Rodríguez Zapatero parece que ha entrado en una fase de autismo
El inmortal genio de Séneca nos legó para la eternidad la siguiente expresión: “El camino hacia los astros desde la Tierra no es cómodo”. Yo apostillaría este sabio pensamiento, aplicándolo a nuestro país, añadiendo que, el camino hacia la normalización y regeneración de nuestra política, de los valores perdidos y de los males que acechan a nuestras finanzas y economía, sigue tan escabroso como siempre. Si bien, los resultados de las recientes elecciones municipales y autonómicas, nos han abierto un hueco de esperanza a través de la negrura que se cierne sobre España, a causa de la obcecación de un Presidente, el señor Rodríguez Zapatero, que parece que ha entrado en una fase de autismo con respecto a las realidades que nos rodean, en un ensimismamiento agudo que lo mantiene alejado de los verdaderos problemas que afectan al pueblo español y en una especie de desvarío quijotesco que le hace creerse con capacidad para remontar su descrédito, ganado a pulso, ante la ciudadanía; pensando que va a venir un mensajero del Olimpo, un Mercurio alado, que le va a traer, si consigue mantenerse en el poder unos meses más, la divina solución a esta cuadratura del círculo en la que nos ha metido, con sus delirios de autoestima y su irritante terquedad.
Nos hemos alegrado de que, por fin, el pueblo español haya salido de su aparente ostracismo para expresar, por medio de las urnas, su absoluto rechazo a un sistema de gobierno que, desde el principio, ya dio muestras de estar basado en un único y fundamental objetivo. En efecto, los que accedieron al poder ya tenían fijada de antemano cual sería su hoja de ruta y cuales serían sus objetivos para la legislatura. No se puede decir que, en este aspecto, no hayan trabajado duro para darle un vuelco total a España por medio de un ataque directo a los valores fundamentales de los españoles, empezando por una ofensiva en contra de la familia; contra las creencia religiosas, especialmente las católicas; un control de la enseñanza; una relativización de la ética y morales tradicionales, intentando implantar un adoctrinamiento político basado en una filosofía relativista, cuyo único objeto era el de implantar un sistema de gobierno de tipo totalitario, al viejo estilo del de los antiguos países de la órbita de la antigua URRS.
El talón de Aquiles de los sucesivos gobiernos del señor ZP, ha estado en su evidente incapacidad para solucionar los problemas económicos y su empecinamiento en utilizar el sistema de subvencionar al paro, cuando se han presentado los embates de la crisis, en lugar de intentar atajar sus letales resultados, apoyando a las empresas, reduciendo sus cargas y facilitándoles créditos; algo que, curiosamente, sólo ha estado dispuesto a aplicar en el caso de los bancos y cajas, con los resultados que ya todos conocemos. Así pues, si la apabullante victoria del Partido Popular en las elecciones, ha puesto el primer hito de la decadencia del socialismo en España, no parece que de momento, el señor ZP, se haya querido dar por enterado y, no sabemos por cuanto tiempo podrá mantener esta postura, pero da la impresión de que parece dispuesto a agotar la legislatura, aunque ello signifique poner a su propio partido y al resto de la nación, bajo los cascos de los caballos. Los efectos de la postura de Zapatero es posible que tardemos algún tiempo en poderlos valorar, por cuanto se refiere a lo que va a ocurrir dentro del PSOE y como van a reaccionar los “barones” y aquellos que aspiran a sucederle en el gobierno de la nación. Los efectos ante el resto de países, ante aquellos que piensan invertir en España y por lo que respecta a la confianza de los españoles en el futuro y en sus consecuencia sobre la demanda interna, ya están a la vista viendo como han reaccionado los mercados y la desconfianza con la que estamos observados desde el extranjero.
Sin duda alguna que, si antes, cuando tenía bajo control la mayoría de las autonomías, ya tenía problemas para controlarlas, especialmente a las de tipo nacionalistas; ahora, cuando la tortilla se ha vuelto, no cabe decir la que se le viene encima. Hay un factor no despreciable y no tardaremos mucho en notar sus efectos. Ahora vamos a tener ocasión de ver como afloran todos los trapicheos que los respectivos gobiernos autonómicos del PSOE y sus municipios y diputaciones nos han venido ocultando y ya son varios los nuevos responsables del PP elegidos para sustituir a los socialistas, que se han apresurado a anunciar auditorias para que salgan a la luz, antes de asumir sus nueva responsabilidades, las posibles deudas no contabilizadas, las interconexiones con las empresas públicas que han creado y los desvíos de fondos que pudieran existir debajo de este entramado administrativo. Da miedo lo que pueda aflorar y sus consecuencias.
Sin embargo, existe otro aspecto todavía más tenebroso, algo que la euforia del vuelco electoral hacia las derechas parece que ha dejado en un segundo plano. Se trata del fortalecimiento de los partidos nacionalistas en sus respectivas autonomías. Si, en Catalunya, los votos se han volcado mayoritariamente hacia CI, en una espectacular derrota del PSC y de ERC; dando la falsa impresión de que, con ello, hay un vuelco a la derecha, no debemos perder de vista que, precisamente en esta formación política es donde existe un fermento más enraizado y profundo del sentimiento catalanista y un larvado deseo de alcanzar la independencia. Nada más asumir su victoria ya se ha admitido a trámite en el Parlament catalán un propuesta de “Solidaritat Catalana per la Independencia”, pidiendo que la bandera española quede oculta en los edificios públicos.; es decir que, como es obligatorio que la bandera esté presente en los edificios públicos, lo que pretenden esos zafios es que “se esconda” para que no se vea desde fuera. No queda aquí la cosa, porque la señora Raola, una catalanista consumada, parece que ya ha sacado sus conclusiones de los resultados de los comicios catalanes y así se expresa en el periódico La Vanguardia: “Cuando Rajoy mira el mapa de España descubre que la galia catalanas resiste la embestida de su tsunami”. Es posible que alguien le pudiera recordar el magnífico resultado del popular Alberto Fernández en el Ayuntamiento de Barcelona o el triunfo en Badalona y en otros pueblos catalanes del PP; en muchos de los cuales ha mejorado sus resultados de comicios anteriores. En todo caso, no resulta muy diplomático por su parte dar coces contra el aguijón, si es que, como parece ser muy probable, vaya a ser el señor Rajoy quien suceda a Zapatero en el Gobierno de España.
Yo no sé como debe tener la piel el señor Pascual Sala, del TC, pero si yo fuera él no me atrevería a asomar la cara a la calle, por miedo a que quien le reconozca decida expresar la “admiración” que los españoles sentimos por su persona y el concepto que tenemos de esta tribunal que parece que, en lugar de ocuparse de la constitucionalidad de las leyes, está para decidir de acuerdo con lo que le interesa al gobierno del señor Zapatero y, si no, vean en lo que ha acabado su legalización de Bildu, los 1.183 concejales que ha colocado en el Pais Vasco y Navarra, los 500.000 euros que se van a embolsar del Estado (de nuestros impuestos) y el poder que han reunido en sus manos; amén de la información que van a conseguir que puedan trasladar a sus amigos los etarras. Podemos decir que se trata de la mayor afrenta para los familiares y amigos de los masacrados por ETA; que pone a nuestro Estado de Derecho a la altura del betún y que, a ojos de todas las personas decentes que todavía quedan en nuestro país, ha sido la traición más grande que se le puede hacer a la patria. O, señores, esta es mi opinión.
Miguel Massanet Bosch
Últimos comentarios