Rosa Díez (Publicado en UPyD, aquí)
Joaquín Leguina se ha unido al coro de los que denuncian la pervesión del lenguaje, la estupidez, de que hacen gala quienes se niegan a llamar a las cosas por los nombres que son. Pervertir el lenguaje, como muchas veces hemos analizado en este blog, es una vieja táctica: se pervierte el lenguaje para pervertir la política; y se pervierte la política para pervertir las instituciones democráticas. Siendo cierto que es una vieja táctica, no lo es menos el hecho destacable de que el PSOE y el Gobierno de Zapatero han hecho de pervertir el lenguaje una forma de gobernar. Recuerden: a los "zulos" de ETA el Ministro del Interior les llamó "proyecto de zulo". Al robo de armas en Francia se le llamó "operaciones de aprovisionamiento de la banda". Al chantaje a los empresarios se le llamó "recaudación de fondos". A la aplicación de la Ley de Partidos el Fiscal General del estado lo llamó "Guantánamo electoral". A negociar con ETA le llamó "diálogo". A las víctimas el Preidente les llamó "el pasado; a quienes califican a los terrroristas como "víctimas de un conflicto político" les llamó "el futuro"... |
La lista sería interminable. Fue Pilar Ruíz quien dirigiéndose a Patxi López sentenció :"Llamarás a las cosas por los nombres que nos son", antes de que, efectivamente, las llamaran. Después vendrían otros muchos ejemplos de perversión lingüística, que culmina con esta "broma" de no pronunciar la palabra maldita de trasvase para hacer un trasvase. En fin, que sería cómico si no fuera un patético intento de engañar a los ciudadanos y, por tanto, una falta de respeto; y/o de no rectificar una política completmente equivocada que ha tenido como consecuencia la confrontación entre territorios en una materia --la regulación del uso del agua-- que es de interés general. Confío en que cada vez más ciudadanos-- votantes y militantes del PSOE tembién-- se den cuenta de la chapuza. De la chapuza y de la estrategia para enmascararla. Copio como ejemplo--gratificante-- el blog de Joaquín Leguina de ayer: |
¿TRASVASE? SÍ ¿Y QUÉ?
Estupenda reflexión. A ver si, por venir de "casa", tiene más suerte y le escuchan en ese Ministerio del Medio.... Y en Moncloa, claro.
Joaquín Leguina Herrán
21/4/2008, 11:09
Es un hecho probado: cuando estalla una guerra, lo primero que desaparece es la verdad. Y esta guerra del agua (hija necia de una madre estúpida: la identidad autonómica) no iba a ser una excepción… y así lo venimos aguantando.
Hace tiempo que los ideólogos han hecho desaparecer del mapa a los científicos y la mayor parte de éstos guardan un prudente silencio para evitar ser lapidados; otros –los muy cucos- han puesto a sueldo sus talentos en defensa de unas u otras posiciones, según quien les pague. Y en este maremagnum de opiniones encontradas… ni un cálculo, ni una hipótesis… sólo verdades reveladas.
Levantadas las banderas, los demagogos (disfrazados de mezzogobiernos autonómicos con sus coros de agraviados) han echado a la razón del baile… y no han parado ahí: intentan hacernos comulgar con ruedas de molino, aseverando, por ejemplo, que cualquier trasvase, aparte de una antigualla, constituye un delito de “lesa naturaleza”, mientras que las desaladoras son de lo más moderno, limpio y beneficioso y poco les importa a estos apocalípticos del cambio climático que las desaladoras emitan a la atmósfera gran cantidad de CO2 o salinicen el Mediterráneo.”¡Son buenas porque lo decimos nosotros!”, nos ordenan los amigos de la Naturaleza (que, tan a menudo, se comportan como enemigos de la Humanidad).
Por haber permitido (y, a veces, alentado) semejantes dislates, el Gobierno tiene ahora que “pagar las copas” de una apuesta perdida: la demonización de los trasvases. Y ha de pagar la cuenta cuando la realidad de un año seco pone las cosas en su sitio: los ciudadanos tienen derecho a beber y a ducharse.
Porque –lo diré de una vez- el trasvase de agua a Barcelona es necesario y se debe hacer. Lo mismo que se debiera aprobar un Plan Hidrológico Nacional… pero esto no se hará.
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