«Hay cientos de miles de personas discriminadas por la lengua y no se hace nada»
PALOMA DÍAZ SOTERO (Publicado en UPyD, aquí)
Ser vasco y militar en UPyD ha llevado a Carlos Martínez Gorriarán a impulsar el Manifiesto por la Lengua Común. Sigue de cerca la evolución de la política lingüística vasca: desde la instauración de los tres modelos (de libre elección) al decreto que fija niveles de conocimiento del euskara al final de la ESO. Ahora, le preocupa la nueva ley que prepara el Ejecutivo de Ibarretxe, que pretende eliminar la posibilidad de elegir modelo.
Martínez Gorriarán es doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco y profesor de Estética y Teoría de las Artes. Antes de crear UPyD, con Rosa Díez, fue fundador y portavoz de la plataforma Basta Ya.
Pregunta.- El punto de partida intelectual de este manifiesto le ha otorgado un crédito que no tienen los políticos. ¿Hacen falta más intelectuales movilizados por cuestiones sociales?
Respuesta.- Hay muchos intelectuales que Fernando Savater [el autor del Manifiesto] creía que iban a firmar y que no han querido. No quieren poner su nombre en nada que pueda comprometerlos ante los gobiernos autonómicos y ante los partidos que, al final, han compartido todos las mismas iniciativas de inmersión lingüística.
P.- ¿Qué expectativas tiene tras la espectacular acogida inicial?
R.- Creo que va a tener una acogida social porque ya existe una base de asociaciones que están reclamando el derecho a poder usar y estudiar el castellano en las comunidades supuestamente bilingües. Algo se mueve, pero lo importante es que la opinión tenga expresión política.
P.- Y como catedrático metido a política, ¿cuáles son los planes de su partido, UPyD?
R.- Vamos a presentar un proyecto de ley orgánica contra la discriminación lingüística a la vuelta del verano para obligar al Parlamento a discutir este asunto y que se vea que el Gobierno no quiere abordar el tema. La cuestión es que hay cientos de miles de personas discriminadas y no se hace nada en política. En Cataluña ya se presentó una iniciativa respaldada por 50.000 firmas y no sirvió de nada.
P. - De momento, ¿el Manifiesto ha servido para algo?
R.- El Manifiesto sirve para activar la conciencia de la gente y que vea que el problema es político. Insisto en que no es un problema de lenguas, sino un problema de las personas. Mientras que un vasco o un gallego pueden venir a Madrid o a Albacete a trabajar, un madrileño no puede ir a trabajar a Galicia o al País Vasco.
P.- Viendo que la situación existente viene consolidada por 20 años de políticas de inmersión, ¿no se plantea una quimera?
R.- No. Cuando en 1978 se hizo la Constitución, si nos hubieran dicho que iban a poder casarse los homosexuales no nos lo habríamos creído. Pero tampoco nos habríamos creído que no ibas a poder ir a trabajar a Cataluña porque sólo hablas castellano. Lo que hace falta es que la gente se crea sus derechos y hable. Hasta ahora no lo ha hecho porque no se sentían representados en ese aspecto por nadie.
P.- ¿Cómo valora la postura del Gobierno central negando que haya un problema?
R.- Este Gobierno, que está empeñado en luchar contra la discriminación de género, no hace nada por la discriminación por razones de lengua. El PP tampoco se ha enterado de nada. De hecho, han sido los que han creado la situación en Baleares y Galicia, y lo están haciendo en Valencia. No quiere abordar la cuestión de fondo. La cuestión es que las leyes injustas hay que retirarlas. Hay un desamparo total y hay que remediarlo con reformas legales de fondo.