Directa y personalmente se nos ha preguntado: “Oye, Juan Andrés, tú mucho criticar, ¿pero qué alternativas tienes al POM de Cuenca”. A lo que siempre hemos respondido que una: la redacción urgente y la implementación inmediata de un Plan de Innovación y Modernización de Cuenca. Claro que para esto es precisa una auténtica revolución de sistema y de personas, porque el noventa por ciento de los políticos que ocupan los sillones de mando cedidos por el PSOE en este espacio geográfico no valen para esa acción, y, paralelamente, se necesita un cambio radical en la política de recursos humanos desarrollada por esa fuerza política –en la que se prima el enchufismo y la boca callada- hasta el momento.
Este plan debe sustituir a los añejos, pretéritos e inmovilistas “programas de desarrollo”, que tal vez valgan –sin duda, son necesarios en esos lugares- en los países que se encuentran en esa(s) fase(s) de evolución económica, pero que son ineficaces e insuficientes dentro de las coordenadas más avanzadas de la Unión Europea, cuando ahora mismo donde hay que estar es en la nueva Sociedad de la Información y del Conocimiento. Es la diferencia principal que vemos entre las actividades de los políticos de Cuenca y los de Valencia, Madrid, Bilbao, Barcelona o Sevilla, e incluso de Tomelloso, Miguelturra y de Alcázar de San Juan, entre muchos otros. Sí, los conquenses van con el pie cambiado e incluso a trompicones, sin haber entendido aún los componentes y paradigmas de la innovación como factor clave de progreso.
Con esto queremos decir que el reto principal de nuestra tierra está en protagonizar entre todos –sin que haya buenos ni malos, sin prejuicios ideológicos, sin atavismos partidos por rencores o envidias- ese proyecto transformador, que gira indefectiblemente alrededor del concepto de innovación. Por eso no nos cansamos de decir que los cenzanos, carricondos, muelas, guijarros y similares no valen para esto, y la mejor prueba son sus movimientos administrativos, el conjunto de su rayado y repetitivo discurso político, así como sus deslavazados proyectos económicos y sociales, muy pasados de onda casi todos, sobre todo en la metodología de ejecución.
Para comenzar, el Ayuntamiento –y así lo proponemos, de cara a las próximas elecciones municipales, a la opción ganadora- debe crear una concejalía nueva, denominada de Innovación, Ciencia y Empresa, dispuesta de un modo principal para plasmar el plan indicado. Éste, con políticas y estrategias precisas, debe orientar y planificar las acciones que se acometerán para dicha transformación, todas más incardinadas y mejor estructuradas que las de ese POM ladeado y torcido, sin vislumbrarse en él todo el cúmulo de las necesidades directas demandadas por la ciudadanía.
Como suelen decir la mayoría de esos documentos, tampoco el nuestro puede pasar por alto qué núcleo central del documento tiene que dibujar una Cuenca de futuro, esa que anhelamos y aguardamos, configurando un escenario donde la sociedad conquense incorpore sin miedos ni pausas la Innovación y el Conocimiento como pautas de su modelo sostenible de desarrollo económico y social, mediante una eficaz aplicación, uso y desarrollo de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, en el marco de la nueva economía y la sociedad global.
Las reglas y las prácticas que determinaban el éxito en la economía industrial del siglo XX tienen ahora la necesidad de redefinirse en un mundo interconectado, donde los conocimientos técnicos adquieren cada vez mayor relevancia. Luego es evidente que la Innovación y las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones configuran una nueva economía:
> Basada en la información, en la que la productividad y la competitividad dependen de la capacidad para generar, procesar y aplicar con eficacia el conocimiento.
> Global, en el que la producción, el consumo y la circulación de bienes y servicios, están organizados a escala global, bien de forma directa o bien mediante una red de vínculos entre los agentes económicos. Esta estructura globalizada e interdependiente se basa en la asignación eficiente de los recursos a través del mecanismo del mercado y los continuos avances tecnológicos.
> Conectada en red, ya que en las nuevas condiciones históricas, la productividad se genera y la competencia se desarrolla en una red global de interacción entre redes empresariales y sociales.
Las tecnologías de proceso y producto se están convirtiendo en directa e inmediatamente transferibles a través de las redes de telecomunicación globales, ampliando considerablemente el número de los proveedores potenciales de mercancías, de servicios y conocimiento en el mercado global. Estos progresos, reducen significativamente la noción de la distancia geográfica y acortan substancialmente el tiempo de reacción necesario para establecer relaciones entre los usuarios y los proveedores.
Así, la difusión de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones ha permitido un acceso a las mismas a gran escala, dando lugar a un contexto social y económico caracterizado por:
► Una transformación en la estructura de los mercados.
► Cambios en la organización de la producción.
► Rendimientos crecientes a través de la innovación y el desarrollo de tecnología, que convierten en insuficientes e incluso inadecuadas las estrategias de reducción de costes para incrementar la productividad y el crecimiento.
► El desplazamiento de la función de producción hacia unos mejores resultados económicos-financieros y una mayor productividad del factor trabajo.
► Nuevas formas de relación entre las empresas y entre éstas y los consumidores.
► La reducción de los costes de transacción y de intermediación.
De todo lo expuesto, se puede concluir que la nueva economía potencia, como factores esenciales del crecimiento y desarrollo económico, la Innovación y el Capital Humano. Cobra, en este nuevo escenario, una importancia capital la creación de los clusters próximos a los centros del conocimiento. Por ejemplo, las universidades y los centros de investigación, que alcanzan una excelencia mundial en tecno-parques o elementos similares. Los clusters, o agrupación inteligente de recursos en áreas geográficas definidas o en ámbitos de colaboración, también se refieren a la transformación de las actividades tradicionales. No se trata sólo de mecanismos de innovación referidos a empresas de base tecnológica en sentido estricto, sino de la generación de valor mediante la conjunción de actividades sinérgicas.
Pues bien, hasta ahora solo IXC –y no queremos defender aquí de modo explícito el discurso de esta formación política, pues nada ni nadie nos liga a ella, y lo mismo que aprobamos sus iniciativas de carácter positivo criticamos las que no vemos como tales- viene pergeñando una estrategia encarada en la dirección que hemos esquematizado. En esta filosofía de governanza transversal, de la que hemos hablado en varias ocasiones, se insertan los paradigmas, que conforman el marco ideológico y técnico que da sentido al proceso de transformación e innovación de Cuenca. Es necesario abordarlos, como ya hemos indicado, desde una perspectiva abierta que garantice una revisión constante de los mismos en función de los cambios del entorno y con las oportunidades de futuro para nuestra capital y provincia. Los programas electorales no han de pasar de largo ante ellos en la nueva oferta de captación de voto para la próxima legislatura:
- Un modelo económico y social sostenible basado en la generación de bienestar social, el respeto al medio ambiente y la igualdad de oportunidades.
- La cultura tecnológica: elemento transformador de la sociedad y la economía conquense.
- Cuenca: una red de creatividad y conocimiento compartido en la red de conocimiento global.
- El capital humano de la sociedad conquense: motor de la Innovación.
- Cuenca, una sociedad intercultural cohesionada desde la equidad y el equilibrio territorial.
- Alianzas y sinergias, cooperación y competencia: comportamientos sociales y actitudes personales necesarias para el cambio.
Como afirman la mayoría de los planes del tipo que acabamos de enunciar, la Innovación implica un proceso de colaboración y cooperación entre instituciones y agentes. Esto comporta, frente al carácter de “ameba” inmovilista que la rutina histórica ha impuesto en ciertos rasgos étnicos de la población conquense, un cambio radical de dichos genes sociales, dispuestos positivamente a partir de ese documento para avanzar fomentando el desarrollo endógeno y el intercambio de las habilidades y conocimientos locales, desarrollando un marco de relaciones basado en las alianzas empresariales y organizacionales que provoque sinergias. La clave de este proceso descansa en la visión estratégica de la cooperación basada en la confianza, el entendimiento y el establecimiento de metas comunes desde la competición y establecida por la igualdad de intereses.
Aires de La Parra
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