Luis de Velasco (Publicado en Republica.com, aquí)
Hace algunos años, no muchos, cuando estábamos en la Champions, cuando el presidente Zapatero hablaba de adelantar primero a Italia y luego a Francia, cuando creíamos estar instalados en la abundancia sin límites, nadie parecía preocuparse por el despilfarro de las administraciones públicas, sobre todo pero no únicamente, en su escalón autonómico. Incluso algunos insistían en que ese Estado de las Autonomías era la causa principal del crecimiento económico sin fin.
Hoy, pocos años después, cuando el PIB español ha retrocedido cerca de cinco años en términos reales, la cruda realidad se impone. Este estado que se diseñó en la transición como una buena idea, en su desarrollo se prueba insostenible. La crisis ha puesto de relieve las miserias del mismo y entre las causas de esa crisis está ese desarrollo, causa y consecuencia al mismo tiempo. Lo viene diciendo desde hace tres años un pequeño partido, Unión, Progreso y Democracia (UPyD), y hoy lo reconocen todos. Hoy, hasta Obama y el gobierno chino conocen esas miserias y debilidades como lo saben Merkel, el BCE y el FMI.
Ha llegado la hora de los imprescindibles recortes. Ahora hay que demostrar que gobernar es hacer opciones, es elegir y que gobernar en la escasez es más complejo que en la abundancia. La austeridad tiene que ser selectiva y debe ir acompañada de un concepto casi siempre olvidado, el de la eficiencia. Hacer lo mismo con menos o hacer más con lo mismo. No es sencillo pero es imprescindible. Los contribuyentes no podemos soportar diecisiete reinos de taifas.
Posibilidades de recortes hay muchas sobre todo en el escalón autonómico, paradigma del despilfarro. Sobran miles de entidades de variopintos nombres (entes públicos, consorcios, fundaciones, consejos consultivos, organismos autónomos etc.), paradigma de nepotismo y refugio de clientelas políticas y que duplican competencias. Sobran escaños, muchos escaños en los parlamentos autonómicos, concejalías en muchos Ayuntamientos que a su vez también son demasiados, sobran las Diputaciones y sus semejantes insulares. Sobran asesores, designados a dedo, personal de confianza en los gobiernos autonómicos y locales. Sobra mucho gasto de autobombo. Sobran…
Algunos gobiernos autonómicos parecen haber iniciado los recortes. Por sus hechos, es decir por la realidad y selección de esos recortes, los conoceréis. En Cataluña está clara la cosa: una excusa más para el victimismo nacionalista y la exigencia de un pacto “a la vasca”, mientras se recorta en la sanidad y se mantiene todo lo relacionado con la historieta de “fer país”.
¿Debe hacerse el necesario sacrificio con recortes sólo en el gasto público o hay que mirar también a la otra vertiente del presupuesto, los impuestos para aumentar su rendimiento? Respuesta afirmativa. Pero de eso hablaremos otro día.
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