En efecto, la noticia y la opinión que transcriben a continuación nuestros aires son un ejemplo sentencioso de lo que España no debe ser. Ante las marcas de la Historia y la capacidad de la sabiduría hay que decir a nuestros políticos –insistimos, a todos- que sean más consecuentes con sus actos y con sus palabras. “Las dos Españas” son la mejor cancha para que luego los españoles se den de hostias. Frente a lo que empieza a ser una colina que, por efectos de la erosión social, puede ir formando una cordillera difícil de transitar, visto que ni el Parlamento español (fundamentalmente el Congreso) ni los partidos políticos (perdidos en sus asechanzas de animadversión “frente al contrario”) están demostrando la perspectiva suficiente que evite esos males mayores que a marchas forzadas están propagando, los Aires de La Parra proponen la celebración en Madrid de un Encuentro de la Estabilidad y el Futuro Democrático, del que pueda salir un Gran Pacto Político Español de 2006. De éste no debe ser excluido NADIE. Ahí deben estar desde la extrema izquierda a la extrema derecha, bajo la condición simple del respeto total a las ideas del contrario; y con la metodología de debate guiada por la crítica de la razón y el destierro de la violencia. El encuentro, del que formaría parte un Comité de Honor presidido por el Jefe del Estado, sería co-dirigido por una Mesa para el Debate, compuesta por unos diez miembros –para que pueda ser efectiva, eficiente y eficaz-, que podría estar presidida por el Defensor del Pueblo, y, una vez engalanada con el visto bueno de los presidentes de todos los partidos políticos con representación en todas las Cámaras o Parlamentos autonómicos, redactar un breve protocolo para la organización del evento. Un acontecimiento que, sin dudas ni temores por ninguna parte, reinsertara a ETA en el marco político eusko-español (re-escribiendo el Pacto de Estella), y curara las llagas del Estatut a base de una mejor comprensión catalán-hispana (transformando el Pacto del Tinell, acabando con la aberración esa de la marginación del PP), etcétera.
La propuesta no es ninguna broma, ni constituye ninguna entelequia, es más bien un posicionamiento alarmante, como nos basta con leer hoy mismo las dos siguientes direcciones de Internet: http://www.abc.es/20060614/nacional-politica/acebes-tambien-salio- ayer_200606140331.html, y http://www.minutodigital.com/opinion/basagoiti9.htm. Denotan las mismas un sustrato cada vez más elevado de incomprensión, que sólo podría acabarse con una “solidificación” del la cultura de Estado, que está muy diluida en estos instantes. No vamos a entrar en los orígenes ni en las causas de esta disolución, lo importante es cortar en seco con esos males potenciales que nuestra avanzada sociedad puede infringirse; y a la hora de evitarlos, mejor bajo fórmulas escandinavas que iraquíes.
Aires de La Parra
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Socialistas y nacionalistas justifican la campaña de exclusión y ataques al PP
MARÍA JESÚS CAÑIZARES. MATARÓ.
Los abucheos, boicots e incluso intentos de agresión contra dirigentes del PP no sólo han marcado la recta final de la campaña del referéndum del Estatuto, sino que han agudizado el enfrentamiento entre socialistas y populares. Ayer, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, condenaban sin paliativos los insultos y abucheos que ha sufrido el líder del PP, Mariano Rajoy, en sus últimas visitas a Cataluña, pero su contundencia contrastaba con la tibieza de todos los partidos catalanes que, si bien lamentaron los incidentes, lo hicieron con matices.
«Rechazo cualquier tipo de violencia y de agresión. En política, la forma de relacionarse es desde el respeto, la crítica sana y razonable y no desde la descalificación», subrayó desde Estrasburgo María Teresa Fernández de la Vega. «Estos hechos son francamente desagradables y Rajoy no se lo merece», apostilló Pasqual Maragall desde Barcelona. Las cúpulas de CiU, PSC y ERC, en cambio, llegaron a insinuar que los «ataques» contra Rajoy responden a una «provocación previa» por parte del PP.
Insultos de independentistas
Lejos de ser un hecho aislado, el incidente ocurrido el lunes en Granollers (Barcelona), forma parte de «un plan diseñado contra el PP para excluirle de la vida política y pública, el cual «no tiene precedentes en la historia de la democracia española». Así valoró ayer el secretario general del PP, Ángel Acebes, los altercados que tuvieron lugar durante el mitin al que asistió Mariano Rajoy, quien tras ser abucheado e insultado por radicales independentistas, tuvo que ser protegido por los Mossos d´Esquadra. Hechos similares se produjeron el pasado sábado en L´Hospitalet de Llobregat.
Ayer, la víctima fue el propio Acebes, insultado en un acto del PP celebrado en Mataró, localidad en la que protagonizó un mítin que, por motivos de seguridad, se celebró en un lugar diferente al previsto inicialmente. A este local se desplazaron varias unidades de los Mossos para prevenir nuevos altercados, ya que un grupo de independentistas portadores de «esteladas» acudió al hotel donde se celebraba el acto para esperar la llegada de la comitiva popular. Fue a la salida, cuando los alborotadores abuchearon e insultaron al secretario general del PP, que tuvo que salir protegido por la policía autonómica. Los radicales profirieron gritos del tipo «fachas, fascistas, vosotros sois los terroristas». Acebes aseguró que los responsables de estas agresiones «no son grupúsculos aislados. Se ha diseñado un plan para excluir al PP de la vida política y pública. Cuando se siembran vientos, se recogen tempestades. Ha habido panfletos y eslóganes del PSC contra nosotros que han multiplicado la agresividad y el descontrol».
El origen, en el Pacto del Tinell
El dirigente popular sitúa ese «acoso» en el Pacto del Tinell que firmaron PSC, ERC e ICV y que permitió a Pasqual Maragall gobernar Cataluña. En ese pacto, recordó Acebes, se excluyó «por escrito» al PP de cualquier posible pacto en el Parlamento catalán. «Eso es tremendo. Ningún Gobierno español, ni el de UCD, ni el de Felipe González había provocado un enfrentamiento similar. Hasta que llegó Zapatero». Insistió en que en este tipo de altercados hay una constante: «Los agresores siempre son los mismos y los agredidos, también». En su opinión, «lo más grave no son las agresiones, sino la complacencia de personas como Montilla o José Blanco con esta forma de degradación de la convivencia».
Una consecuencia de esa ausencia de libertad es, a juicio de Acebes, el nuevo Estatuto, que refleja «el tradicional radicalismo de la izquierda». «Hemos sido testigos de cargo de las fechorías que se han cometido con este Estatuto intervencionista», sentenció.
El ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, expresó su «repulsa» por los incidentes, que calificó de «no democráticos». «Aunque tampoco lo son -apostilló- las actitudes provocadoras del PP». En el transcurso de un mitin en Granollers, Montilla pidió que se deje al PP con su «bronca y su ruido. Nosotros no tenemos que caer en su provocación».
«Hostilidad» hacia Cataluña
El presidente de CiU, Artur Mas, exigió a socialistas y populares que pongan fin «a la bronca» desatada a raíz de estos incidentes, y llamó a los catalanes a responder con un «sí masivo» en las urnas a las «provocaciones» del PP. En su opinión, la respuesta más contundente, «la que le hará más daño políticamente al PP», será que el próximo domingo «haya los menos «noes» posibles al Estatuto».
El número dos de la federación nacionalista, Josep Duran Lleida, condenó los altercados «porque pretendieron limitar la libertad de expresión de Rajoy», aunque añadió que el líder del PP «ha podido comprobar los errores de su política y debe sacar conclusiones de las estrategias que han alentado» dirigentes de su formación. En referencia a los abucheos que recibió Rajoy el pasado sábado en un mercado de L´Hospitalet, Duran señaló que «la gente tiene derecho» a expresar su rechazo «si un dirigente político entra en un mercado», siempre y cuando «no se traspase esa frontera». El dirigente socialcristiano sostuvo que «el PP también ha hecho cosas y quien siembra vientos, recoge tempestades».
Argumentos similares utilizó el secretario general de ERC, Joan Puigcercós, quien lamentó los abucheos y boicots contra el PP, no sin antes subrayar que «ha sido este partido el que ha creado un clima previo de crispación y de hostilidad hacia Cataluña». «Esto es triste -recalcó-, pero ¿qué pasaría si Carod-Rovira se paseara por un mercado de Madrid?, porque en Salamanca fue insultado y recibió amenazas de muerte». El también diputado republicano Joan Tardà sentenció que al PP «le ha salido barato sembrar la discordia en Cataluña». Tardà recomendó al PP que ponga fin a su «aquelarre» si no quiere que «en el imaginario catalán se les asocie con la ultraderecha y se acaben convirtiéndo en una fuerza extraparlamentaria».
El consejero de Relaciones Institucionales de la Generalitat y líder de ICV, Joan Saura, condenó «sin paliativos» los incidentes, pero acusó al PP de fomentar el «victimismo». «Cataluña ha estado un año recibiendo insultos y ahora no caerá en las provocaciones del PP», afirmó Saura.
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El norte
La batasunización
Érase el País Vasco, una zona exclusiva en la que se agredía físicamente a los que no pensaban como los nacionalistas, y érase Batasuna la única organización que organizaba y avalaba los ataques hacia quienes se sentían vascos y españoles. Y estamos en el punto en el que este cáncer se ha extendido por otros puntos del territorio nacional.
Las últimas agresiones en Cataluña contra miembros de la plataforma de Boadella y Espada, junto con los ataques contra Rajoy y el Partido Popular, vienen a demostrar la extensión de un mal, que ya se había manifestado durante el 2004 en algunos puntos de España con la excusa de la guerra de Irak o el hundimiento del Prestige.
Lo más grave, y por tanto lo que más nos debería preocupar, es que ya no es Batasuna la que incentiva estos ataques. Ahora son los dirigentes del Partido Socialista quienes han cogido la bandera de Otegi y quienes hacen campañas de mal catalán contra quienes no comparten sus posiciones nacionalistas. De la misma manera que Batasuna lo ha hecho siempre contra los considerados “malos vascos”.
En las últimas semanas, personas destacadas de la izquierda han tomado como referente al brazo político de ETA. No hay más que oírles y leerles para darse cuenta que identifican a los miembros de la Mesa Nacional con potenciales premios Nóbel de la Paz, hasta el punto de aplicar sus propias recetas. Por eso España empieza a padecer algunas de sus consecuencias
A.Basagoiti
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