Vine a este mundo en La Parra de las Vegas (Cuenca) el 5 de mayo de 1951.
Siempre fui una persona estudiosa y disciplinada, y así continúo, después de más de setenta y dos años transcurridos por las tierras de España. Acto seguido, tras 42 años de servicio en la Administración Pública, me jubilé el 6 de noviembre de 2015.
La mejor prueba de ese temperamento sensato y cumplidor lo demuestran las distintas carreras que poseo, así como los diversos títulos que tengo también. El mayor en grado es el de doctor en Ciencias Políticas y Sociología, que obtuve el 22 de junio de 1981 en la Universidad Complutense de Madrid, con la calificación de Sobresaliente "cum laude". Pero me siento muy orgulloso de la licenciatura en Filosofía y Letras (especialidad de Geografía), que cursé muy joven en la Universidad de Barcelona, ya que decantó la enorme vocación social que ha movido mis instintos personales desde que acabé la carrera en 1974, con máximas notas en mi especialidad.
Es el caso, cuya descripción no viene a cuento, que en 1981, aún sabiendo que esto repercutiría en mi "carrera administrativa" -como así sucedió, por culpa de varios políticos locales excesivamente desconfiados-, me trasladé de Madrid a Cuenca, siendo ya funcionario del Cuerpo Superior de Técnicos de la Administración de la Seguridad Social. En la capital de mi provincia de nacimiento, por la inclinación altruista y la generosidad social que fueron labrando los estudios, pasé a colaborar -sin acritud pero con el talante crítico/objetivo que impone la Ciencia Política y la Sociología- en varios medios de comunicación locales. Esto ha marcado posiblemente el temor con el que me han mirado algunos dirigentes políticos que han ido liderando los dos partidos mayoritarios en las urnas conquenses, el PP y el PSOE. La consecuencia, para mi discurrir profesional, fue que los más de cuarenta años de servicio que presté en la Administración Pública, y a pesar de pertenecer a tres cuerpos (en dos de los cuales estuve excedente), con una cantidad de méritos que componen un currículum de más de veinte páginas, mi colaboración entre 1986 y 1990 con el partido CDS de Adolfo Suárez sólo me perjudicó de manera injusta. Esto llegué a considerarlo como un atentado a mi persona y crédito profesional en diversas ocasiones. Menos mal que la Universidad, a la que no he abandonado en cuarenta y seis años, siempre me ha considerado -según rezan las convocatorias de los concursos en los que he participado y obtenido plaza- una "persona de reconocida competencia". Por esto, al final, de manera compatible con mi trabajo en la Administración (donde fui el Director del Centro Base de Discapacitados de Cuenca, en los Servicios Periféricos de la Consejería de Bienestar Social) me dediqué con mayor entrega a las labores docentes y de investigación en las Universidades de Castilla-La Mancha (donde fui Profesor Asociado del Área de Ciencia Política y de la Administración del Departamento de Ciencia Jurídica y Derecho Público en la Escuela Universitaria de Trabajo Social de Cuenca) y en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (con un largo historial, entre 1983 y 2015, en el Centro Asociado de Cuenca como Profesor-Tutor en varias carreras).
Las zancadillas que he recibido en la Administración fueron la causa de que me dedicara a escribir -obtuve en 1994 un premio de ensayo de la Dirección General del Libro del Ministerio de Cultura- y a investigar, una labor esta última que es la que me ha dado más satisfacciones. Los proyectos en los que he participado, tanto como investigador principal como en calidad de investigador colaborador, son muy numerosos. Y el mejor reconocimiento de ello me lo ha dado en varias ocasiones la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva, que ha facilitado con su alta puntuación mi acceso al desarrollo de diversos trabajos en materia de I+D+I.
El Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha, desde que impulsamos su creación diversos colegas en el año 2000, me dejó también una honda huella. En este ente trabajé en diversos proyectos profesionales de investigación, y participé asimismo en hondas jornadas de estudio. Simultáneamente desempeñé las funciones de Interventor hasta 2008, lo que me permitió también cultivar una sincera y excelente amistad con sus Decanos. Desde ese ente proseguí el avance en el estudio y conocimiento de la Política Social. Área ésta en la que mi vocación ha alcanzado una plena satisfacción.
Así, por ejemplo, motivó mi afiliación desde el primer día de su creación a UPyD. En este partido encontré todo cuanto deseaba proporcionar y suministrar a una alianza de estas características, y, a la vez, obtener de una gestión política más avanzada que la vigente hasta 2007. Así, en las listas de Cuenca, encabecé las candidaturas de UPyD al Senado y a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, observando el paulatino crecimiento de este partido, y su declinar posterior.
Y, con todo lo dicho, he descrito un breve retrato de mi ser y estar, que, por fortuna para mi, se completa con mi vida privada: tengo una esposa maravillosa y un hijo adorable, sin los cuales estoy convencido que todas mis fuerzas e ilusiones volarían muy pronto de mi alrededor. ¡Que el supremo destino me los conserve muchos años!
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