Elegir un alcalde equivale a contratarlo para que durante los próximos cuatro años lleve el timón del municipio. La comunidad que lo elige debe saber a qué se compromete el funcionario contratado, y también a qué se compromete esta como contratante. Esos compromisos mutuos quedan consagrados en el programa de gobierno. De ahí que los programas de gobierno, lejos de ser un conjunto de propuestas genéricas y vagas, sin posibilidades reales y, en consecuencia, sin claridad sobre cómo llevarlas a la práctica, constituyan, de verdad, unas cartas de navegación en las cuales han de ponerse de acuerdo el gobernante y los gobernados; unos proyectos políticos frente a los cuales los distintos actores y sectores asuman compromisos reales (empezando por la decisión política del propio alcalde).
El actual alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, a finales de febrero de 2015, cuando se presentaba como candidato del PP a la Alcaldía de esta ciudad, remitió una carta a todos los afiliados de la capital en la que afirmaba sentirse “muy honrado” por haber sido elegido para representar a la formación política en las elecciones municipales venideras. Mariscal destaca en este texto que “Cuenca debe ser un lugar de oportunidades” y que el proyecto que él presenta “va a dar respuesta a las necesidades y deseos reales de los conquenses”.
Mariscal dedica uno de los párrafos de esa carta a describir cuál debe ser a su juicio el papel del Ayuntamiento. Ante todo una institución “transparente y abierta” que respete a sus trabajadores y a la oposición; gobierne de la mano de sus vecinos y empresarios; y facilite la instalación de nuevas actividades y empresas. Asimismo, considera que el consistorio debe trabajar con su Universidad y crear sinergias con las demás administraciones, velando por el progreso, el bienestar y la calidad de vida de sus ciudadanos.
La misma política de siempre
Ángel Mariscal, a preguntas de los periodistas durante una rueda de prensa por sus 100 primeros días de gobierno, tras la toma de posesión de la nueva corporación surgida el pasado 24 de mayo, ha indicado que el Ayuntamiento de Cuenca quiere mejorar las conexiones de autobuses del centro de la ciudad con el AVE y el Casco Antiguo, que considera “dos retos muy importantes" y ha señalado que esta doble mejora en el transporte urbano "depende también de que tengamos un tráfico fluido por la zona centro". El tema está incluido dentro "de un Plan Integral de Movilidad Sostenible consensuado". Según el alcalde, "por las opiniones de muchos de los entrevistados y datos que he ido viendo, creo que podemos conseguir un tráfico más fluido, una zona centro peatonal, donde tengan preferencia los peatones. Hay calles peatonales y otras que pueden ser para residentes o para el transporte urbano".
El primer edil asegura que el Equipo de Gobierno tiene "una apuesta grande y muy clara hacia ese centro histórico, ese centro comercial, ese centro empresarial, en la ciudad. Que esté integrado con el Casco Antiguo, conectado con la línea del AVE, y con un proyecto urbanístico atractivo, que es un tema en el que estamos trabajando y en el que nos vamos a volcar en las próximas semanas".
El urbanismo en el centro es un tema "que no sólo viene de muy atrás, sino que en los últimos años se ha ido enquistando y ha ido empeorando y cien días es muy poco plazo de tiempo para solucionarlo". Así, ha afirmado que "una de las cosas que más han criticado los técnicos que han colaborado en este procedimiento participativo relacionado con la Movilidad es que no se ha llegado a un consenso, el cual ni siquiera se ha intentado conseguir. Más que las consecuencias, que han sido también muy malas".
Además ha subrayado que están en el Equipo de Gobierno "muy de acuerdo con el vivero de empresas, la instalación de 'coworking' que va a inaugurar en breve la Asociación de Jóvenes Empresarios y la CEOE en el que vamos a colaborar con otras administraciones y creo que el centro debe llenarse de ese tipo de empresas". Y es que "tenemos un Casco Antiguo precioso, Patrimonio de la Humanidad, pero es pequeño y queremos buscar una nueva zona también con un atractivo turístico sin descuidar el tema empresarial".
Puede observarse que el tema económico es lo que más le preocupa desde el primer momento e incluso en el mes de julio tuvieron que aprobar en el Pleno municipal la solicitud del Fondo de Ordenación para ganar liquidez y agilizar el pago a proveedores.
Todo esto ha llevado a la concejal de IU, Ana Sánchez, a advertir que durante estos 100 días de Ángel Mariscal como Alcalde lo que “observamos es que se está haciendo la misma política de siempre en el Ayuntamiento y la única oposición que ha tenido es la de nuestro partido político”. Durante este tiempo, agrega, hay falta de participación ciudadana, siguen aprobando ampliaciones de créditos, apuestan “por la privatización y subcontrata, aunque lo lógico sería la creación de empleo público”. Una de las cosas positivas que ve es que, al no existir mayoría absoluta, “han tenido que negociar para que las cosas salgan adelante”.
Gestionar una transición
La importancia de los cien primeros días de gobierno radica en su propio concepto, en la idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. En esto somos herederos, como en tantos otros, de los usos de la política estadounidense; siendo Franklin D. Roosevelt el primer presidente norteamericano en acuñar el término y usarlo con fines comunicativos.
Los cien primeros días de FDR son, en cierto modo, originales. Las circunstancias y un modo de hacer política muy diferente al actual permitieron que el presidente pudiera ver aprobadas 15 leyes importantes en el Congreso. Sentó precedente e inauguró una nueva manera de medir los tiempos en política. De esta manera, Roosevelt no se separó ya de la ola del cambio que supo crear.
Los cien primeros días son importantes porque muestran si un líder está capacitado para gestionar una transición. O lo que es lo mismo, para calibrar si los electores tomaron la decisión correcta al apostar por un candidato. Por ello, es imprescindible demostrar que se tiene capacidad para ello. E igualmente es trascendental conquistar las percepciones de los ciudadanos respecto al líder que recién ha asumido el cargo.
Muchos electores le recordarán por lo que haga durante el inicio del mandato. Si consiguió cumplir propuestas electorales, mejorar la situación, etc., será percibido como alguien eficiente y confiable. Si incurre en errores o inestabilidad manifiesta, los electores desconfiarán del nuevo gobierno. Las percepciones se fijan en la mente del elector y por ello es importante comprender el valor de los primeros cien días de gobierno para poder aprovecharlos. Ese periodo de tiempo, desde su impulso por FDR, ha servido para que cada gobierno pueda presentar sus intenciones, declarar que no defraudará a sus votantes y que son el cambio que la comunidad necesitaba, al tiempo que intenta generar confianza y optimismo.
Contrariamente a lo ocurrido en Ciudad Real y Toledo donde, en la ya de por si lenta maquinaria de los ayuntamientos, destacan medidas sociales y de participación adoptadas por sus alcaldes respectivos, en Cuenca una de las decisiones más comentadas del actual equipo de Gobierno ha sido retirar parte de la tarima de Carretería, la calle más céntrica de la capital y que fue peatonalizada por el anterior gobierno local del PSOE.
Participación ciudadana en la gestión pública municipal
En el desayuno donde ha hecho balance de sus cien días al frente del Consistorio capitalino, ha resaltando como principal medida la mejora de la mayor participación ciudadana. En nota de prensa el Ayuntamiento ha informado que el primer edil ha querido destacar el “intenso trabajo del equipo de Gobierno para crear bienestar en la ciudad, atraer población y visitantes y generar empleo”.
Asimismo Mariscal ha querido señalar también que muchas de las medidas ya adoptadas en estos primeros cien días de legislatura “responden a los compromisos que conforman el programa electoral, con una nueva forma de gobernar basada en la transparencia y el diálogo”.
Sobre participación ciudadana, ha concretado que “se han recuperado órganos como los Consejos de Distrito y el Consejo Municipal de Entidades Ciudadanas, cuyo registro está siendo actualizado y en el que ya están inscritas más de 150 organizaciones”.
En cuanto al área de Atención a las Personas, Mariscal ha destacado la solidaridad y ha señalado que “se han abierto los comedores escolares a través de las Escuelas de Verano; se ha prorrogado el convenio con la Asesoría Jurídica para las familias afectadas por desahucios; y nos hemos puesto a disposición de la Oficina de Coordinación Municipal del Refugiado de la FEMP”.
De todas formas, Mariscal y sus asesores han pasado por alto que la participación ciudadana va más allá de un simple concepto, pues implica muchos conocimientos y valores no solamente a seguir, sino a defender; pues, si hablar de democracia es hablar de colaboración, la participación ciudadana en la gestión pública conlleva el acercamiento de la autonomía local a los ciudadanos y la implicación en los asuntos públicos locales. Y esto no lo ha permitido el equipo de Mariscal, al que le ha falta un auténtico plan de choque para sus primeros meses de mandato. Es decir, un plan basado en el sentido común, económicamente viable y aplicable desde estos primeros meses de gobierno, capaz de transformar en medidas concretas el sentir general de la ciudadanía.
Una Cuenca Capitulada
Se observa en el quehacer del PP y sus dirigentes en la municipalidad conquense una deriva de impronta economicista, sin un proyecto homogéneo y dinámico de ciudad, que deja algo marginado el bien común. Debería por esto repasar el alcalde las líneas sesgadas de sus 100 días de gobierno, cambiándolas por otras prioritarias, que procuren situar la lucha contra la desigualdad, el desempleo y la mercantilización de la ciudad en el centro de las prioridades y de un nuevo contrato con la ciudadanía. En paralelo a ese Plan de choque, le remitimos al ejemplo de Barcelona En Comú un extenso y habilitado programa que se abrió a la participación y validación ciudadana.
Muchas de las medidas ahí propuestas no tienen ningún coste. Si acaso, exigen valentía política, sentido común y pueden aplicarse de manera inmediata. Otras requieren un desarrollo de corto y medio plazo, pero también demandan determinación ya que suponen un cambio drástico en las prioridades de inversión del Gobierno anterior del PSOE.
Las principales medidas que ahí se proponen en materia de generación de ocupación y de garantía de derechos sociales básicos, proponen auditar las cuentas municipales heredadas, recortar gastos, subvenciones y privilegios innecesarios y apostar por una fiscalidad social y ambientalmente justa. El ajuste de estos 100 días pasaba –y queda pendiente- por obtener suficientes recursos para hacer frente a las desigualdades y para convertirse en una referencia de lo que significa vivir bien, en común, con respeto por los demás y por el entorno. Para aprovecharlos, padecemos la falta de un Gobierno valiente y creíble, capaz de hacer frente a los grupos de poder dominantes tradicionalmente en Cuenca, que anteponen sus intereses particulares a los de la mayoría. Entonces, frente a las haciendas, las ventajas o los beneficios de esos privilegiados, ha de hacerse valer la inteligencia colectiva de la gente y del conjunto de barrios de la ciudad. El espejo al cual mirar, para poner en marcha esa Cuenca Capitulada, puede extraerse del archivo anexo del Plan de choque de “Barcelona En Comú”.
Juan Andrés Buedo
Descargar PLAN DE CHOQUE para los primeros meses de mandato. Barcelona pla-xoc_cas
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