Este blog suspende temporalmente su actividad hasta finales del mes de mayo de 2009, con entera libertad y por estricta obligación personal. Por supuesto, permanecerá abierto durante esta pausa o interrupción para consulta de los alumnos de la Universidad de Castilla-La Mancha y de todo el estimado caudal de lectores y visitantes.
Existen motivos de peso para tomar esta decisión, estando las razones asentadas en la falta de tiempo, a consecuencia de que debo realizar dos cursos de adaptación al EEES en la UNED, que nos pide la Sede Central de esta Universidad a los Profesores Tutores para amoldarnos al Espacio Europeo, y simultanear todo mi abundante trabajo en esa Universidad y en la UCLM -la de Castilla-La Mancha- con el libro que estoy escribiendo en estos instantes: "Contexto sociopolítico y progreso de Cuenca".
Al trabajo docente ordinario se une el propio de mi función en la Administración Pública, que, en conjunto, están dilatando la necesaria terminación de este último ensayo.
Los conquenses –a menor escala que la media española- identifican algunas disfuncionalidades políticas y apuntan deseos y aspiraciones de un perfeccionamiento y desarrollo de los procedimientos democráticos. Resulta un aspecto nuclear, en el que se hacen notar las valoraciones críticas y distanciadas, el concerniente al poder, a las formas en que se tiene y se ejerce el poder y, sobre todo, a los ámbitos donde se residencia el poder.
El fin justifica los medios, y estos son muy maquiavélica y liberalmente empleados por quienes comprenden que para labrar un camino expedito al éxito personal en una sociedad desarticulada, hace falta tener poder y perpetuar la desarticulación. Los medios de comunicación conquenses, sus directores/propietarios, los inermes consejos de redacción y, cómo no, esa confundida prole de periodista “de la calle”, tienen mucha culpa de que esto siga ocurriendo y, lo que es peor, de una forma tan baja y sin capacidad civil, que no deja traslucir la voz del ciudadano medio. Para empezar, la voz de éste debe dejarse escuchar de manera clara y nítida, porque el debate en un país moderno, serio y avanzado no se circunscribe, ni se puede circunscribir a los partidos políticos.
Contra el inconcuso sometimiento de la Cuenca tradicional al poder clásico, hay que exigirle a éste más transparencia, de forma que los ciudadanos no pongan todos sus intereses en manos de los cuatro políticos ligeramente torpes, al tiempo que vanidosos en exceso, que por aquí los llevan. Así se deja ver en el libro que quiero acabar antes de reanudar la edición de este blog. La delimitación de ese contexto la reclama el pobre quehacer público de sus políticos, incapaces de emprender las vías de progreso que precisa el cambio económico y social de esta provincia. Unas líneas y travesías que, como denso aporte didáctico, espera proyectar esa obra, imprescindible para acabar con el desconcierto político que vive la provincia de Cuenca en los últimos años.
Juan Andrés Buedo