A Zapatero le caen chuzos de punta por momentos. No acaba de quitarse una lanza del cuerpo y ya tiene clavadas dos. Esto demuestra que ha dilapidado el alto grado de confianza que los ciudadanos habían depositado en él cuando ganó las elecciones generales del 14 de marzo de 2004. Casi tres años después, la mayoría de los españoles no cree que el líder socialista sea capaz de hacer frente a los principales problemas del país. Así se desprende del barómetro correspondiente al mes de diciembre que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) entregó ayer en el Congreso de los Diputados.
Esta encuesta es devastadora para el Gobierno socialista y para su presidente. La mayor parte de los ciudadanos opina que el paro, la inseguridad ciudadana, el terrorismo, las drogas, el medio ambiente, la vivienda y la inmigración -los principales problemas del país- empeorarán a lo largo del año 2007. Sólo se salvan la asistencia sanitaria y la educación. Pero hay que tener en cuenta que la capacidad de gestión del Ejecutivo de Zapatero en esas dos materias es mínima, ya que las competencias están transferidas a las Comunidades autónomas.
El mayor pesimismo de los ciudadanos se centra en la inmigración. Casi dos de cada tres encuestados creen que ese problema irá a peor en 2007, el 20,2 por ciento opina que seguirá igual y sólo uno de cada diez confía en que la situación mejorará. Además, el 84 por ciento de los encuestados vaticina que el número de inmigrantes habrá aumentado dentro de cinco años.
Después de la llegada de extranjeros, los problemas que irán a peor en 2007 son el consumo de drogas (un 54 por ciento lo cree así), la vivienda (52), la inseguridad ciudadana (51), el medio ambiente (49), el terrorismo (37) y el desempleo (35).
Capítulo especial en el barómetro merece la lucha antiterrorista. El CIS constata en su encuesta que los ciudadanos ya se mostraban escépticos sobre el fin de ETA antes, incluso, del atentado en el aeropuerto de Barajas. El sondeo -realizado entre el 13 y 21 de diciembre de 2006 (es decir, el trabajo de campo se terminó nueve días antes de la acción criminal en la T-4)- deja claro que, en los últimos meses del «alto el fuego permanente» de ETA, los españoles ya percibían que la situación no era del todo favorable y que el «principio del fin» de la banda terrorista no estaba tan cerca como se proclamaba desde el Gobierno.
El pasado noviembre, después de un par de meses con porcentajes que no superaban el 20 por ciento de las respuestas, el terrorismo volvía al podium de los tres problemas que más preocupaban a los españoles. Con el robo de las pistolas y la «kale borroka», ETA era mencionada por el 25,4 por ciento de los españoles. En diciembre, el terrorismo volvió al cuarto puesto de las preocupaciones de los españoles. Sin embargo, la caída no responde, en absoluto, a una menor preocupación por el terrorismo -pues el porcentaje de respuestas aumentó casi dos puntos respecto a noviembre y se situó en el 27,1 por ciento-, sino por un incremento del malestar por la situación de la vivienda de cinco puntos (29,8).
El repunte del terrorismo en la lista de los problemas que más preocupan a los españoles no es sólo el único dato que demuestra que los ciudadanos ya eran escépticos antes del atentado en la T-4. En el barómetro se incluyen también una serie de preguntas sobre las perspectivas de futuro de los españoles. En concreto, se pide una previsión sobre la evolución de algunos de los problemas que sufre España y cuáles deberían ser los principales objetivos de la sociedad en los próximos años.
Así, a finales de diciembre, ya un 37,2 por ciento de los españoles creía que el problema del terrorismo iba a empeorar en 2007, frente al 25,9 que creía que mejoraría y el 27,7 que opinaba que iba a seguir igual. Además, la prioridad número uno de los españoles para los próximos años es la lucha contra el terrorismo, citada por el 38 por ciento de los encuestados, un porcentaje muy alejado del siguiente problema a solucionar (el paro, con un 29,7 de las respuestas).
El barómetro recoge también la opinión sobre la situación política y económica del país. El 16,9 por ciento piensa que el actual escenario político es bueno o muy bueno (15,6 en el sondeo de noviembre), aunque casi el doble (32,8 por ciento) piensa que es mala o muy mala (35,8 el mes anterior). El mayor porcentaje corresponde a los que creen que es regular (47,5 por ciento).
A la pregunta de cómo será la situación política dentro de un año, la mitad (49,7 por ciento) cree que será igual; el 19,4, peor y el 13,3 pronostica que mejorará. De todos ellos, una mayoría (30%) se declaran de centro o centro-derecha, con un aumento de medio punto con respecto al barómetro anterior. Los de centro izquierda se quedan en el 28 por ciento.
Respecto a la situación económica, los datos son casi idénticos a los del mes anterior. Uno de cada cuatro españoles (25,6 por ciento) piensa que es buena o muy buena, porcentaje similar al de los que la ven de manera negativa (25,4), y el 47,5 la califica de regular.
Vemos en todos estos datos que la ciudadanía concede una gran importancia a los asuntos públicos, toda vez que paulatinamente es más consciente de que la maquinaria funciona a base de los impuestos directos e indirectos que satisface a las arcas públicas, según se refleja en las encuestas del CIS; pero el interés desciende bruscamente y a pasos agigantados cuando el ciudadano constata una serie de aspectos a los que es tremendamente sensible: una gestión indolente de los compromisos adquiridos, un comportamiento no menos indolente por parte de la oposición, las peleas internas en los partidos, la corrupción o la sospecha de tal, y la dedicación de los debates políticos importantes a cuestiones alejadas de los intereses inmediatos y menos cercanas a sus deseos.
Zapatero prometió acercar la política a los intereses de los ciudadanos. Es cierto que buena parte de su acción de gobierno ha tenido y está teniendo una importante carga social, desde la ampliación del abanico de derechos ciudadanos hasta la incorporación de nuevas prestaciones sociales como la ley de Dependencia. Con todo, esta legislatura, según demuestra el comentado barómetro del CIS, no será recordada por esa impronta. Este blog, que hoy mismo se abre a alumnos de un nuevo ciclo en la Escuela Universitaria de Trabajo Social de Cuenca, viene denotando que los asuntos candentes han girado alrededor del Estatut catalán, las manifestaciones de la derecha, incluidos los obispos, las dudas que genera el tratamiento político y social de la inmigración, o la repulsiva reyerta desatada en torno al terrorismo. El pasado día 26 se hicieron públicos otros datos significativos, los de la Encuesta de Población Activa, que, sin embargo, refleja cifras hasta ahora desconocidas: 20 millones de personas trabajando, un desempleo del 8,3% -con zonas en España con pleno empleo o muy cerca de él- y un ritmo de creación de empleo verdaderamente notable. Son datos que reflejan, a pesar de las sombras de la tasa de temporalidad, la realidad impulsora de una sociedad. Pero, frente al carro del que tira Solbes, no se debate sobre él, si no es con el fin de mejorarlo y sostenerlo. Esto evidencia la mala política de comunicación del Gobierno de ZP, al ocupar las ventanas de la información los chuzos del Gobierno y esto la gente de la calle sí lo percibe. Cosa normal, de otra parte, como consecuencia de la política “frentepopular” (anti PP) desatada por el PSOE. O cambian sus pasos, hacia consensos de política menos enfrentada, o el batacazo electoral puede ser histórico. El tiempo.
Aires de La Parra
Últimos comentarios