Nuestros aires quieren ofrecer a todos los miles de amigos sus mejores deseos, para que esta Navidad sea tan especial como los momentos que hemos pasado juntos. La Navidad, incluso para aquellas personas que no disfrutan de ella, a menudo más por toda la parafernalia que la rodea que por el acontecimiento en si, es la mejor medicina para hacer crecer la solidaridad, la paz y la amistad. Por esto, al leer cosas como los deseos de navidad de Helvia María Cesario, que un atento amigo conquense nos ha hecho llegar, nos ha sucedido lo mismo que a otros muchos en todos estos años: los ojos llegan a hacernos chiribitas como cuando esos niños y niñas de bondad esbozan una sonrisa, sin olvidarse de lo bien que les deja por dentro. Desde que conocimos este árbol de la amistad, todo su mensaje, en verdad, nos recuerda que, aunque todos los días del año deberíamos pasarlo con el mismo espíritu de amor, paz y confraternidad, es especialmente la Navidad cuando cobra el verdadero sentir de cariño, concordia y alianza. Para muchos que están distanciados, que tienen broncas entre amigos, es oportuno esta fecha para reconciliarles y aprender a pedir perdón. Especialmente se lo recordamos ahora mismo a ETA y a su violencia, al Gobierno español y a su oposición, porque no creemos que en estas fechas nadie se niegue a perdonar. Felicidades, por tanto, transmitimos con este mensaje de amistad, y a todos les deseamos una feliz e inolvidable Navidad, así como un próspero Año 2007, en el que se ponga fin a las utopías de autodeterminación de unos bandoleros de la violencia, que, en su terror, no saben vivir la constante felicidad de la paz y la convivencia agradablemente satisfecha; por encima de cualquier ideología política, por supuesto.
Deseos de navidad
Quisiera
Armar en estos
días
Un árbol dentro de mi
Corazón
Y colgar en lugar de regalos
Los nombres
De todos mis amigos. Los de cerca
Y los de lejos. Los de siempre y los de
Ahora.
Los que veo cada día, y los que raramente
Encuentro,
Los de siempre recordados, y los que a veces se me
Olvidan
Los constantes y los inconstantes. Los de las horas
Difíciles, y los de las horas alegres. A los que sin querer
Herí, sin querer me hirieron. Aquellos a quienes conozco
Profundamente, y aquellos a quienes conozco apenas por sus
Apariencias.
Los que me deben, y a quienes debo mucho. Mis amigos humildes
Y mis amigos importantes. Los nombro a todos y a los que pasaron
Por mi vida.
Un árbol de raíces profundas para que sus nombres nunca sean arrancados
De mi corazón, y que al florecer el año próximo traiga esperanza, amor y paz,
Y en la Navidad, Señor, nos podamos encontrar para compartir uvas de
Esperanza
Poniendo un poco
De felicidad en aquellos
Que todo lo han perdido
Enviado por Helvia María Cesario. (20/12/2002) |
(http://webalia.com/EP/pensar/circulando/a2191.html)
Aires de La Parra
Últimos comentarios