El ensayista, historiador y matemático escocés Thomas Carlyle (1.795- 1.881) fue uno de los personajes más críticos de su época. En su obra “La Revolución francesa”, su trabajo histórico más importante, no se limitó a narrar los acontecimientos sino que intentó transferir el espíritu imperante en aquella convulsa etapa de la Historia. Y es, precisamente, en dicha obra donde encontramos un pensamiento que nos debe hacer pensar, ante la evidente situación de penuria económica a la que nos ha conducido unos pretendidos “sabios” de las finanzas mundiales. La cita, en cuestión, es la siguiente: “La bancarrota es algo grandioso; es el abismo inmenso y sin fondo donde se sumergen y desaparecen todas las falsedades, públicas y privadas”. Lo que ocurre es que, estas falsedades públicas y privadas, han sido las responsables de que Europa y medio Mundo nos encontremos ante un momento en que parece que, quienes han sido los causantes de esta involución que nos arrastra a un empeoramiento de nuestro nivel de vida, a un recorte de nuestros beneficios sociales, conseguidos a través de muchos esfuerzos, y a un deterioro de todas aquellas conquistas de bienestar que ya dábamos por descontado que nunca nos iban a faltar; no atinan, no saben y no son capaces de encontrar la fórmula, el camino o la medida mágica para sacarnos de este absurdo caos al que nos han conducido. Y el tiempo juega en contra.
Existe una dicho popular en el idioma castellano que dice: “En boca cerrada no entran moscas” y, si no nos encontrásemos en Invierno, estación en la que estos molestos dípteros no abundan, podríamos hallarnos ante la desagradable situación de que, nuestras bocas abiertas y dilatadas por el pasmo y la incredulidad, se nos llenaran de verdaderas nubes de tan desagradables huéspedes. En efecto, señores, cuando los ciudadanos de a pie, intentamos comprender a quienes mueven las teclas de lo que es la UE, cuando el BCE, a instancias de quienes creemos que tienen la fórmula para sacarnos del apuro, resulta que, en un gesto de enorme magnanimidad, abre sus arcas a los bancos para que puedan obtener, nada más y nada menos que 489.190,75 millones de euros (una cifra mareante para cualquier ciudadano), con vencimiento a 3 años, a un módico interés de un 1%; para contribuir a su recapitalización, con lo que todos pensábamos, ingenuamente por lo visto, que algún beneficio iban a sacar las empresas y los particulares de tal abundancia de liquidez; hete aquí que, apenas unos días después, los mismos bancos que acudieron hambrientos de recursos al reparto; como si no fueran capaces de razonar cabalmente, vuelven al BCE, pero no para pedir más dinero, no, no, sino para ¡volverlo a ingresar en dicha institución, recibiendo, a cambio, un 0’25%! ¿Se han vuelto locos, les ha cogido la flojera mental o desvarían? Nada de eso, señores, lo que pasa es que: ¡tienen miedo!, sienten pánico y no se fían ni de su propia sombra. Porque señores la cantidad total que ha reingresado en el BCE de lo que recibieron asciende a la cifra de 411.813 millones de euros.
Verán ustedes antes, los bancos, se prestaban dineros los unos a los otros a unos (interbancario) módicos intereses para ir atendiendo sus respectivas obligaciones. Lo hacían a un día, a dos o a los que fuese preciso, pero siempre con carácter puntual. Hoy en día ya no practican tal sistema porque nadie, ninguna de estas entidades, tiene la confianza necesaria para prestarle a otra un dinero. ¿Pero, a qué se debe que hagan la aparente estupidez de pagar dinero al 1% y después ingresarlos en la misma entidad prestamista para recibir solamente un 0’25%? Pues si nos fijamos encontraremos la explicación. Los bancos se encuentran ante vencimientos de deuda a corto plazo que mantenía con la institución monetaria lo que aprovechan para pasarla a deuda a largo plazo, lo que mejora su solvencia y liquidez. Resulta, por otra parte, que el sobredimensionamiento de los bancos europeos en tiempos de las vacas gordas (expansión crediticia), fue la causa de que los activos del sector llegaran a alcanzar el 325% del PIB de la Zona Euro. Por otra parte los activos de la banca son 30 veces superiores a sus fondos propios. (las pequeñas disminuciones del valor de sus activos no podían compensarse con los fondos propios, con la consecuencia de que, el total de los activos, no podía hacer frente al total de las deudas contraídas)
¿Qué es lo que les interesa a los bancos? Reducir el tamaño de su activo (disminuyendo la oferta de crédito a la economía) e incrementar sus fondos propios hasta el 9% que es lo que se les exige por la EBA (autoridad bancaria europea) para junio del 2012. Es decir que, los planes de Merkel y Sarkozy de que los bancos comprarían deuda de los países en apuros, consiguiendo una buena recompensa (dinero recibido al 1% para comprar deuda soberana a los intereses de mercado para obtener un saneado beneficio se ha quedado en agua de borrajas, ante la inseguridad y falta de confianza de las entidades bancarias; que ha preferido no asumir riesgos renunciando a mayores beneficios. En cualquier caso, el beneficio que se pudiera lograr tampoco sería suficiente para la recapitalización de la banca, en concreto de la española, que no se conseguiría en el corto espacio de tiempo que les exige la autoridad bancaria europea o sea, para el Junio del 2012.
El triste resultado de todo este enredo bancario es que, en definitiva, lo que precisamos con urgencia en España, que es que el crédito de los bancos fluya a la economía real, empresas y familia; no parece que, por el momento, tenga visos de que pueda ocurrir; por lo cual, el nuevo Gobierno, tendrá que hacer de mangas capirotes para ingeniarse otros medios para incentivar la moribunda economía española como consecuencia de la atonía de los mercados, el paro creciente, los problemas sindicales, la ley laboral, la falta de productividad y de competitividad con el resto de empresas de la competencia en el extranjero. Y sin reactivación industrial no hay creación de empleo.
Es posible que lo que más nos preocupe sea el hecho de que parece algo irrefutable que quienes llevan la dirección de las finanzas y las economías europeas, los del ECOFIN, los magnates de Bruselas y Francia y Alemania, parece que, cuando toman la decisión de aplicar una de estas medidas arriesgadas, como ha sido la de que el BCE abriera las puertas a los bancos para que nutrieran sus cajas de dinero fresco, da la sensación de que no tienen idea de lo que va a suceder con los mercados y, por lo visto, tampoco han calculado la reacción de las instituciones bancarias que, como ha sido patente, no han reaccionado tal y como se había previsto que lo hicieran..
Uno, en su condición de mero ciudadanos de a pie, tiene la sensación de que se están dando palos de ciego y que existe un despiste generalizado en las instituciones europeas, que quizá pueda tener una explicación en el hecho de que, cada nación, da la sensación de que va por independiente, sin excluir a Alemania y Francia; que no existe una verdadera unidad de objetivos y un interés en actuar en bien de Europa en su conjunto, sino que, cada cual, intenta salvar su propia colada, sin que le preocupe, lo que les suceda a los otros salvo en el caso de que la caída del vecino le pueda ocasionar graves perjuicios. La tarea del señor Guindos, no va a ser, de ninguna manera, fácil ni los resultados de la nueva política del Gobierno va a tener consecuencias inmediatas lo que, evidentemente, le va a suponer un gran desgaste, especialmente en los primeros años de legislatura. O esta es, señores, mi visión a la vista de las circunstancias.
Miguel Massanet Bosch
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