Los corifeos socialistas están perdidos y sin argumentos, su línea de flotación con el bombazo etarra ha dejado a los prisoeístas sumidos en un descarrío tan inoportuno que la mano izquierda de la política española en estos instantes sólo está guardándose las posaderas y ocultando los genitales, como consecuencia de la pérdida de los calzoncillos del actual presidente del gobierno, un ZP demasiado asimilable a aquel Buster Keaton que, mientras permaneció mudo, fue apreciado por el público, pero que al llegar la voz al cine desapareció de éste.
Prueba evidente de cuanto afirmamos lo reflejaron ayer los editoriales y artículos de la prensa conservadora, que, como no podía ser menos, han sido profundamente críticos con el presidente del Gobierno, al que apuntan como responsable del fatal atentado sucedido el día anterior. Tanto ABC como El Mundo y La Razón se referían como núcleo central de sus escritos al presidente del Gobierno. Este protagonismo de Zapatero, por encima de los autores del atentado, refleja para los núcleos de opinión izquierdistas (como elplural.com) un paso más en la “estrategia de desgaste contra el Gobierno que los medios conservadores llevan ejerciendo desde que comenzara esta legislatura”. Resulta este comentario, cuando menos, infantil y poco edificante. Pues, ¿qué se creen estos que es la oposición?, y, si dan la vuelta al espejo, ¿qué hizo el PSOE frente a José María Aznar y el gobierno de éste?
Por favor, a ver si entienden todos qué es la democracia. La libertad de expresión es el más bello pespunte de un régimen democrático, en el que cada ciudadano tiene la posibilidad de manifestar su pensamiento sin que un gobierno le coarte sólo por opinar de un modo diferente al “lenguaje oficial”, que, comprado por el poder a menudo, en muchísimas ocasiones puede ser el equivocado en la defensa de esa verdad tergiversada. La mejor demostración de esto la observamos al ver cientos de comentarios en decenas de blogs, donde como demuestra el tiempo, la consunción de los hechos y la contumaz documentación casi nunca decanta la verdad en la bandeja de una parte solamente. Esta es la causa de que un porcentaje muy alto de politólogos nos situemos en una “montaña media” a la hora de juzgar el desarrollo de un asunto; desde esa elevación observamos la evolución de las personas en el valle y podemos juzgar con pragmatismo e independencia los argumentos de unos y de otros.
En el caso que nos ocupa, la izquierda mediática no para de sacar agua a toda prisa de esa barca que se les hunde de cara a las próximas elecciones, especialmente porque ZP, que algunos comienzan a nominar ya para “campeón mundial del columpio”, está demostrando a marchas aceleradas que es casi imposible hacer el ridículo de forma más estrepitosa y en menos tiempo”. Por mucho que le guarden las espaldas y la imagen, empiezan a salir ya apuntes que le señalan como ese nuevo rico, de pocas luces y formación débil, que quiere gozar cuanto antes de los bienes materiales, sin importarle a su transformada y ensoberbecida personalidad colocarse el traje más esperpéntico y ridículo, con tal de llamar la atención y vociferar: ¡aquí estoy yo! Simpleza y necedad que ayer denunciaron plumas de fama.
Así, José Antonio Zarzalejos, director del diario ABC, titulaba con el calificativo de “Desolador” su artículo dominical en la sección La Tercera. Zarzalejos afirmaba que “José Luis Rodríguez Zapatero se ha convertido (…) en un político temible, poseído de una soberbia cegadora e inabordable intelectualmente desde los más elementales argumentos de conservación de la integridad del sistema democrático”.
Antidemocrático
Tras estas durísimas críticas, Zarzalejos sugería una supuesta incompatibilidad del presidente con el sistema democrático: “Algo nuevo (…) se pudo extraer de la frialdad del jefe del Gobierno: la confirmación de que se trata de un político (…) sin la sintonía necesaria para ejercer el Gobierno con la fiabilidad habitual en un régimen democrático”
Irresponsabilidad
El editorial del diario El Mundo arremetía directamente contra la persona del presidente al titular su artículo como “¿Aprenderá alguna vez la lección este presidente irresponsable?”. El Mundo condenaba la supuesta incompetencia del presidente y del ministro de Interior y apelaba a la ciudadanía: “Cabe preguntarse en qué manos estamos cuando tanto el presidente como el ministro de Interior (…) han demostrado una ignorancia tan absoluta respecto a los planes de la banda” (…) Estamos ante un caso claro de irresponsabilidad política que los electores deberían castigar”.
¡Váyase, Sr. Zapatero!
Por su parte, en el diario La Razón sobresalía el artículo de Alfonso Ussía. Con el título de “Fuera, fuera, fuera” –un “¡Váyase!” actualizado- el columnista lanzaba un furibundo ataque contra el presidente: “El que pretendía convencer a la ETA de que matar, herir, explosionar bombas, secuestrar y chantajear son cosas muy feas y traviesas. (…) El que pretendía terminar con un partido de la oposición antes que acabar con una banda terrorista. (…) Usted ha apostado por la ETA y la ETA le ha respondido con la realidad. En una nación de segunda o de tercera sensibilidad democrática, su presidente, principal culpable de la atroz irresponsabilidad, ya habría dimitido. Hágalo ya, Zapatero. Fuera, fuera y fuera. Por incompetente, por manipulador, por mentiroso, por soberbio y, permítame que se lo escriba, por tonto. Fuera, elecciones libres, y que hable la ciudadanía”.
Desgaste
Estos artículos –opina eldigital.com, izquierdista él- conforman un conjunto de acusaciones, improperios y exigencias que sitúan en el día de hoy a Zapatero como el principal culpable de todo lo sucedido, así como, de paso, causante de todos los males de los que aqueja la nación. Una actitud que bien puede interpretarse como un paso más en la acción de desgaste del Gobierno que los medios conservadores –amén del principal partido de la oposición- llevan ejerciendo desde que el Partido Socialista comenzara esta legislatura.
Nuestros aires, mientras tanto, en la búsqueda del equilibrio razonable y del fundamento consecuente, están del lado de un compañero en la docencia politológica, el profesor Antonio Elorza, Catedrático de Pensamiento Político de la Universidad Complutense. Su artículo “El espejo roto”, publicado ayer en elcorreodigital.com, encierra las premisas que para esta situación mejor componen una opinión ajustada. Pasa ésta por sentir que para amigos y enemigos del Gobierno socialista debiera ser éste ante todo un triste final de año. Una cosa es el juicio que pueda formarse acerca de la gestión llevada a cabo por el presidente Zapatero desde la declaración de 'alto el fuego permanente' y otra la valoración de lo que representaban las expectativas de normalización política, que no de paz, en Euskadi y en el conjunto de España. “Muchos tuvimos la sensación”, afirma Elorza”, “de que tales esperanzas se asentaban mucho más en la debilidad estratégica de ETA, y en la eficacia del cerco policial trazado con la colaboración de Francia, que en el acierto de los negociadores gubernamentales. No ha sido así y resulta necesario reflexionar sobre ello, más allá del caso ETA”.
Hemos dicho en varios de nuestros artículos algo que ahora es confirmado por el profesor Elorza, es decir, que lo que resultaba difícilmente admisible era la ausencia del lado del Gobierno, no ya de explicaciones sobre la marcha de los contactos, sino del cuadro general de vías previstas desde La Moncloa para llegar al doble acuerdo, sobre la relación bilateral Gobierno-ETA y sobre la mesa de partidos. ETA y los suyos hablaban, eran la única parte visible del conflicto. Ocupaban en exclusiva el centro del escenario, con lo que esto supone en una democracia moderna. Del Gobierno podían apreciarse gestos de benevolencia, como el de Zapatero al afirmar que De Juana estaba «de acuerdo con el proceso» o las iniciativas del fiscal general, pero de ideas claras, ninguna. Se repetía en este sentido lo que había pasado en el curso de la negociación del Estatut. “Había que confiar en la reconocida capacidad de maniobra de Zapatero para prolongar el optimismo”, dice literalmente Elorza, al que como vemos le pierden sus dosis zapateristas, esas que hace muchos meses perdimos los analistas neutrales.
Así las cosas, las declaraciones del día 29 de Zapatero con el lenguaje del Día de San Valentín, 'hoy más que ayer y menos que mañana', no representan sólo la expresión de un 'ridículo', sino principalmente –en afirmación de Elorza- “de una política de información que, o bien pone de manifiesto una total ignorancia de cuanto está sucediendo en la relación con ETA, o, lo más probable, contempla su papel como un espejo destinado de repercutir imágenes falsas. Un espejo ahora roto”.
Situado ante él, ZP, con su imagen quebrada, tiene una ocasión, quizá la última ya –Zarzalejos fue taxativo ayer en sus argumentos de la tercera de ABC, duros pero muy bien elaborados, como suele hacer este periodista de alto standing-, para revisar de una vez por todas la forma de hacer política, y de presentar esa política. Elorza lo explica de manera despejada: "Ante problemas graves, el principio de que 'gracias a mí todo va mejor en el mejor de los mundos' sólo sirve para agravarlos. ZP debió anunciar que 'la paz' no iba a ser aceptada por ETA si él mantenía la legalidad constitucional en la negociación, con las consecuencias previsibles, poniendo en guardia a la opinión pública. Cuando las cosas son tan claras, las maniobras no sirven. Lo mismo sucedió con el Estatut, cuyos efectos disgregadores, Galicia incluida, apenas han empezado a sentirse".
Aires de La Parra
Últimos comentarios