En 12 frases: palabras que marcaron 2007
El año ha sido pródigo en palabras -todos lo son- y, recordadas al cierre del «ejercicio», dan para la reflexión preocupada o... irónica. Esta sería una pequeña selección de las frases que nos marcaron en 2007.


Vladimir Putin: Los EE.UU. «hacen un uso desmesurado de la fuerza que está sumiendo al mundo en un abismo de conflictos». El comentario, en boca de un político del que Bush había dicho que «mirando en el fondo de sus ojos he visto su alma» no es muy halagador para Estados Unidos. ¿Le pide el cuerpo a Putin calificar así a EE.UU. o lo hace para su galería? Quizás las dos cosas. Cree que resucitar a la URSS no tiene sentido pero que su desaparición fue una de las mayores catástrofes del siglo XX. El precio del petróleo, 11 dólares en la época de Yeltsin, 91 ahora, permite al nuevo zar ruso subir sueldos y pensiones, modernizar su ejército y hacer que la voz de Rusia (ha pagado la deuda externa y crece un 7% anual) sea oída con fuerza en el mundo. Estabilidad, progreso, orgullo nacional. Es lo que ha devuelto Putin a los rusos y que le permite, sin encanto ni carisma, tener un 74% de popularidad y hablar alto.
Madre Teresa de Calcuta: «El silencio y el vacío» (durante estos años) «son tan grandes que miro y no veo» (cartas personales publicadas en 2006). Los interrogantes angustiosos de las misivas descubiertas ahora muestran una insospechada y prolongada crisis de fe en la santa que lleva a mucha gente a preguntarse si su ceguera y su lucha inevitable la hacen más heroica o si vivió en un autoengaño constante. ¿Era más santa batallando sus dudas o tenía algo de farsante?

Mike Huckabee: «Jesucristo era demasiado inteligente para presentarse a las elecciones». Candidato republicano a la presidencia, Huckabee ha debido explicar la contradicción entre sus creencias, es pastor de una iglesia protestante, y su apoyo a la pena de muerte. Huckabee, que ha subido espectacularmente en los sondeos, está ahora en cabeza con Giuliani, es un buen exponente de que la religión es un factor actualmente presente en la vida política estadounidense. Un país en el que se venden 25 millones de biblias al año (aunque el 91% de los hogares tienen un ejemplar) y que, aunque cada vez más reacio en implementar la pena de muerte, no parece aún preparado para abolirla.
F. Al Oyouni: «No necesitamos clemencia, necesitamos justicia». El autor es un activista saudita que reaccionaba al indulto aplicado a la joven violada colectivamente en su país después de haber sido sorprendida en un acto allí escandaloso, estaba sentada en un coche con un hombre. Oyouni se queja amargamente de que esto pueda considerarse un delito y que la joven haya necesitado de la clemencia real, después de un clamor internacional, para no ser castigada severamente. Lo que demuestra que la Alianza de civilizaciones tiene mucha tela que cortar.
Rosa Regás: «Afortunadamente cada vez se venden menos periódicos». Quizás producto de un momento de irritación, la frase, por el cargo de su autora, entonces directora de la Biblioteca Nacional, es impactante si creemos que la prensa escrita es un medio de divulgación del conocimiento. En momentos en que desaparecen rotativos y los que subsisten ven a menudo sus tiradas encogerse -en Estados Unidos en quince años se ha pasado de 62 millones a 53 de circulación diaria-, cuando es patente que la tendencia es firme porque la nueva generación rehúsa pagar por la información al conseguirla gratis en internet, el aserto, paradójico, más que proceder de quien tenía a su cargo el depósito del conocimiento escrito en nuestro país parece una ocurrencia esperpéntica de Woody Allen: «Tomé un curso de lectura rápida y despaché «Guerra y paz» en media hora. Trata de Rusia».

George Clooney (en el Consejo de Seguridad de la ONU): «Pueden ustedes seguir debatiendo, permanecer inactivos y cuando lleguen allí encontrar sólo cadáveres». El polifacético cineasta se refería a la pasividad de la ONU y la comunidad internacional ante el drama africano de Darfur, que preocupa a Clooney, Cheadle y varios actores progres americanos. El pasotismo internacional ante esta tragedia contrasta con el revuelo mundial cuando el responsable de algo es Estados Unidos.
Jack Nicholson: «El animal humano está programado para enamorarse, un estado divino, pero no por mucho tiempo. El entusiasmo es diferente en los sexos, de ahí los problemas. En las mujeres puede durar nueve meses y en los hombres, ¿20 minutos?, ¿una hora?». El poseedor masculino del mayor número de Oscar, de vuelta ya, parece poder permitirse comentarios machistas y boutades como las descritas.

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