Mientras el PSOE del señor Rubalcaba parece empeñado en nadar y guardar la ropa al mismo tiempo, lo que le sitúa en una situación equívoca en relación a su modo de entender lo que es España –recordemos que ya el señor Rodríguez Zapatero Ya dijo aquello de que el concepto de lo que era la nación española: " es un concepto discutido y discutible"; lo que dejó clara su disposición a discutir sobre su unidad. Más tarde, se demostró con hechos con la aprobación del Estatuto de Catalunya, que fue aprobado en el Congreso por 189 diputados a favor y 154 en contra –.Contrariamente a lo que se podía esperar del gran enfado del señor Rubalcaba, haz optado por una política de apaciguamiento y cesión ante el desafío del PSC, después de haber escenificado, cara a la galería, una reacción fulminante contra la indisciplina de voto del PSC, cuando votó a favor del "derecho a decidir" que habían presentado los nacionalistas catalanes; en contra de lo que intentaban que se votase, los socialistas del PSOE.
No queda muy claro, a la vista de lo que está ocurriendo entre las dos ramas del partido, si la multa de 600 euros con la que se "castigó" y dio por resuelta la indisciplina de los díscolos votantes catalanes; si ha sido o no un arreglo compartido, para que se justifique la nueva entente entre ambas formaciones, que sólo hace que confirmar que, ninguno de los dos, se atreve a separase del otro, a pesar de las profundas diferencias que, desde hace bastante tiempo, existen entre ellos. Catalunya es mucho Catalunya para que se desprecie la posibilidad de sumar algunos escaños en caso de unas elecciones legislativas. Una mala noticia de las últimas encuestas apenas si les dan al PSOE un 24% de los votos cuando siguen subiendo IU y el partido de Rosa Díez. El resto de partidos nacionalistas, entre tanto, siguen al pie de la letra su estrategia disgregadora.
Lo que parece que no cesa, lo que cada día adquiere más virulencia y consigue más adeptos para los nacionalistas que propugnan el "Estado catalán", es la campaña que los dirigentes de los partidos separatistas siguen haciendo en contra del Estado español, del señor Rajoy, del supuesto robo que se les hace a los catalanes por parte del resto de españoles, representados en la comunidad de Madrid y de la "falta de inversiones" que se le atribuyen al ministerio de Fomento, lo que achacan, como no, a una venganza en contra de los catalanes y de sus afanes separatistas. Hemos de añadir que, en el caso de que esta maldad tuviera algún viso de ser cierta, no sería yo quien se lo recriminase al Estado español, a la vista de las intenciones manifiestamente desleales con España, sus insultos y reniegos contra todo lo español y su evidente intención de separase del resto del territorio español ¿Qué quieren pegar de bofetadas a los españoles y que les sigan financiando sus embajadas en el extranjero o sus nuevas instituciones para sustituir a las del Estado, cuando sean independientes? ¡Ni hablar de ello!
Lo cierto es que desde Mas, Oms, Oriol Pujol o, el equívoco Durán, emplean la táctica de justificar sus proyectos de traición a España con los siguientes eslóganes: "diálogo", "derecho a decidir", "el derecho de la democracia en Catalunya está por encima de la Constitución y del resto de leyes del Estado español", "no se respetan las reglas del juego". Quizá no sean todos, pero son lo suficientemente representativos como para tomarlos en cuenta. En todo caso, resulta difícil poder entender y conste que, esto del diálogo, parece que se les ha pegado a muchos representantes de la prensa y TV, que no cesan en insistir en que se entable un diálogo, ¡atentos! "entre España y Catalunya", dando con ello la razón a los nacionalistas que ya consideran, desde hace tiempo, que ambas son dos naciones distintas y, como tales, se deben tratar los problemas entre ambas. ¡Aquí no hay nada de que dialogar mientras las pretensiones nacionalistas se centren en ser tratados como a un ente independiente y en conseguir privilegios de los que otras regiones carecen! La Constitución no da margen alguno en cuanto se trata de preservar la unidad de la nación y, por tanto, cualquier intento de negociar en este ámbito no tiene sentido, es intrigar contra los españoles y cometer delito de traición a la patria.
Resulta patético cuando insisten, tercamente, en lo del derecho a decidir. ¿Decidir sobre qué? Porque para decidir si hay que arreglar una calle o imponer una tasa a los ciudadanos no precisan pedir el derecho a hacerlo, porque ya lo tienen. Entonces ¿sobre qué pretenden decidir? No engañan a nadie, quieren decidir sobre si los catalanes quieren ser españoles o no. Así de claro. Luego, es evidente que de ninguna manera este derecho, con derecho a hacer consultas o sin ello, es imposible que se les otorgue porque esta facultad ni la tiene le Estado, ni el Rey ni nadie en toda España porque la Constitución de 1978 que nos dimos, lo dice claramente "Artículo 2) La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles…"
Si hay algo que vaya más en contra de la lógica es este empeño del señor Mas y sus acólitos de insistir una y mil veces sobre el supuesto "derecho democrático de los catalanes a pedir la independencia de Catalunya". Volviendo a nuestra Constitución, veremos, si la consultamos, que en su Título Preliminar, Artículo 1.2 dice "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado." No habla de que una autonomía por sí sola pueda decidir, sino que es todo el pueblo español, todos los ciudadanos con derecho a voto, los que puedan decidir previa convocatoria de un referéndum por los medios que establece la Constitución para llamarlos a consulta para que, con sus votos, expresen su opinión, vinculante o no. Es de todo punto imposible, una aberración que, llevada ad absurdo, podría llevarnos a que Lérida se declarara independiente o que el pueblecito catalán de Begues pidiera su propia autonomía. Lo que sucede es que una mentira repetida mil veces, para algunos, se convierte en una verdad. El martilleo constante de consignas anti -españolas ha conseguido (gracias a la pasividad de los gobiernos nacionales) que, en la ciudadanía, hayan calado hondo el sentimiento de que toda España se aprovecha de Catalunya, que se la está robando y que, si se concediera la independencia, esta tierra se convertiría en una auténtica tierra de Jauja.
Lo que parece que no se quiere decir es que el año pasado Catalunya recibió 5.000 millones de euros a cargo del FLA (más del 50% del total) y que, para este año se hablan de 9.000 millones a cargo del mismo fondo. El que quiera tomar nota, que la tome, no fuere que se creyera que, fuera de Europa y sin el apoyo del Estado español, tendría la misma asistencia sanitaria o cobraría las mismas pensiones. Pero comentemos lo que hace referencia a quién es que está rompiendo las reglas del juego. Hablemos de los que han vulnerado primero las reglas y, aquí si es fácil saber quienes han sido los que han ido incumpliendo las sentencias del TS, el TC, y el TSJC, no sólo en lo que respeta a los artículos del Estatuto catalán, que fueron declarados anticonstitucionales y aquellos que debían ser modificados; sino respecto a la ejecución de sentencias y normativas emitidas por dichos tribunales sobre la enseñanza, la enseñanza del castellano y los derechos de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos. No nos vengan ahora a lamentarse de porqué el Estado no quiere dialogar y ha roto las reglas del juego ¡Vamos anda! Ante una actitud así no cabe más que mano dura porque, si seguimos cediendo, los que van a sacar beneficio serán ellos. O así es, señores, como lo veo yo.
Miguel Massanet Bosch
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