El año ha sido pródigo en palabras -todos lo son- y, recordadas al cierre del «ejercicio», dan para la reflexión preocupada o... irónica. Esta sería una pequeña selección de las frases que nos marcaron en 2007.
Rodríguez Zapatero. En el proceso de paz «estamos mejor que hace un año y dentro de un año estaremos mejor». El voluntarismo a espuertas, marca de la casa y, según sus enemigos, la candidez de nuestro presidente debieron sufrir un mazazo cuando, sólo pocas horas después de pronunciar esta frase, unos supuestos interlocutores del proceso, los terroristas de ETA, hacían volar la T4 de Barajas. Con muertes. Un trágico y humillante, para él y para nosotros, inicio del año. Por supuesto que la oposición hizo un rápido uso «pro domo» de la coladura presidencial, pero los que vamos sin carnet por la vida nos preguntamos entonces y nos seguimos preguntando ahora: ¿no sabía, después de años en el poder, con quién se jugaba los cuartos? ¿Qué creía tener atado para expresarse con esa confianza sobre «el proceso de paz»?
Al Gore: «El planeta se calienta peligrosamente y aquí seguimos hablando de Paris Hilton. ¿Qué nos pasa?». El sarcasmo y la soterrada indignación de un laureado con el Nobel y el Oscar son comprensibles. En la ONU, 3500 científicos proclaman que el calentamiento global es «inequívoco» y provocará al ritmo actual consecuencias catastróficas. Mientras tanto, los medios de información estadounidenses se desbordaban con los veintiún días de cárcel de Paris Hilton (famosa por ser famosa) o las peripecias conyugales de Britney Spears. El porcentaje de espacio dedicado a las dos es inimaginable.
Vladimir Putin: Los EE.UU. «hacen un uso desmesurado de la fuerza que está sumiendo al mundo en un abismo de conflictos». El comentario, en boca de un político del que Bush había dicho que «mirando en el fondo de sus ojos he visto su alma» no es muy halagador para Estados Unidos. ¿Le pide el cuerpo a Putin calificar así a EE.UU. o lo hace para su galería? Quizás las dos cosas. Cree que resucitar a la URSS no tiene sentido pero que su desaparición fue una de las mayores catástrofes del siglo XX. El precio del petróleo, 11 dólares en la época de Yeltsin, 91 ahora, permite al nuevo zar ruso subir sueldos y pensiones, modernizar su ejército y hacer que la voz de Rusia (ha pagado la deuda externa y crece un 7% anual) sea oída con fuerza en el mundo. Estabilidad, progreso, orgullo nacional. Es lo que ha devuelto Putin a los rusos y que le permite, sin encanto ni carisma, tener un 74% de popularidad y hablar alto.
Madre Teresa de Calcuta: «El silencio y el vacío» (durante estos años) «son tan grandes que miro y no veo» (cartas personales publicadas en 2006). Los interrogantes angustiosos de las misivas descubiertas ahora muestran una insospechada y prolongada crisis de fe en la santa que lleva a mucha gente a preguntarse si su ceguera y su lucha inevitable la hacen más heroica o si vivió en un autoengaño constante. ¿Era más santa batallando sus dudas o tenía algo de farsante?
Fidel Castro: «Mi deber es no aferrarme al poder y menos aún cerrar el camino a la gente joven». La frase viene del político mundial con más años en el poder, 49 en el machito. Al Comandante le siguen el gabonés Bongo, 39 años mandando; el yemení Salleh, 29; el guineano Obiang, 28... Que Castro haya hecho por escrito esta afirmación cuando hace año y medio que no se muestra en público puede significar que a sus 81 años, y con la salud quebrada, piensa en hacer mutis. ¿Testando en su hermano el joven de 76 años, Raúl? Misterio. El régimen sigue estancado política y económicamente a pesar de la importante inyección de Venezuela. Sin reconocer las deficiencias intrínsecas del sistema, sus responsables continúan culpando al «bloqueo de Estados Unidos». Lo que es una patraña engañabobos. Si hubiera «bloqueo» Cuba no podría comerciar con nadie. Hay un embargo de Estados Unidos con muchos agujeros. EE.UU. es el principal suministrador de alimentos de Cuba. En los últimos 6 años le ha vendido 1.500 millones de dólares en productos alimenticios. Paradojas de la América deBush.
Mike Huckabee: «Jesucristo era demasiado inteligente para presentarse a las elecciones». Candidato republicano a la presidencia, Huckabee ha debido explicar la contradicción entre sus creencias, es pastor de una iglesia protestante, y su apoyo a la pena de muerte. Huckabee, que ha subido espectacularmente en los sondeos, está ahora en cabeza con Giuliani, es un buen exponente de que la religión es un factor actualmente presente en la vida política estadounidense. Un país en el que se venden 25 millones de biblias al año (aunque el 91% de los hogares tienen un ejemplar) y que, aunque cada vez más reacio en implementar la pena de muerte, no parece aún preparado para abolirla.
F. Al Oyouni: «No necesitamos clemencia, necesitamos justicia». El autor es un activista saudita que reaccionaba al indulto aplicado a la joven violada colectivamente en su país después de haber sido sorprendida en un acto allí escandaloso, estaba sentada en un coche con un hombre. Oyouni se queja amargamente de que esto pueda considerarse un delito y que la joven haya necesitado de la clemencia real, después de un clamor internacional, para no ser castigada severamente. Lo que demuestra que la Alianza de civilizaciones tiene mucha tela que cortar.
Rosa Regás: «Afortunadamente cada vez se venden menos periódicos». Quizás producto de un momento de irritación, la frase, por el cargo de su autora, entonces directora de la Biblioteca Nacional, es impactante si creemos que la prensa escrita es un medio de divulgación del conocimiento. En momentos en que desaparecen rotativos y los que subsisten ven a menudo sus tiradas encogerse -en Estados Unidos en quince años se ha pasado de 62 millones a 53 de circulación diaria-, cuando es patente que la tendencia es firme porque la nueva generación rehúsa pagar por la información al conseguirla gratis en internet, el aserto, paradójico, más que proceder de quien tenía a su cargo el depósito del conocimiento escrito en nuestro país parece una ocurrencia esperpéntica de Woody Allen: «Tomé un curso de lectura rápida y despaché «Guerra y paz» en media hora. Trata de Rusia».
Ahmadineyad: «En Irán no tenemos homosexuales, no es como aquí». El presidente iraní, en viaje a la ONU, acudió valientemente a un coloquio en Harvard donde profirió la frase que provocó instantáneos titulares por lo hilarante. Que el mandatario de una país de cultura milenaria se atreva a expresar en público que en una nación de 69 millones de habitantes no hay un solo homosexual dice bastante sobre las características de su régimen y los corsés religiosos, políticos y sexuales que se dan en él. Como comentaría un estudiante americano: «Presidente, ¿ni uno, ni siquiera uno?».
George Clooney (en el Consejo de Seguridad de la ONU): «Pueden ustedes seguir debatiendo, permanecer inactivos y cuando lleguen allí encontrar sólo cadáveres». El polifacético cineasta se refería a la pasividad de la ONU y la comunidad internacional ante el drama africano de Darfur, que preocupa a Clooney, Cheadle y varios actores progres americanos. El pasotismo internacional ante esta tragedia contrasta con el revuelo mundial cuando el responsable de algo es Estados Unidos.
Jack Nicholson: «El animal humano está programado para enamorarse, un estado divino, pero no por mucho tiempo. El entusiasmo es diferente en los sexos, de ahí los problemas. En las mujeres puede durar nueve meses y en los hombres, ¿20 minutos?, ¿una hora?». El poseedor masculino del mayor número de Oscar, de vuelta ya, parece poder permitirse comentarios machistas y boutades como las descritas.
Rey Juan Carlos: «¿Por qué no te callas?». La pregunta del Rey ante las interrupciones del presidente venezolano ha sido comentada profusamente y ha aparecido en los resúmenes anuales de ingente cantidad de publicaciones («Time», etc..). Repetida en canciones, sintonías telefónicas, eslóganes, debates presidenciales en EEUU... Puede concluirse que igual que el maestro Rodrigo nunca pudo imaginar que la versión pop del «Concierto de Aranjuez» le daría en un mes más dividendos que toda su producción clásica en años, nuestro Rey no podía colegir que una breve frase espontánea iba a ser más reproducida que todos los discursos pronunciados a lo largo de 32 años.
Últimos comentarios