- El PIB retrocede un 0,8% en el cuarto trimestre, una décima más de lo avanzado por el INE
- El gasto de las familias cae un 1,9% respecto al verano por el alza del IVA y las rebajas salariales
- Las exportaciones dejan de crecer por la recaída europea y las importaciones se desploman
Alejandro Bolaños Madrid (Publicado en El País, aquí)

Una tienda de rebajas en el centro de Valencia. /
JOSE JORDAN
La recesión de la economía española, la segunda en cuatro años, se agrava.
Incluso en las estimaciones oficiales. El Banco de España anticipó
que la caída del producto interior bruto (PIB) en el cuarto trimestre de
2012 llegaría al 0,6% respecto al verano. El avance del Instituto Nacional de
Estadística, hace menos de un mes, dejaba ese retroceso en el 0,7%. Y ahora el
INE, en una decisión poco frecuente, se corrige a sí mismo, otra vez a peor: el
descenso trimestral al cierre de 2012 llegó al 0,8%. El descalabro del consumo
privado sobrepasó cualquier estimación.
La variación del PIB en el conjunto del año, tras la corrección a la baja del
cuarto trimestre, cambia en cinco centésimas, del -1,37% al -1,42% respecto a
2011. Con el redondeo, sigue siendo -1,4%. una décima mejor que la estimación de
partida del Gobierno del PP (-1,5%). Lo que ya es imposible con este final de
2012 (-1,9% respecto al final de 2011) es que se cumpla el pronóstico vigente
del Ejecutivo español para este año (-0,5%). Bruselas cree que la recesión
durará aún tres trimestres más, hasta enlazar nueve, y que el PIB de 2013 caerá
otro 1,4%
La caída del PIB en el cuarto trimestre se asemeja a la experimentada por la
economía española en los peores meses de la Gran Recesión, en el paso de 2008 a
2009. Eso es más verdad si cabe en el caso del gasto de los hogares (una partida
que supone más de la mitad del PIB), que retrocedió un 1,9% respecto al verano,
una tasa negativa solo superada por la del primer trimestre de 2009 (-2,1%).
Además, ahora, ese descenso se produce sobre niveles de gasto ya menores. Y,
sobre todo, con un nivel de ahorro mucho más bajos: la traducción de tanta
comparativa estadística es que muchas familias tienen que racionar todo tipo de
gastos para llegar a final de mes.
El propio INE explica las
principales causas: "La remuneración de los asalariados, principal recurso de
los hogares, presenta un descenso del 8,5% frente al del 5,5% del trimestre
anterior". No hay pista de un descenso salarial de ese calibre en las cuatro
últimas décadas. Es uno de los resultados de combinar una agresiva reforma
laboral con una actividad económica en declive; el otro, que también afecta de
forma directa a la economía familiar, es
el aumento del desempleo: según la contabilidad nacional, al cierre de 2012,
se perdieron más de 800.000 puestos de trabajo a tiempo completo respecto al año
anterior. De nuevo, solo en la Gran Recesión de 2009 se alcanzó un resultado
peor.
La tercera cuestión que contribuye a la depresión de las economías familiares
es el alza del IVA (del
18% al 21% en el tipo general) que entró en vigor en septiembre. Para
anticiparse a la decisión del Gobierno, hubo un aumento de la compra de bienes
duraderos en verano, un gasto que ya no se produce en el cuarto trimestre, lo
que lastra también la evolución del consumo de los hogares
El resto de componentes de la demanda interna tuvo un comportamiento dispar:
el consumo público, uno
de los termómetros de las políticas de recorte, descendió solo un 0,3%
respecto al verano. Aun así, la acumulación de ajustes en el último año se deja
notar en la comparación anual con el cuarto trimestre de 2011, un 4,1% menos que
tampoco tiene precedente en la serie estadística.
Lo que sí agravó su comportamiento en los meses finales del año fue la
inversión (-3,9%), sobre todo en el caso del gasto en bienes de equipo (-5,4%),
que suele tomarse como un indicador adelantado de las (oscuras) perspectivas
empresariales para los próximos meses. El descalabro de la demanda interna tuvo
su correlato en las compras al exterior: la importación de bienes y servicios se
desploma, con un descenso trimestral del 4,8%. Es este descenso del componente
que resta al PIB en el sector exterior lo que explica esta vez totalmente su
aportación positiva al PIB del cuarto trimestre. Porque el que debe sumar, las
exportaciones, encajó el impacto de la recaída de la zona euro, con un descenso
del 0,9% respecto al verano.
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