Un poema de Patricio Sánchez, titulado Pequeña biografía del energúmeno, así como varios acontecimientos políticos nacionales y locales, entre los que sobresale el observar un defecto -el de las pocas obras, o de poca monta, y las muchas palabras, de poco fuste- que parece inherente a la clase política de la provincia desde la que se desparraman los Aires de La Parra, nos han decidido a publicar el Marco Político para la Sociedad de la Información en Cuenca, una de las razones principales a la hora del nacimiento de este blog. Pues, como saben los lectores ya, la ausencia e ignorancia del presidente de la Diputación y de la jefa del Servicio de Publicaciones, fueron causa determinadora de su origen. Un mes después, cuando ya posee cientos de lectores esta bitácora, para todos ellos sale a la luz esta obra, que, por sus interesantes aportaciones, no puede permanecer más tiempo oculta.
Y no debe hacerlo cuando el PP está exagerando su rumbo, pues fingiendo crispación, quiere transmitir la imagen de que España va hacia el abismo. Verdaderamente corren tiempos de esperanza para el PP. Las encuestas les animan a pensar que el final del túnel está cerca y sacan pecho, no sólo para afrontar el futuro, sino para revindicar el pasado, su pasado, el del Gobierno de José María Aznar, a quien ayer uno de sus ministros, Federico Trillo, describió como "el mejor presidente que ha tenido la democracia española". Mientras Mariano Rajoy contrapuso el interés general que movió todas las actuaciones del Gobierno de Aznar a la actitud de Rodríguez Zapatero donde, dijo, "sólo hay lugar para la demagogia, el cortoplacismo y el aprovechategui".
Y, amigos inhaladores de nuestros aires, ni tanto ni tan poco o ni tan calvo. Todos tienen que corregir hechuras, lo mismo la izquierda que la derecha.
En Cuenca, si acaso, llevan así muchos años, demasiados ya los socialistas conservadores de Martínez Cenzano. Y, si no, el mejor ejemplo lo traspasamos ahora con el libro que, escrito en el año 2003, sale a la luz hoy por primera vez. Patricio Sáchez, como se ha dicho, le pone salmuera de prólogo.
Tú, el ignorante fatalmente culto, El que nada conoce y nada sabe, El tonto al cubo, el sopita de ave, El único atorrante, casi bulto.
Media nariz para una testa cana. Orejas de elefante y enrulado. Por anticipo, leso más quemado No se ha visto en todita la semana.
Pides perdón a los cultos de veras. A los doctores de la verdad pura. A los que creen haber visto a Dios.
No le pidáis uvas a las peras. Nuestra vida es una gran travesura. Decimos hola y decimos adiós. ©Realidad literaL
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Aires de La Parra
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