(Publicado República de las ideas-Reggio´s, aquí)
La vicepresidenta económica el Gobierno, con mucho peor carácter que facilidad de palabra, ha tratado de explicar lo inexplicable a un grupo de expertos economistas y miembros de la banca, mientras ha evitado hablar ante la opinión pública y contar la verdad de lo que ocurrió en Bruselas.
Ante una decisión tan importante como la adoptada en la cumbre europea sobre la necesaria recapitalización de la banca europea, y muy en especial la española con las cortes disueltas a la espera de celebrar las elecciones, como mínimo debería haber convocado una rueda de prensa abierta para que los españoles sepamos el precio que España ha tenido que pagar en la cumbre de la capital comunitaria.
Debería también explicar porqué asegura que vamos a seguir creciendo, mientras el presidente del Gobierno ha aceptado que los datos del tercer trimestre van a reflejar un parón de la economía y que no se va a recuperar hasta que no se resuelva el problema de la deuda.
Nunca es tarde y es de esperar que en las próximas horas aproveche para aclarar al máximo, cuanto nos va a costar a los españoles en general y a los pequeños accionistas en particular, a los que han entrado en el capital de las sociedades estimulados por los diversos ejecutivos que nos han hablado de las ventajas del capitalismo social, como lo bautizó Margaret Thatcher, que puede acabar siendo otra de las sogas al cuello para los ahorros de millones de españoles.
Resulta sorprendente además que en la escasa presencia pública al respecto, la vicepresidenta económica del Gobierno, haya negado que somos los paganos de la crisis griega mientras en privado lo ha admitido, al menos veladamente. Durante la larga noche de las negociaciones dijo que no nos iba a perjudicar, afirmación muy distinta que habría admitido en sus conversaciones con expertos y representantes del sector financiero.
De momento sabemos que la banca española deberá aportar 26.000 millones de euros para recapitalizarse, la cuarta parte del desembolso que debe realizar el sector de entre todos los países de la zona euro, mientras que Alemania y Francia, con la banca metida de lleno en deuda soberana griega, se marcha de rositas. El tampoco demasiado locuaz Mariano Rajoy, al menos fue muy expresivo: “Es inexplicable”. Mientras tanto habrá que saber qué le supone a la banca francesa y alemana la quita del 50% a la deuda griega, aunque afirman que una parte ya la tienen provisionada y otra se la podrían haber vendido al Banco Central Europeo.
Pero hay más contradicciones de Salgado. En el encuentro con economistas, expertos y representantes del sector financiero celebrado el pasado viernes, daba por hecho que la economía seguiría creciendo ligeramente, mientras que Zapatero 24 horas después ha admitido en rueda de prensa celebra en Paraguay, con ocasión de la celebración de la Cumbre Iberoamericana, que la economía no crecerá lo más mínimo. El parón de la economía y el elevado paro no se resolverán hasta que no se soluciones la crisis de la deuda, según el presidente.
Habrá que esperar al viernes. Ese día el Banco de España da a conocer sus cifras del PIB adelantado. Todo apunta, como señala Zapatero, a que ha habido crecimiento negativo. Si el próximo trimestre, en el que se vive un parón en la toma de decisiones por la paralización que supone la precampaña y campaña electoral, y la economía no remonta, habremos entrado incluso en recesión.
El expresidente francés de la Comisión Europea, Jacques Delors, muy lúcido a sus 86 años ha advertido de que “nada indica que tras las decisiones de la cumbre que se haya resuelto la situación ni que hayamos encontrado la solución”. España ante la falta de peso del Gobierno actual frente a los países más poderosos de la UE, podría sufrir daños importantes si se adoptaran decisiones inadecuadas que aumentaría el importante hándicap que ya sufre la economía española, para poder recuperarse. .
Quien gane las elecciones, todas las encuestas apuntan a que será Mariano Rajoy, tendrá que aclarar antes de nada el verdadero problema de la banca española. ¿Qué pasará con los llamados activos tóxicos derivados de la crisis inmobiliaria?
No lo han descrito con claridad los banqueros esta semana con ocasión de la presentación de resultados, ni tampoco desde el Gobierno. ¿Seguirá la banca ahogando a los ciudadanos con sus hipotecas y mientras aumenta su ‘no deseado’ parque inmobiliario? ¿Seguirán las empresas si conseguir créditos?
El PP promete en su programa electoral bajadas de IRPF a las familias, ahorradores y compradores de vivienda para volver a estimular la compra de vivienda, que podría verse paralizada a la espera de que entren en vigor estas ventajas fiscales. También promete una batería de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria, y todo ello sin perjudicar las ayudas sociales. Pese a las ingentes dudas que se plantean, habrá que confiar en que regrese el denominado por Cristóbal Montoro, ‘círculo virtuoso’ de la economía. A España se le avecina un período de grandes incertidumbres, pero lo último que debemos perder es la confianza en tiempos mejores, con líderes que tengan más en cuenta a los ciudadanos y algo menos su futuro personal.
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