La prospectiva regional suscita paulatinamente un interés considerable, pero sigue sin haber en España los esfuerzos sistemáticos convenientes para examinar las actividades existentes a nivel sub-nacional. Por eso, con el paso del tiempo, PROTEPOCYT (investigación realizada por el Equipo de Investigación Sociológica del Centro Asociado de la UNED de Cuenca entre el mes de julio de 2002 y junio de 2003, en ejecución del proyecto sobre "La prospectiva tecnológica en el diseño y desarrollo de las políticas científicas y tecnológicas de Castilla-La Mancha") cobra mayor importancia, ya que fue el primero culminado en Castilla-La Mancha en esta materia. Realizado bajo la dirección del editor de los Aires de La Parra, el marco analítico llevado a cabo proporcionó a los responsables de las decisiones políticas de la región una lista de comprobación que han podido utilizar para definir los aspectos principales de sus actividades futuras de prospectiva, además de servir así, en primer lugar, a la Consejería de Ciencia y Tecnología, y después a su sucesora, la Viceconsejería de Universidades, Investigación e Innovación, como base para investigaciones comparativas ulteriores.
Ese es el motivo de hacer alusión a dicho estudio hoy, porque nos cabe la satisfacción de haber sido invitados nuestros aires (su editor) por el Presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, a la presentación el 21 de noviembre del Plan Regional de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación. Lo que demuestra que nuestros pasos se siguen, las fuentes politológicas sanas se beben y, en definitiva, la dedicación que tenemos a esta materia no cae en saco roto, antes al contrario.
Esa es una forma de romper obstáculos para un mayor progreso, al cortar con una inercia tradicional en este país como era el gran vacío existente entre la ciencia y la sociedad, un espacio que debe ser necesariamente llenado por la educación científica y la apropiación de la misma por parte de nuestra sociedad. Un espacio comunicativo, al decir de la profesora Beatriz Acevedo cuyo discurso aún debemos construir, en el cual la divulgación científica debe entrar a convocar a la sociedad en general alrededor de la urgente necesidad de convertir la ciencia y la tecnología en grandes propósitos políticos con alto grado de contenido social. De no hacerlo, sobrevendrá un vacío comunicativo que aislará peligrosamente a la ciencia de las fronteras sociales.
En los estudios de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación (CTS+I), dentro de cuya orientación se enclavaba el primer apartado –una amplia introducción para facilitar la lectura y comprensión del conjunto del capítulo Tercero de PROTEPOCYT-, la relación entre ciencia y público ofrece un excelente campo tanto de investigación como de acción interdisciplinaria. En este sentido, la divulgación científica representa un canal dinamizador favorable a la comprensión pública de la ciencia. Su importancia radica en la posibilidad de convertir los resultados de la investigación en agregados sociales tendentes a la captura social de la tecnociencia y su acertada valoración. De la misma manera, en las circunstancias actuales, frente al desarrollo ilimitado del conocimiento, la divulgación de la ciencia se convierte en parte sustancial de la necesaria democratización del conocimiento en las sociedades modernas. Los cambios en la atmósfera de las comunicaciones científicas y tecnológicas obedecen a las crecientes demandas sociales sobre las mismas.
Y, con independencia del bajo nivel de instrucción científica en la región castellano-manchega, es imposible desconocer que la tecnociencia invade todos los espacios de la vida de sus habitantes –al igual que en el resto del planeta-, acelerando tanto el interés como las demandas sociales sobre la misma. En tales circunstancias, la divulgación científica representa un importante agente informador-formador que nutre y a su vez se nutre del proceso de popularización del conocimiento. Ambos responden a dinámicas diferenciadas; la información puede ser en determinados casos, más ágil depositando en el receptor una serie de mensajes sin entrar a profundizar en cada uno de ellos.
Por su parte, la formación además de un proceso interactivo entre el científico y el público a través del "aprendizaje no formal", implica la valoración de contenidos tecnocientíficos a través de su apropiación social; demostrando con ello la importancia de la participación pública en materia de ciencia y tecnología en la sociedad actual.
Luego la educación científica es presupuesto fundamental para la divulgación de la ciencia, actuando como puente entre el laboratorio o centro de innovación tecnológica y la sociedad. En ese sentido, los juicios valorativos son extremadamente delicados debiendo ser emitidos por personal idóneo. Cualquier improvisación puede poner en entredicho el prestigio de un científico o de un centro de investigación. Así lo hemos vimos en PROTEPOCYT y de tales veredas se huyó. Por el contrario, se observó durante el amplio periodo de documentación de aquél que el papel central de la Ciencia y Tecnología, su valor estratégico, la dinámica de cambio y el ámbito internacional en el que se desenvuelve junto con la propia complejidad e intensidad de la información que se genera, está provocando una particular demanda de "expertos" en dominios especializados científico-técnicos para que intervengan aportando su conocimiento más allá de lo que han sido tradicionalmente sus tareas puramente científicas. Así se escucha igualmente en decenas de jornadas, seminarios y congresos que se celebran por doquier sobre desarrollo e innovación.
Los Círculos de Innovación constituyen una iniciativa dirigida a introducir y desarrollar las prácticas de Vigilancia Tecnológica y de la Inteligencia Económica en las empresas y a fomentar la cooperación entre éstas y los grupos de investigación. El objetivo perseguido por los Círculos de Innovación consiste en ayudar a las empresas a implantar la metodología que les permita obtener y analizar de forma sistemática la información de carácter tecnológico o económico de importancia estratégica para facilitar sus procesos de decisión.
Los Círculos de Innovación se configuran como una herramienta útil no sólo de búsqueda de expertos para el caso concreto de la vigilancia tecnológica sino como un ámbito estable de relación entre expertos del mundo académico y del mundo empresarial configurado alrededor de temas concretos de interés mutuo.
El Plan creemos que impulsará esos círculos en esta Comunidad autónoma, acercándonos simultáneamente al Espacio Europeo de Investigación (EEI), un proyecto sobre el cual la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha de apretar el acelerador, por tantos y cuantos motivos PROTEPOCYT también puso en claro. Se sumó así a una idea que, como se verá el lunes próximo, ha sido consolidada: unir los esfuerzos para construir un "mercado común" de la investigación y la innovación a imagen y semejanza del de los bienes y servicios, estructura que recibe el nombre de Espacio Europeo de la Investigación: Con él los expertos opinan que se reúnen todos los medios de que dispone la Comunidad para lograr una mejor coordinación de las actividades de investigación y la convergencia de las políticas de investigación e innovación de los Estados miembros y de la Unión Europea. Dentro de las que está un Plan al que damos ahora la bienvenida la comunidad científica castellano-manchega.
Dentro ya del EEI el Plan vendrá a reforzar el diálogo ciencia-sociedad, mejorar el conocimiento de la ciencia por los ciudadanos y el interés de los jóvenes por las carreras científicas, sirviendo para reforzar la posición y el papel de las mujeres en las ciencias y la investigación. Con ello los objetivos de los investigadores sumidos en el desarrollo tecnológico castellano-manchego podrán internacionalizarse, puesto que abre nuevas vías para circular entre los propósitos directos de alcance europeo:
– poner en marcha un debate sobre estas cuestiones a nivel de la Comunidad Autónoma, ofreciendo un marco de referencia;
– presentar, sobre la base de breves análisis, algunas sugerencias relativas a medidas que convendría adoptar o estudiar sobre los distintos temas, a nivel nacional, regional o europeo;
– solicitar propuestas sobre nuevas pistas de reflexión que puedan explorarse y actuaciones que deban emprenderse.
Aires de La Parra
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