Nadie debe llamarse a engaño. Lo ocurrido en Valladolid ha sido una escenificación perfectamente orquestada por el señor Rajoy y los barones que le apoyan; sabiendo que, al hacerlo, a quienes estaban defendiendo, en realidad, es a ellos mismos y a sus respectivas poltronas en las autonomías que regentan. Era de esperar que aquellos que están deseando disponer de más poder local para poder pactar con los nacionalistas sin exponerse a incurrir en las iras del presidente, sean los que estén especialmente interesados en que salga un presidente fácilmente maleable y dispuesto a transigir con determinados postulados que, hasta ahora, eran tabú para cualquiera que perteneciera al PP.
No nos puede causar extrañeza que, a esta muestra de pleitesía por parte de dirigentes – que anteponen sus intereses políticos particulares, que prefieren acechar a un Rajoy débil y acomplejado, que tener que vérselas con un presidente del tipo de Aznar –; no hayan querido contribuir con su presencia aquellos que son los genuinos defensores de las verdaderas esencias del PP. Que elementos como María San Gil, Esperanza Aguirre, Vidal Cuadras, Mayor Oreja y otros que no se hayan sentido a gusto en este circo mediático montado en loor al perdedor de las últimas elecciones es má que razonable. Lo que ocurre, es que toda esta parafernalia nada más tiene un objetivo y es pretender justificar ante las bases del partido y todos los que lo votamos en las pasadas elecciones, el nuevo rumbo que los neo incorporados ayudantes de Rajoy y los barones que lo apoyan, han decidido, sin consultar a los votantes de a pie, poner en práctica aunque, para ello, se vean obligados a taparse los ojos y olvidarse de aquello que prometieron defender, a capa y espada, cuando nos pidieron el soporte para salir elegidos
Lo que está ocurriendo y, de ello, se deduce la pérdida del apoyo del millón de ciudadanos que votaron al PP en marzo pasado –según la encuesta del CIS–; es que, una cosa son los dirigentes que mandan en las comunidades regidas por el PP y lo que han decidido hacer para mantenerse en el candelero y otra, muy distinta, es lo que las bases del partido, los ciudadanos de a pie, que son los verdaderos idealistas de la formación, han sustentado siempre, sin pedir compensación alguna, como valores fundamentales que, hasta ahora y siempre habían defendido, unánimemente, desde todas las tendencias y sensibilidades que vienen militando en el partido. Es evidente que, estas personas que quieren a España, no están dispuestas a que se las engañe y se las aplaque con sinapismos y paños calientes, y no van a consentir que se las lleve al huerto una pléyade de políticos instalados, cómodamente, en sus puestos, roídos por sus ambiciones de poder, que carecen de la valentía y la integridad precisa para enfrentarse a los socialistas y separatistas y que prefieren, como dice el señor Rajoy: “ ser más, no quieren ser 10.400.000. Quieren ser 12 millones” y yo pregunto ¿a costa de qué? Porque si para ser más debemos vender España a los nacionalistas no interesa; si para ser más debemos aceptar el aborto libre, no interesa; si para ser más debemos admitir una educación para nuestros hijos del tipo de la propugnada por la “Educación para la ciudadanía”, tampoco interesa. Rajoy nos dice que quiere sumar y yo digo que lo que pretende es restar y, a las pruebas me remito, un millón ya lo han abandonado.
Y es que si usted no quiere que nadie dude de sus principios y convicciones sería conveniente que lo demostrara con hechos. Habla usted de un partido de centro y reformista; aclárenos qué es lo que debemos reformar de nuestro ideario, porque puede ser que no estemos dispuestos a hacerlo. Habla usted de pactos con el gobierno, pero le recuerdo que, en la legislatura pasada, el señor ZP se negó en redondo a pactar con usted y, de paso, lo dejó en ridículo en varias ocasiones, ¿qué le hace a usted pensar que no volverá a las andadas? Habla usted de que el Gobierno rectifique y haga lo que ustedes piden, ¡perdóneme usted, pero me temo que un gobierno que acaba de ganar las elecciones no estará muy dispuesto a hacer lo que usted quiera; más bien le pedirá que usted acepte lo que él proponga! Como brindis al sol está bien, pero carece de toda lógica.
El PP ha mantenido su postura contra los nacionalismos catalanes, vasco y gallego durante toda la legislatura anterior, sin embargo, se han aprobado estatutos de autonomía que han significado un retroceso en esta política y han dado argumentos a los otros partidos para rebatirles los fundamentos expuestos en los recursos contra el Estatut catalán. Ahora habla de convivir con los nacionalismos, de buscar sumar, de conseguir más votos de ellos. Habla de adaptarse a las nuevas circunstancia. ¿Qué quiere decir con ello? ¿Acaso va a cambiar su posición ante los matrimonios de homosexuales? O ¿va a ceder ante el tema de la ampliación si no despenalización del aborto?, ¿ cederá en la federalización de España? Debería usted explicar claramente, a los diez millones trescientos mil votantes que le han apoyado, en qué piensa usted transigir para conseguir estos votos de más que promete. Tenemos derecho a que enseñe sus cartas si es que quiere disponer del voto que le dimos, confiando en que mantendría todas las promesas que nos hizo y todas los principios que esgrimió en sus debates ante Zapatero. En caso contrario, señor Rajoy, nos sentiremos decepcionados, traicionados y estafados, y, por supuesto, no nos vamos a dejar embaucar nuevamente, si es que usted se presenta como candidato a la presidencia del gobierno en las próximas elecciones.
Miguel Massanet Bosch
Últimos comentarios