No se si los progres que vegetan por España, estos que tanta inquina demostraban contra el señor Bush, estarán satisfechos con la posible pérdida de protagonismo de los EE.UU en el concierto mundial, por el hecho de que sean unos de los más afectados por la recesión económica que está afectando a medio mundo civilizado ( no hablo de los países del Tercer Mundo porque, para ellos, esto ya no es una novedad, sino que forma parte endémica situación de miseria); pero a mí ( ya lo he comentado en anteriores ocasiones) debo reconocer que me tiene preocupado. Aparte del hecho evidente de que cada vez que, en Europa, hemos tenido dificultades, han sido ellos los que primero nos han echado una mano, existe el peligro de que un debilitamiento de la potencia militar americana ayude a que, otros países de perfil totalitario, se sientan animados a caer en la tentación de darle gusto a sus proyectos anexionistas o en extender su influencia sobre territorios carentes de recursos o dominados por tiranuelos fácilmente reclutables, para formar alianzas en contra de lo que ellos siempre han considerado el mayor peligro para su sistema, la democracia Yanky.
Si ya, la China, una poderosa potencia emergente, con una remozada economía de mercado, está empezando a extender sus tentáculos en busca de nuevos mercados donde colocar su producción; para lo que no ha dudado en buscar, en el continente africano, países a los que fagocitar para integrarlos en la órbita de su expansionismo económico, estableciendo cabezas de puente para posteriores proyectos donde extender su influencia; parece que la Rusia de Putín, después de asegurarse el control del estratégico nudo de comunicaciones de Osetia ( Georgia) le ha puesto el ojo a un aliado fácil de convertir en un socio fiel, situado en el continente americano, como pudiera ser, sin duda, la Venezuela de Hugo Chávez. Lo intentaron, hace años, con J.F. Kennedy en la presidencia de los EE.UU, cuando pretendieron armar a la Cubade Fidel Castro, con sus misiles de largo alcance. Entonces no tuvieron éxito y tuvieron que retirarse ante la firme oposición americana. Hoy la situación es distinta y, en pleno cambio de gobierno, con un nuevo presidente, el señor Obama, en puertas; al que todavía no se le ha tomado la medida y, por tanto, nadie sabe como va a reaccionar ante el desafío ruso. De momento tiene ante sí la ingente tarea de sacar a los EE.UU del atolladero económico en el que está metido y, por ello, es muy posible que no quiera enfrentarse a dos frentes a la vez: el económico de la recesión y el bélico d un enfrentamiento directo con Rusia. No obstante, un enclave ruso en Venezuela puede acabar con todo el programa de la Pantalla Protectoraque los EE.UU vienen organizando desde hace años, para defenderse de un posible ataque nuclear ruso. Sin duda un dilema peligroso.
Es evidente que esta táctica rusa puede reforzar considerablemente el papel de Hugo Chávez, que ha tenido que afrontar problemas internos dentro de su país y al que, el bajón del precio del petróleo, le está enfrentando a serias dificultades económicas, que pueden acabar por ponerle en una situación complicada ante su propio pueblo, amenazado por la crisis y la pobreza que hasta este momento sus dirigentes han intentado disimular achacando a los EE.UU las culpas de su mala situación. La demagogia tiene un límite y la del señor Chávez, sin duda, estaba a punto de caducar. Las maniobras de las mejores unidades navales rusas en aguas de Venezuela, son un factor más de preocupación que puede quedar agravado si, como parece que ha anunciado el señor Putín, se van a establecer importantes acuerdos de cooperación en materia energética y nuclear, que puedan redundar en una estrecha cooperación entre ambas naciones; con la posible extensión a otros países de regímenes afines, como pudieran ser la Bolivia de Evo Morales, el Ecuador de Correa, Paraguay o la misma Nicaragua de Daniel Ortega; todo ello, sin descartar posibles conexiones con la Cuba de Raúl Castro; con lo que, el panorama político de Sur América, adquiriría un aspecto completamente distinto al de hace unos años, en los que estaba comercialmente colonizada por su hermano del norte, los EE.UU.
No hay duda de que al señor Hugo Chávez, últimamente bastante desacreditado por sus continuas salidas de tono y bravatas antiamericanas; el apoyo del Kremlin constituye una bocanada de oxígeno que le puede permitir reforzarse en su puesto y llevar a cabo las reformas de la Cámara que tantas dificultades le han traído. Otro tema es cómo van a encajar los EE.UU el hecho de que todo su trabajo destinado a la defensa de su espacio aéreo se les pueda venir abajo con la irrupción de su tradicional enemigo, los rusos, prácticamente a las puertas de casa, armados y perfectamente pertrechados de productos energéticos, dominando la zona sur del Atlántico. Si la presidencia de la nación americana hubiera recaído en el señor Mc Cain es posible que, en estos momentos, el país hubiera reaccionado de forma más enérgica ante la posibilidad de que, aparte de las amenazas terroristas, el flanco sur del país quedara expuesto a ser atacado, no por una república bananera de escaso potencial bélico, sino por un enemigo formidable, a pesar de sus dificultades de los años pasados, que parece que está dispuesto a no tirar el testigo y a dar la cara, dejando claro que no renuncia a disputar la hegemonía del Globo a los EE.UU y a la propia China continental.
Por eso, cuando vemos a nuestro Gobierno flirteando con compañías petroleras rusas, no podemos menos de preguntarnos el lugar que se le ha designado a España, en el concierto mundial, dentro de este vasto plan estratégico que está desarrollando la república rusa; en el que, no cabe duda, están buscando posicionarse en aquellos lugares en los que encuentran, por afinidades ideológicas, más facilidades para establecer cabezas de puente, utilizando el procedimiento de hacerse con el control de las industrias básicas y colaborando con los regímenes totalitarios para, mediante sobornos y colaboraciones militares, convertirlos de hecho en sus satélites.. No sé como se lo tomaría el señor Obama, éste a quien Zapatero ha acogido como el salvador del mundo pero, si es que queremos guiarnos por sus primeros pasos y por las personas que ha elegido para integrar su futuro gobierno; no da la impresión de que vaya a poner en práctica, por el momento, su anunciada reforma del modelo económico y, faltaría ver, si se va a embarcar en importantes cambios en política exterior si, como parece ser, los rusos están dispuestos a jugar sus bazas en Latinoamérica. Puede que muchos americanos, en su fuero interno, quisieran tener, ahora, un presidente como el señor Reagan, con las ideas claras respecto a su concepción de los ejes básicos de una política liberal y de lo que debía representar la nación americana, como potencia de primer orden, en el concierto mundial. Sin duda que, al señor Obama, no le espera una legislatura fácil y, es posible, que los EE.UU, vayan a tener que mostrar, al resto de los países, si, como en anteriores ocasiones, serán capaces de remontar con éxito el reto que esta recesión les está planteando. Es posible que el futuro de Europa dependa de ello, a pesar de que queramos presumir de independencia económica y de unidad. De momento la realidad nos está demostrando que, por estos lares, cada nación practica el sistema de aquellos a quien el pánico les atenaza:¡Sálvese quien pueda!
Miguel Massanet Bosch
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