Una reunión de trabajo que he tenido en Toledo, para la que he debido desplazarme de madrugada a esa ciudad, a mi Consejería, y de la que no he regresado a la capital del Júcar hasta después de las ocho y media de la tarde, me ha impedido cumplir dialécticamente con la mayor alegría política que he recibido en Cuenca en los últimos quince años. Gozo y satisfacción derivado de los resultados en las elecciones municipales celebradas ayer, que han comportado un gran vuelco electoral –como predije días pasados- y, en consecuencia, un nuevo Ayuntamiento en Cuenca. ¡Enhorabuena, conquenses!
De la lectura de todos mis blogs, de su filosofía y de la impronta que –para autocomplacencia y buena salud profesional- estoy observando en estas bitácoras (con más de 1700 entradas entre ayer por la tarde y hoy, gracias a todos), hubiera querido dedicaros un artículo mucho más profundo y diluido con bienaventuranzas, porque es así como veo políticamente hablando los próximos cuatro años en Cuenca. Es un trabajo amplio, lleno de responsabilidades y a la vez apasionante. Luego bienllegada sea la nueva frescura del nuevo gobierno a la Corporación Municipal de Cuenca. Les pido a todos los ediles que sean modestos, que huyan de los personalismos de mala especie y que, por encima de cualquier otro simbolismo –que sería mal asumido, de producirse-, sepan que son representantes de TODOS LOS CIUDADANOS que habitamos esta ciudad. Huyan, pues, de los errores, y, simultáneamente, les pido que, antes de pensar en “su” partido, se apliquen en las metas prometidas en su programa electoral.
También les ruego que huyan de los predeterminismos cotidianos de los medios de comunicación local. Este ha sido uno de los grandes errores del ex alcalde Cenzano, y vean lo que ha pasado. Sólo que éste me hubiera leído más, habría logrado conservar muchos de los votos que se le han ido.
En definitiva, escuchen a la opinión pública, y en particular la bien concebida. Pero, por favor, sería bueno que, para encarar el cambio político (y social) que Cuenca precisa, generaran primeramente unos nuevos canales de participación ciudadana y de corresponsabilidad gestora. Tengo expresado en mi último libro sobre ésta, Cuenca 2005. Un recorrido sociológico por la Ciudad, que pueden bajarse –gratis- del download que poseen en los Aires de La Parra, que la opinión pública es una y muchas a la vez. Por tanto, como sostuvo Hermann Oncken a fines del siglo XIX, la opinión pública es algo que "... se presenta bajo innumerables formas y se nos escapa entre los dedos...", y así lo corroboró años después uno de mis mejores maestros, Noelle-Neumann, en La espiral del silencio (Ed. Paidós, 1984/1995, p. 85). Quiero decir con esto que el cambio que precisamos no vendrá desde las escalinatas de la Prensa y los Medios de Comunicación dominantes por aquí. Antes bien, la generación de unas estructuras sociales y económicas más dinámicas y emprendedoras necesita una nueva planificación política de la gestión político-administrativa a medio y largo plazo. Además, ésta ni puede ser sectaria –de un solo partido, pues debe contar con una honesta participación de la representación lograda por el PSOE e IU en el Ayuntamiento- ni ha de cruzar los montes áridos de un electoralismo excluyente.
Mi ámbito profesional me obliga a leer diariamente a ese gran periodista de la síntesis de la política española tal y como es vista en el mundo, Juan Pedro Quiñonero, el cual hoy mismo daba cuenta que en Edimburgo, el Scotsman habla de unas elecciones municipales dominadas por viejos problemas cainitas, desenterrados con bajos fines electorales (11-M, Irak, etc.). Este formulario es uno de los que yo rogaría a Francisco Pulido que echara de su vera; si adopta, con amplias perspectivas, las tónicas y estrategias de Ruiz Gallardón, los resultados para los ciudadanos vendrán solos y el pueblo conquense se lo premiará con generosidad en los comicios que vengan.
Señor Alcalde, el nivelado resultado de PSOE y PP en porcentajes globales, como ha dicho mi colega esa honesta profesora que es Edurne Uriarte, indica al menos un importante interrogante del electorado y un horizonte plenamente abierto de cara a las próximas generales. Bueno, pero para usted y su equipo de gobierno, esto debe ser secundario, como digo; dejen a su partido y sus dirigentes que cuiden de ello. Su objetivo central, insisto es traernos el cambio político, económico y social a Cuenca. Desde el punto de vista técnico-administrativo estamos entre cinco y seis años por detrás de la media nacional en parámetros de “eficacia” y “efectividad”. Una labor que deberá acometer con decisión y valentía, antes de dedicarse a explicar sus logros al sordo y a sus medios. Para esto, delegue con perspicacia –aunque con un control permanente- en alguien de su Equipo de Gobierno, que, para empezar, deberá estar inserto en un nuevo Organigrama de gestión política y administrativa confluyente. Aprenda del Ayuntamiento de Barcelona, que es para los profesores que impartimos Ciencia de la Administración el más moderno de nuestro país.
Juan Andrés Buedo
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