentido a mi vida y a mis mejores recuerdos.
Veo al Herrero, al Posadero, a Víctor (cuyo local fue tienda, salón de bailes y casino en la plaza del pueblo), a la Pepa y su casa de ociosidad placentera -con sus comidas envidiadas, ¡qué cordero!, tan delicioso-, a Aurelio y a la Costan (los sucesores de Víctor), al horno y sus manos maestras, al Alguacil... Pero, sobre todo, veo a Catón. Santo y seña de muchos jóvenes de mi generación durante no pocos veranos en La Parra.
Las tertulias con Catón eran para grabarse, pero no había vídeo entonces. Por eso he traspuesto esta requetecopia de una foto que ha recorrido muchísimos años -y en muchos ámbitos- numerosos sitios de España. Las veladas con él, no es que fueran simpáticas, sino que sobrepasaban las narraciones del mejor Quevedo.
Ahí estamos las y los de mi pandilla junto a él. Riendo desenfadadamente, dispuestos a mixtificar su experiencia con la nuestra, con el fin de descansar las neuronas y disponerlas para iniciar otro curso escolar fuera de La Parra; sobre todo en los duros momentos de preparar aíslados y solos unos exámenes paulatinamente más difíciles.
La historia de un lugar no puede contarse sin la historia de los personajes populares, como ocurió en La Parra con Catón, un símbolo irrepetible de identidad local. Claro que no era, por ejemplo, un Van Gogh.
Pero Catón era un signo imperecedero de cuantiosos valores locales de la cultura popular tradicional parreña, una modalidad de vida que transmitía sustancia, generaba anécdotas o chascarrillos y producía ánimos para seguir queriendo toda la historia que nos precedía. Algo que me incita también a recordar mi infancia, y con ella trasbordar el cuadro que Murillo dedicó a los niños comiendo uvas y melón.
En nuestra etapa juvenil, sin darnos cuenta, Catón nos generaba "cultura" (limpiamente, como él la vivía y la entendía), y, entre réplicas de mi hermano Nino o de mi primo Manolo, los demás tertulianos reíamos hasta la extenuación. Convencidos de que aquello también era cultura, como años después comprobé a través de las lecturas de uno de los antropólogos más relevantes, Edward Burnett Tylor, que, en sentido amplio y tomada en su valor etnográfico, es ese complejo total que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, ley, costumbres y otras aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad.
He intentado pues, a través de las palabras anteriores, esquematizar mi idea y reconocimiento de un personaje popular en La Parra. Para cuantos pasábamos junto a él muchas horas no quedaba en un ser vulgar o de mal gusto, porque en el fondo tenía un gran corazón y poseía una amplia sabiduría adyacente a la gente pretérita del pueblo.
Personaje popular no sólo es aquel que queda en la memoria del pueblo por sus anécdotas, su picaresca, o su humor lugareño, sino también es aquel que se recuerda por su oficio, por sus habilidades o sus aptitudes; puede ser un maestro o maestra, un dulcero, un carpintero, un limpiabotas, un músico, un poeta o un agricultor vendedor de vino y cerveza, como Catón.
Llegó la hora de la verdad para las líneas de cercanías. La inversión en ferrocarril convencional supera por primera vez a las obras de alta velocidad. La falta de inversión durante la última década, provocó averías, retrasos y una sangría continua de viajeros.
El plan de cercanías 2017—2025 en Ia Comunidad valenciana prevé una inversión total de 1436,55 euros que debe financiar íntegramente el Ministerio de Fomento. En él están previstos las necesidades de Ia línea C- 3 Vlc—S. lsidro—Aldaia-Buñol con 210,5 millones de euros; Electrificaciôn de este tramo, 36,3 mill e.: renovaciön de vía y electrificación BuñoI-Utiel, 58, 11 ті” е.; adaptaciön andenes para trenes de 200 metros, 1,45 mill e.; pasos a nivel en 6 estaciones, 5,08 mill e. y bloqueo de liberación automática (blau) Buñpl-Utiel, 9,2 millones de euros.
La modernización de la C-3 a Buñol y Utiel es una de Ias obras más esperadas. Se espera con sumo interés la duplicación y electrificación de Ia línea C-3 hasta Buñol, que llegó a tener 6.000 viajeros al día antes de que se cortara el acceso directo a Valencia debido a las obras del nudo Sur del AVE. Esta vía que continúa hasta Madrid por CUENCA, `SOBREVIVE´ porque en sus extremos hay servicios de cercanías: Madrid—TARANCON y Ia C-3 Utiel-Valencia (con siete trenes al día).
Aunque Ias grandes marginadas de estas previsiones parece que siguen siendo Ias líneas de media distancia como la TARANCON—CUENCA- UTIEL, es necesaria una RElVlNDlCACION DESDE CUENCA por la mejora de esta línea de tren convencional. En Cuenca se podría pasar Ia estaciôn existente, casi muerta, a otra paralela a la del AVE. Quedarían libres las trece hectáreas de terrenos que según ADIF valen 80 millones de euros.
¿Quién estaría interesado en este proyecto? Los constructores de pisos, carreteras, empresas, etc., etc... Para Cuenca supondría el aldabonazo definitivo, ya sea por la resurrección de Ias construcción y del empleo, así como una medida contra Ia despoblación. Cuenca dejaría de estar partida en 3, como en la actualidad.
El TURISMO sería otro gran aliciente. Aquí podrían venir visitantes de China, Japón a aprender ESPAÑOL, a visitar nuestro Museo Paleontolôgico, hacer una ruta de dinosaurios, visitar Ias cuevas de lapis specularis, Valeria, Segóbriga, Ercávica о Ias fiestas de nuestros pueblos. Un gran aliciente para estos visitantes. Pero mucho me temo que aquí no ocurra nada. ¡Ea!, qué le vamos a hacer... Soria y Teruel se encuentran peor que nosotros.
Más de 20 alcaldes de Ia provincia de Valencia se reunieron para pedir a Fomento la mejora de la C—3. ¿Cuándo se reunirán los de Cuenca para pedir la mejora de la línea Tarancón—Cuenca—Utiel? No se sabe.
Juan Moreno, fotografiado en el sur de México, durante la realización del reportaje sobre la caravana de migrantes que hizo estallar el escándalo.Scott Dalton
Claas Relotius, ilustre redactor del prestigioso semanario Der Spiegel, era un timador. Sus textos publicados llevan ahora una nota advirtiendo que pueden ser ficticios. Lo desenmascaró Juan Moreno, colaborador de la publicación. Esta es la historia del último gran fraude periodístico en la era de las fake news
Nadie le creyó. Él mismo tampoco imaginó que acabaría destapando el gran escándalo periodístico que ha sacudido los cimientos de la prensa alemana y que da pie a un nuevo debate —el enésimo— sobre la profesión en todo el mundo. Ahora, a Juan Moreno ya le creen y en Alemania le consideran poco menos que un héroe. Pero para desenmascarar a un profesional de la mentira a gran escala, capaz de engañar a un país entero, Moreno tuvo que padecer un verdadero calvario.
Peleó por convencer a sus jefes de que él, el eslabón más débil de la cadena laboral, tenía razón y de que Claas Relotius, de 33 años, la estrella del periodismo alemán, se inventaba las historias que publicaba. No resultó fácil, pero fue una de esas raras ocasiones en las que David acaba por vencer a Goliat. Moreno, un periodista español criado en Alemania, se la jugó y ganó.
Su victoria es, sin embargo, tremendamente agridulce. Su éxito es a la vez la desgracia de Der Spiegel, la legendaria publicación alemana para la que Moreno trabaja como colaborador. Resulta difícil comprender cómo la prestigiosa revista pudo encumbrar a un reportero que se inventaba las historias, que aseguraba haber entrevistado a gente a la que nunca vio y visitado lugares que no pisó. Cómo nadie, ni sus jefes, ni el departamento de comprobación de datos, ni ningún compañero, se dio cuenta de que el más de medio centenar de artículos que su periodista estrella había escrito eran demasiado perfectos para ser ciertos; eran en realidad un fraude.
Moreno llega casi una hora tarde a la cita en su piso, situado al norte de Berlín. Viene de declarar en la comisión de investigación de Der Spiegel. Su esposa, también periodista freelance, termina un artículo en un portátil sobre la mesa de la cocina. Tres de sus cuatro hijas entran y salen a lo largo de las tres horas largas que dura el encuentro.
“Fueron cinco semanas horribles. Yo sabía que algo no estaba bien, pero no me creían”
“No soy ningún héroe, ni el gran defensor de la verdad. No me quedaba otra. Tengo cuatro hijas y por un momento me vi en la calle porque mi nombre aparecía en un artículo lleno de errores”, arranca. “Fueron cinco semanas horribles. Yo sabía que algo no estaba bien, pero no me creían. La frustración era total”. Asegura que pasó semanas casi sin dormir, que ha perdido ocho kilos y que casi se le cae el alma a los pies el día que su hija de dos años y medio pronunció con claridad un nombre: Claas Relotius. “Yo me levantaba y me acostaba con ese nombre en la boca”.
La cotidianidad del hogar de Moreno saltó por los aires a principios de noviembre pasado, a raíz de la elaboración de un reportaje titulado La frontera de Jaeger. El reportero estaba en México, cubriendo la caravana de migrantes, cuando le llamaron de la revista y le dijeron que iba a escribir un reportaje conjunto con Relotius, la gran pluma de la publicación. Moreno acompañaría a un migrante hasta la frontera y contaría el viaje, y en Estados Unidos Relotius se empotraría en un grupo de milicianos civiles dispuestos a frenar la llegada de migrantes.
A Moreno no le entusiasmó la idea. No conocía a Relotius, pero una vez había leído un texto suyo sobre un asesor fiscal cubano que le había chirriado. El trabajo se hizo. A Moreno le llegó el texto firmado a medias y detectó detalles que no le cuadraron. Escribió al departamento de comprobación de datos y documentación, donde trabajan unas 60 personas. No le hicieron caso.
Después, Relotius le envió un nuevo borrador en el que aparecía una escena final nueva, en la que un miliciano disparaba contra algo que se movía, insinuando que era un migrante. Ese pasaje no aparecía en la primera versión. “Es imposible que un buen periodista presencie una escena semejante y no la incluya desde el primer momento”, pensó.
Portada del número de 'Der Spiegel' en el que se relata el fraude. El titular es una frase del fundador de la revista: "Cuenta lo que es". A la derecha, Claas Relotius, el día que recogió un premio de la CNN por su labor.Gert KrautbauerEfe
A partir de ahí, Moreno comenzó una desesperada lucha por la verdad que le robaría el sueño y le sumiría en una frenética investigación contra reloj para salvar su pellejo y su nombre, que irremediablemente acabó apareciendo bajo el reportaje falso. Descubrió un artículo publicado en la prensa estadounidense que se parece sospechosamente al de Relotius. En él salía también un miliciano llamado Jaeger, pero había detalles de los personajes que no coincidían. Después, Moreno reconoció en una de las fotos publicadas por Der Spiegel y compradas a The New York Times a Tim Foley, un miliciano al que había visto en un documental premiado. Era famoso, pero Relotius no le había puesto el nombre y dijo que no le dejó fotografiarle y que por eso fueron compradas las fotos a The New York Times.
Las incoherencias crecían y Moreno escribió al jefe del departamento de Sociedad, que encargó el reportaje. “No me hicieron caso y me pidieron que fuera a Hamburgo a hablar con ellos”. Después, Moreno recibió una llamada de Relotius. Se había enterado de sus indagaciones. “Juan, tienes cosas que decirme”, arrancó. Moreno le lanzó unas cuantas preguntas, sin desvelar sus descubrimientos, y decidió dejarle hablar. “Me di cuenta de que estaba mintiendo y de que había un problema muy gordo”.
La frontera de Jaeger resultó ser la punta de un iceberg cuyas dimensiones están aún por calibrar. En total, Relotius ha escrito 60 piezas para Der Spiegel, además de para otros periódicos alemanes, que ahora bucean en sus archivos en busca de la verdad. La publicación ha decidido “asumir por defecto que todos los artículos escritos por Relotius fueron fabricaciones”, según anunció, poco después de conocerse el escándalo, el director, Steffen Klusmann. “Como editores de Der Spiegel, tenemos que reconocer que hemos fallado de forma considerable. Relotius logró saltarse y anular todos los mecanismos de garantía de la calidad de la empresa. (…) En ocasiones, los protagonistas de sus historias existían, pero en otras no. La mayoría de las veces los detalles sobre su pasado y sus circunstancias eran inventados”. A finales de enero, la revista publicó un primer avance de las comprobaciones, cuyo resultado es espeluznante.
Pero por aquellas desesperadas semanas de noviembre, Der Spiegel no lo tenía tan claro y empezó a sospechar que Moreno podía tener algo que ocultar. Al fin y al cabo, Relotius era un hombre de la casa. Estaba en plantilla y había ganado hasta cuatro veces el gran premio de periodismo alemán, la última vez en 2018, y había sido nombrado periodista del año por la CNN. Era además un tipo que caía bien en la redacción. “Todos en Der Spiegel le apreciaban. Sus compañeros me han dicho: ‘Si lo hubieras llegado a conocer, no habrías hecho esto”. Estaba a punto de ser ascendido.
Juan Moreno, el 'freelance' que tiró del hilo, en su estudio de Berlín.Oliver WolffAgentur Focus / Contacto
Pero Relotius era sobre todo un tipo que traía historias. Conseguía lo que los demás ni aspiraban a lograr. Aseguraba hablar con los protagonistas que se negaban a hablar con otros. Sus reportajes estaban bien escritos, llenos de voces, acción y personajes; eran caramelos demasiado dulces como para que algún jefe se preguntara algo. “Como jefe de una sección, tu primera reacción al recibir historias como esas es de satisfacción, no de sospecha”, ha reconocido Ullrich Fichtner, un responsable de la revista, en una larga reconstrucción del caso. “Relotius siempre entregaba historias excelentes (…), era un empleado especialmente valioso”. Fichtner, llamado a ocupar una alta responsabilidad, le describe como alguien “modesto, alto, reservado, atento, en ocasiones demasiado serio. Pero, en conjunto, el tipo de persona a cuyos padres te gustaría felicitar”.
Moreno, sin embargo, es un outsider. Un reportero freelance que trabaja desde su casa en Berlín y apenas pone el pie en la central, en Hamburgo. Es una voz exótica, hijo de un español empleado de una fábrica de neumáticos que emigró a Alemania desde el campo almeriense cuando él tenía año y medio (nació en 1972). Trabajó para varios medios y tuvo una columna en Süddeutsche Zeitung, hasta saltar a Der Spiegel en 2007.
Por eso en parte, cuando Moreno cuestionó el trabajo de Relotius, las sospechas se volvieron en su contra. “Me dieron a entender que eso tendría serias consecuencias para mí. Que me había atrevido a meterme con Dios. Yo estaba convencido de que iba a perder mi trabajo y de que nadie me querría contratar con semejantes antecedentes”. Ahí comenzó la verdadera batalla.
Moreno pasó cinco semanas dedicado a desmontar las historias de Relotius. Aprovechó un viaje de trabajo a Estados Unidos para llevar a cabo una misión secreta. Buscó a los supuestos entrevistados en el reportaje de la frontera. Condujo durante 800 kilómetros, hasta dar con Foley. Le mostró una foto de Relotius. No le había visto en su vida. Hizo lo mismo con Chris Maloof, otro supuesto entrevistado. Tampoco. Grabó esas entrevistas en vídeo y volvió a Hamburgo. Relotius argumentó que en su reportaje se hablaba de actividades ilegales y que nadie iba a reconocer en un vídeo haberlas hecho. Seguían sin creerle.
Ejemplares de la revista 'Der Spiegel' con el reportaje a partir del que se descubrió el engaño.Alexander BecherEfe
Moreno amplió la investigación y tiró de hemeroteca. Dio con un artículo en el que se suponía que Relotius había hablado con los padres de Colin Kaepernick y descubrió que la familia del jugador de fútbol americano que protestó contra el racismo había rehusado hablar con la prensa, también con la alemana. Cuanto más investigaba, peor olía todo.
Lo que pasó después se ha contado en las páginas de Der Spiegel a lo largo de varios artículos en los que la publicación ha entonado un sonado mea culpa. El 3 de diciembre, a las 3.05, una mujer llamada Janet envió un correo electrónico a la revista. Es la encargada de prensa del grupo de vigilantes al que supuestamente había acompañado Relotius en Arizona. En él preguntaba cómo era posible que hubiera escrito un artículo sobre ellos sin haber pasado por allí. Relotius falsificó el texto para que pareciera que la mujer preguntaba por qué había pasado tan poco tiempo con ellos. Pero 10 días más tarde llegó la prueba definitiva.
Los grandes jefes de la publicación se reunieron acompañados de un informático. Moreno les había convencido de que accedieran al servidor. Comprobaron que Relotius había manipulado el correo y que nunca había estado con los patrulleros de Arizona. La madrugada anterior, una de las jefas del impostor se había enfrentado a él tras descubrir otra fabricación, esta vez en Facebook. Relotius se derrumbó y confesó. Dijo que le había movido el “miedo al fracaso” y que “la presión para no fallar fue creciendo a medida que iba teniendo más éxito”. Recogió sus cosas y se marchó para siempre de la revista que le encumbró a la cima del periodismo alemán.
El 22 de diciembre, Der Spiegel publicó un número especial con una portada roja con grandes letras blancas en las que se lee: “Cuenta lo que es”. Son palabras del fundador de la revista, Rudolf Augstein, las mismas que ocupan un lugar destacado en la redacción de Hamburgo y que Relotius traicionó hasta su amargo final. Aquel número dedicó 23 páginas al asunto. En él se afirmaba que las alarmas deberían haber saltado en numerosas ocasiones. Como cuando Relotius pidió a los traductores de la edición internacional que no publicaran sus piezas en inglés. O cuando pidió que no divulgaran en la web una foto de la edición impresa.
La revista ha creado una comisión de investigación con veteranos de la casa, además de la exdirectora de Berliner Zeitung. Durante meses analizarán “cómo Claas Relotius pudo falsificar historias, inventar protagonistas, engañar a los colegas y burlar los sistemas de control de calidad, y qué cambios en la organización deben adoptarse”, según indica en un correo una portavoz de la publicación que evita ofrecer más detalles hasta que avancen las pesquisas. De momento, todos los artículos de Relotius aparecen en la web con una nota que advierte de que pudieron ser falsificados.
Reporter Forum, una iniciativa ciudadana por el buen periodismo, ha informado de que Relotius le ha pedido perdón y ha devuelto sus cuatro grandes premios Reporter.
Mientras, ha trascendido que Relotius pidió dinero a los lectores que se interesaron por las víctimas que aparecían en sus reportajes. No se sabe aún cuánto dinero recaudó ni qué parte fue a parar a ONG. A través de sus abogados, él ha reconocido haber recaudado dinero de los lectores, pero ha asegurado que lo donó a causas humanitarias. La revista comprobó que parte de ese dinero efectivamente había ido a parar a una ONG. En el mismo comunicado, sus abogados explican que su cliente ha admitido que “presentó hechos falsos y erróneos en numerosas ocasiones. Los falsificó y los inventó”. Dicen que “lamenta” lo ocurrido y que en ningún caso quiso “proporcionar munición a los que ahora apuntan a su reportaje con turbias intenciones políticas, como una prueba de la existencia de las llamadas fake news. Contactado el bufete de los letrados en Hamburgo, explican que ni ellos ni el propio Relotius quieren, de momento, ofrecer más explicaciones.
A estas alturas, las verdades se confunden con las mentiras en una maraña que tardará mucho tiempo en desenredarse. Pero por ahora algunos actores políticos han olido sangre y se han lanzado a degüello. Porque el caso Relotius se produce cuando las fuerzas populistas luchan por desacreditar a los medios tradicionales. La extrema derecha alemana se frota las manos ante un caso que considera la prueba última de que los medios son poco menos que fábricas de fake news. El embajador de EE UU en Berlín, Richard Grenell, el hombre fuerte de Donald Trump en Europa, ha aprovechado para lanzar una campaña contra Der Spiegel. Acusa a la revista de “antiamericana”, enturbiando aún más la ya de por sí maltrecha relación entre Washington y Berlín.
“En 7.300 palabras, Relotius solo acertó en el tamaño de la población. El resto era ficción”
La acusación de Grenell se fundamenta en una de las invenciones de Relotius tal vez más alucinantes. En un texto titulado ‘En una pequeña ciudad’, describe una localidad de Minnesota que supuestamente es un ejemplo de caladero de votos de Trump y a la que fue enviado. La sarta de falsedades que aparecen en ese reportaje las recopilaron con minuciosidad Michele Anderson y Jake Krohn, dos vecinos de Fergus Falls, que se indignaron al leerlo. Enumeran en un detallado artículo las invenciones de Relotius; entre ellas, lo que dice el cartel de entrada a la ciudad o una entrevista a un hombre del que afirma que nunca ha estado con una mujer ni ha visto el mar y que en su página de Facebook aparece en la playa con su chica. Así todo. “En 7.300 palabras solo acertó en el tamaño de la población y en la media de la temperatura anual, entre otros datos básicos (…). El resto es ficción desinhibida”, escribe Anderson, quien el pasado abril envió un mensaje a la cuenta de Twitter de Der Spiegel, en el que acusaba al autor de escribir “ficción”, que se perdió en el mar de interacciones digitales. El bochorno ha sido tal que Der Spiegel decidió enviar a su corresponsal en Washington para rehacer la historia y de paso pedir perdón.
Más allá de las paredes de la revista, el Spiegelgate ha desatado un intenso debate global en torno al futuro del periodismo en la era de las fake news, de la hipermedición de audiencias y de la compulsión por hacer las historias atractivas aun a riesgo de sacrificar la verdad. O, como lo ha llamado el analista de los medios Jeff Jarvis, “el peligro de la seducción del formato narrativo”. Alertan estos días algunos gurús del periodismo del riesgo de forzar las historias para hacerlas cada vez más atractivas, como si la realidad no bastara. Este es solo uno de los debates que planean sobre la redacción devastada de Der Spiegel, uno de los pilares del periodismo europeo.
Mientras, Juan Moreno no acaba de creerse todo lo que le ha pasado. Dice que le ha impactado descubrir el poder que puede llegar a tener la persuasión incluso en periodistas veteranos, con el colmillo bien retorcido. “Les engañó a todos y me hubiese engañado a mí también si le hubiese conocido”. Moreno reconoce que pensaba que nadie sería capaz de hacer algo así, y eso era lo que le frenaba. “Creo que en el fondo pensaba que hay ciertas normas que todos cumplimos”.
Der Spiegel afronta ahora una profunda remodelación, mientras espera el resultado de una investigación que no anticipa nada bueno. Relotius guarda silencio. Y Moreno, que recibe cientos de mensajes de felicitación y ofertas varias, ha vuelto a su vida de siempre, la de reportero freelance.
Las escuelas rurales son a día de hoy una especie en extinción en España. Lo son, en parte, como explicó Javier Tejera hace unos años en ECOTUMISMO debido al progresivo proceso despoblación que ha sufrido el mundo rural en este país en los últimos 60 años. En ese sentido, el que haya niños supone, para muchas pequeñas poblaciones rurales repartidas a lo largo y ancho de la geografía española, la delgada línea entre la vida y la muerte… entre la alegría y la tristeza. Si hay niños es que hay padres, cuántos más niños, más padres, es decir, adultos en edad productiva. A mayor productividad, mayor tejido social y económico, más servicios y, en definitiva, una mínima calidad de vida para todos. Por eso, la supervivencia de estas escuelas rurales ha sido siempre un asunto vital para muchas poblaciones del interior, que han tenido muy presente el dicho popular que dice que “un pueblo sin niños está condenado a desaparecer”.
Y por esto he colocado esta foto aquí y ahora, porque la despoblación de La Parra era ya evidente cuando se tiró allá por los años setenta del siglo pasado. Pasábamos entonces unas plácidas vacaciones en el pueblo, pero observábamos como disminuía la población año tras año. Quiero decir con ello que la localidad no era una excepción y así pudimos observarlo todos aquellos jóvenes que sentíamos cierto desaliento por una situación a la que nadie ponía remedio, y que había comenzado entre quince y veinte años antes. Y ha desembocado finalmente en lo que es hoy en día: uno de los pueblos con menos habitantes de España.
La evolución de este municipio, su historia directa, no puede desligarse en sus avatares de la del conjunto del país. Y, a nuestros efectos, podemos traerla y recordarla a partir de mediados del siglo XIX, cuando España en general es un país eminentemente agrario y prácticamente analfabeto. En 1855 por fin se ve la necesidad y se impulsa el Proyecto de Ley de Instrucción Pública, aprobado por el Gobierno moderado en 1857: la ley Moyano toma el nombre del ministro Claudio Moyano, que incorporó las propuestas progresistas. Todo un hito, el del consenso, pocas veces repetido en la historia legislativa nacional de educación. Comenzaba un proceso de 150 años hasta igualar a España con media Europa.
De hecho, hasta el año 1900 no existió el Ministerio de Instrucción Pública. La competencia estaba en una dirección general que se movía entre Fomento -con los progresistas- y Gracia y Justicia, con los moderados. Entre 1857 y 1901 la escolarización fue obligatoria de los 6 a los 9 años, aunque esto no se cumpliera. Era gratuita «para quien no la pudiera pagar». En ese inicio del siglo XX la edad se elevó a los 12 años, algo que duró hasta 1968, con un decreto que la elevó a los 14, dos años antes de la ley de la EGB de 1970.
Y este régimen es el que vivieron mis abuelos y familiares -para ser exactos, el 95% de los moradores de La Parra-, como nos cuenta mi padre benignamente, con algo de ingenuidad, en sus estimables y acarameladas Memorias: "Asistí a clase, en la Escuela del pueblo, de 4 a 7 años. Fueron tres años maravillosos. Durante ellos hice los juegos infantiles que por aquella época existían -que él recuerda con nostalgia-..., pero sobre todo, y es lo que cuenta, adquirí la formación cultural que hoy poseo, que, si bien no es mucha, me ha servido para desenvolverme en esta vida y que yo estoy satisfecho. Todo ello debido a los métodos de enseñanza tan excelentes que empleaba el Sr. Maestro, D. José García Belinchón, que nos hacía poner nuestros cinco sentidos en todo aquello que significaba aprender". Estamos hablando de 1925 a 1928. Al año siguiente, a sus 8 años empezó su primer trabajo, con un salario mayoritariamente en especie. Y tuvo que emigrar de La Parra a Lérida en 1957, cuando yo contaba con 6 años y mi madre marchó embarazada de dos mellizos al nuevo destino laboral de mi admirado progenitor.
¡Si no lo hubiera hecho, el fantástico desarrollo personal de sus descendientes no hubiera sido el que hemos gozado todos ellos! Que, por supuesto, ni olvidamos nuestras raíces, ni renunciamos a todo cuanto dé genio y figura a cuantos hemos respirado los Aires de La Parra, algunos incluso ya fallecidos; como dos de los seres más queridos por mí, y que -permítaseme- lloro ahora mismo sin consuelo: mi primo Manolo y mi hermano Saturnino. Aquí, en la foto siguiente, estamos todos en una jornada inolvidable junto a mis primas Esperanza, Elena, y otros dos amigos de veraneo -Meri y su hermano Vicente- que marcaron para siempre el día que nos fuimos a bañar al Júcar andando hasta los Baños de Valdeganga.
Del semianalfabetismo de nuestros antepasados nadie se acordaba, los queríamos sin destellos ni vanaglorias, en esos instantes cuando éramos unos jóvenes universitarios con magnífico humor y un laudable optimismo ante la vida. Muy diferente a la que nos precedió.
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