Ayer mismo el PSOE recordó a ETA que la paz «no tendrá precio político», en respuesta al último comunicado de la banda, que para el PP demuestra que el Gobierno se ha equivocado en su estrategia de diálogo y debe retomar el «combate firme» contra el terrorismo. El gobierno de Vitoria, que hizo una llamada a la «calma y la sensatez», aseguró que ETA «no tiene ningún derecho a frustrar las esperanzas» del pueblo vasco y coincidió con los socialistas en que la política es competencia de los representantes elegidos democráticamente por los ciudadanos.
En su comunicado, publicado igualmente ayer por el diario Gara, ETA responsabilizó al PSOE y al PNV de la «situación de crisis evidente» del proceso abierto tras el alto el fuego, y amenazó con que «responderá» si «continúan los ataques contra Euskal Herria».
Batasuna, en una nota de prensa, aseguró que la «preocupación» por el desarrollo del proceso expresada por ETA es compartida no sólo por la izquierda abertzale sino también por la sociedad vasca, y pidió a los partidos una «profunda reflexión».
Fuentes de la Presidencia del Gobierno consultadas por Efe rechazaron pronunciarse sobre el comunicado de ETA, el quinto que hace público desde su anuncio de un «alto el fuego permanente» el pasado 22 de marzo. El PSOE, mediante su secretario de Política Autonómica, Alfonso Perales, recordó a ETA que la paz «no tiene ni tendrá precio político alguno» y que «quien quiera participar en ella ya sabe lo que tiene que hacer: cumplir las reglas».
Perales aseguró que existe una «firme voluntad» del Gobierno en trabajar para que el proceso concluya en éxito, y subrayó que «estas ansias de paz están muy por encima de cualquier comunicado» de ETA. El PSE-EE respondió con su propio comunicado asegurando que «la democracia nunca va a ceder a ningún tipo de chantaje o imposición»; el alcalde de San Sebastián, el socialista Odón Elorza, apuntó que pese al pronunciamiento de ETA «el proceso está vivo y seguirá adelante».
Batasuna, en su respuesta, insistió en que la sociedad observa con «esperanza» la posibilidad de lograr «soluciones» para el conflicto y sostiene que hay «oportunidades históricas» para que el proceso dé «notables avances», pero «el PSOE sigue atacando y condicionando la actividad política de la izquierda abertzale», poniendo «permanentemente obstáculos a las soluciones», sostiene.
El secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, afirmó que el mensaje de ETA demuestra que el Gobierno «se ha equivocado radicalmente» en su «estrategia de diálogo» y le emplazó a retomar el «combate firme» como único camino para acabar con la banda terrorista. Elorriaga aseguró a Efe que Zapatero «ya debería saber desde hace tiempo» que ETA «sólo tiene un lenguaje, que es el de la coacción y el chantaje», y subrayó que el comunicado de hoy es «un chantaje más» que «no debería sorprender a nadie».
El dirigente del PP acusó a los socialistas de haber «dado alas» a ETA y haber permitido que los terroristas y «sus representantes políticos de Batasuna» adquieran «un protagonismo y una relevancia en la vida política española que habían perdido hace unos años». La presidenta del PP en Euskadi, María San Gil, opinó que ETA trata de «imponer con el terror y el miedo» el «nudo gordiano» de sus exigencias, que es el «inasumible» derecho de autodeterminación.
El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, exigió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una entrevista concedida a Europa Press, que 'explique, con la máxima urgencia' qué es lo que 'ha acordado con ETA' y si tiene compromisos con la banda.
El dirigente del PP fue especialmente crítico con el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, de quien dijo que en numerosas ocasiones, en vez de defender los intereses de los españoles, defiende a Batasuna y además, no descartó volver a convocar a los españoles a la movilización 'si el Gobierno va en la mala dirección' para acabar con ETA.
Además, aseguró tener 'sospechas fundadas' de que el PSOE prepara una inmoralidad atroz contra los intereses de los navarros, como sería una coalición post electoral con aquellos partidos que quieren que Navarra deje de ser Navarra.
Rajoy considera que el comunicado de ETA de este viernes es un 'nuevo chantaje' de la banda terrorista al conjunto de la sociedad española. 'Una nueva muestra de que ETA sigue haciendo lo que ha hecho siempre: chantajear, amedrentar y coaccionar a los españoles', aseguró el dirigente popular, quien reiteró que 'ETA quiere, una vez más, imponer sus condiciones a través del chantaje'.
Igualmente, el presidente del PP señaló que 'cada vez que ETA-Batasuna habla, los españoles tenemos más dudas sobre las actuaciones del presidente del Gobierno'. Por ello, considera 'imprescindible' que Rodríguez Zapatero 'explique, con la máxima urgencia, a los españoles qué ha acordado con ETA y si tiene compromisos con los terroristas'.
En su opinión, el Gobierno 'debe dejar claro que no aceptará el chantaje de la banda terrorista y debe recuperar la política de firmeza democrática en la lucha contra ETA recogida en el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo'. 'La única garantía del fin del terrorismo es la desaparición de la banda', apostilló.
Preguntado por la posibilidad de que el PP vuelva a apoyar o convocar manifestaciones en contra de la política del Gobierno, Rajoy recordó que el derecho de manifestación es 'constitucional' y que cada uno puede ejercerlo cuando lo estime oportuno, cumpliendo la ley. 'Nosotros hemos apoyado algunas manifestaciones, según las circunstancias, --aseguró-- y no excluyó en absoluto la posibilidad, si el Gobierno da pasos en la mala dirección en esta materia, de volver a convocar a los españoles'.
Rajoy se ratificó en la posición expresada semanas atrás: 'El Gobierno debe exigir a ETA que anuncie que se disuelve como organización terrorista y que deja definitivamente las armas'. A su juicio, quien debe moverse es el terrorista y hasta que eso no se produzca no es partidario de que se legalice Batasuna o se abran mesas. 'Pienso que esa postura es la que siente como propia una gran mayoría de españoles', añadió.
El líder del PP recordó que ya el 28 de marzo, en la Moncloa, le dijo al presidente del Gobierno que era un enorme error darle nada a ETA si no dejaba las armas. 'Y le dije que no podía haber negociación política, ni legalización de Batasuna, que había que apoyar a las víctimas y que el estado de Derecho debe seguir funcionando. Si es para derrotar a ETA y para que ETA deje las armas, apoyaré a Zapatero; si no, no lo haré'.
Al ser preguntado por quién cree que dice la verdad, si Batasuna o el Gobierno, Rajoy dijo que pueden mentir los dos, ninguno o uno. 'Aquí lo importante es acabar con el terrorismo y que los españoles recuperen la libertad. Mi preocupación mayor es que el chantaje al que ETA somete al Gobierno sea aceptado en todo o en parte por el Gobierno', enfatizó.
El Ejecutivo de Zapatero, por su parte, interpreta la advertencia etarra como una expresión del malestar de la banda por la lentitud en el flanco político, pero no como el anuncio de una vuelta a las armas. Como el Gobierno "no comenta nunca" los comunicados de ETA, por esto tampoco reaccionó ayer al análisis que hace la banda de la situación del proceso, que considera bloqueado y culpa de ello al PSOE y al PNV. Pero fuentes gubernamentales no dan gran trascendencia al comunicado, pese a la dureza de su contenido, ya que están convencidos de que no supone el final del proceso ni un anuncio de vuelta a las armas por parte de la banda terrorista. En la Moncloa interpretan que se trata más de una forma de expresar el descontento etarra porque no se haya avanzado en la mesa de partidos que reclaman. Es decir, lo ven como una expresión del enfado de la banda terrorista, manifestado ya por el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, el jueves.
Sin embargo, el comunicado ha sorprendido al Ejecutivo, que no esperaba una comunicación de ETA en estos momentos de inicio del diálogo, y menos en términos tan duros y amenazantes, por lo que también otorga al comunicado una dimensión de consumo interno, en un momento en el que se extiende la sensación de que Batasuna no ha logrado nada y sigue sin tener ninguno de los derechos de los partidos legales.
El Gobierno, según las mismas fuentes, seguirá adelante con su determinación de hacer todos los esfuerzos necesarios para lograr la paz, en los términos que anunció en el Parlamento el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y manteniendo los principios aprobados por el Congreso en la resolución suscrita por todos los partidos menos por el PP tras del debate del estado de la nación del 2005, casi un año antes de que ETA hiciera público el alto el fuego permanente que dio paso al actual proceso de diálogo.
Con todo, y en resumen, hay muchos que empiezan a ver un callejón sin salida, porque el “segundo aviso” etarra hace perder al Gobierno todo argumento político para defender la legitimidad del proceso de negociación con los terroristas. ETA maltrata al Ejecutivo socialista y al PSOE a sus anchas porque se siente superior políticamente y capaz de imponer un chantaje eficaz. Quizá se deba a esos cuatro años de «conversaciones secretas» que los socialistas vascos mantuvieron con Batasuna, mientras el Gobierno del PP se esforzaba en ganar definitivamente la lucha antiterrorista. De forma resumida, los terroristas advierten al Gobierno de que volverán a las armas si el proceso no avanza, de que la solución está en reconocer sus objetivos tradicionales de soberanía, autodeterminación, amnistía y Navarra y de que tiene que cumplir los «compromisos de alto el fuego» adquiridos.
En esta coyuntura esos analistas ven ya el proceso en crisis. Básicamente porque el presidente del Gobierno anunció en el mes de junio el inicio del diálogo con ETA, obsequiada con el compromiso de que respetará la libre decisión de los vascos, un plagio notorio de la literatura etarra. En este orden de cosas se tiene previsto que el ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, comparezca durante el mes de septiembre para informar de los primeros resultados de la negociación con la banda. Pese a ello, el Gobierno, que a priori siempre iba a decir la verdad, no sólo guarda silencio ante el último comunicado etarra, sino que ha quedado en evidencia por haber diseñado esta fallida estrategia negociadora sobre el engaño a todos y en todo momento. Negó que el PSOE hubiera negociado con Batasuna en los años de plomo anteriores y posteriores a su ilegalización. Negó contactos previos con ETA para pactar la declaración de la tregua. Negó compromisos adquiridos para responder al alto el fuego unilateral de los terroristas. Y, al fin y a la postre, todo lo que ha negado, al final, se ha revelado cierto o, en el mejor de los casos, muy probable. Pero el problema del Gobierno empieza a ver que no sólo el PP y los ciudadanos pueden sentirse engañados, sino que también ETA se siente así. Los terroristas se lo han advertido en más de una ocasión: ellos no son como ERC ni van a aceptar apaños como el del Estatuto catalán. Es decir, no han dado la tregua para que Zapatero salga victorioso, sino para vencer ellos. Así estamos y con el “sonrisas” podemos esperar de todo, menos una solución inteligente y adaptada a los intereses esenciales de España. Ya sabemos que desde Fernando VII, nunca habíamos tenido a alguien más desorientado que ZP.
Aires de La Parra
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